CARLOS LEÓN CASTILLO SÁNCHEZ
La Secretaría de Educación Pública (SEP) en días pasados implementó la Estrategia Nacional Vive Saludable, Vive Feliz para eliminar la venta de comida chatarra en las cooperativas escolares y promover una alimentación saludable entre los 12 millones de estudiantes de más de 90 mil planteles de educación pública básica del país. La presidenta Claudia Sheinbaum explicó durante su Mañanera del pueblo, que en el programa participaran padres de familia, enfermeros y enfermeras del IMSS, coordinándose con los DIF estatales, municipales y el Federal, la SEP y las gobernadoras y gobernadores van a ir a todas las escuelas, y será un programa permanente para medir talla, peso, así también para hablar con los estudiantes de la importancia de la alimentación, de hacer ejercicio, de la salud bucal y medición de la vista.
El ¿Por qué?, de la nueva Estrategia Nacional Vive Saludable
La obesidad infantil en México ha alcanzado niveles alarmantes, colocándose entre los problemas más serios de salud pública. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición Continua 2023 (ENSANUT 2023) confirma que la prevalencia de obesidad y sobrepeso en niñas, niños y adolescentes continúa siendo preocupante, con implicaciones directas para su calidad de vida y el sistema de salud en el país. Este fenómeno incrementa la probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas en la niñez, lo que genera desafíos económicos y sociales a largo plazo. Además, los Anuarios de Morbilidad de la Secretaría de Salud refuerzan este panorama al mostrar la creciente incidencia de enfermedades relacionadas con la obesidad. Los resultados de la ENSANUT reflejan una tendencia preocupante: el 37.8% de las niñas y niños entre 5 y 11 años presenta sobrepeso u obesidad, mientras que en el grupo de adolescentes (12 a 19 años) el porcentaje es del 42.5% (Instituto Nacional de Salud Pública [INSP], 2023). Estos datos son consistentes con las ediciones previas de ENSANUT, que han registrado un incremento gradual en las tasas de obesidad infantil desde 2006.
Uno de los factores más preocupantes identificados en la ENSANUT es el aumento en el consumo de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas, así como la disminución en los niveles de actividad física entre las y los menores. Según la ENSANUT 2023, el 53% de los niños y adolescentes no realiza la cantidad recomendada de actividad física diaria, lo que contribuye significativamente a la acumulación de peso corporal no saludable. Y eso se lo debemos principalmente al sedentarismo causado por el uso de los teléfonos, pantallas inteligentes, tabletas y la sobreexposición a redes sociales e internet en general.
Los Anuarios de Morbilidad de la Secretaría de Salud brindan un análisis exhaustivo sobre las enfermedades asociadas a la obesidad infantil. La diabetes tipo 2, que antes se consideraba una enfermedad exclusiva de adultos, ha mostrado un crecimiento preocupante en adolescentes debido al sobrepeso. En 2015, se registraron 18,000 casos de diabetes tipo 2 en menores, cifra que aumentó a 25,000 casos en 2020, y continúa en ascenso, siendo directamente vinculada al aumento de la obesidad infantil. La obesidad infantil no solo tiene consecuencias inmediatas para la salud física, como problemas respiratorios, alteraciones del sueño y dificultades de movilidad, sino que también incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas a temprana edad, como la diabetes y enfermedades cardiovasculares. Además, afecta la salud mental de los menores, quienes pueden sufrir acoso escolar y tener una autoestima baja, lo que a su vez los coloca en riesgo de desarrollar depresión o trastornos de la conducta alimentaria. https://www.mexicosocial.org/obesidad-infantil/#google_vignette
México, el país que más refresco consume
Datos de la Universidad de Yale revelan que en México el consumo de refresco alcanza los 163 litros al año por persona. Nuestro país es uno de los principales consumidores de bebidas azucaradas. De acuerdo con datos de la Universidad, 50 por ciento de las muertes en México son causadas por las tres principales enfermedades: diabetes, hipertensión y obesidad. Padecimientos que están ligados al consumo de bebidas azucaradas y gaseosas. Además, se estima que cada persona consume en promedio 163 litros al año, 40 por ciento más que Estados Unidos, nación que ocupa el segundo lugar de la lista.
De acuerdo con un estudio del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur, dirigido por el investigador y doctor en antropología Jaime Page, Chiapas es la región del mundo donde más refresco de consume, colocando el promedio en 821.25 litros por año.
Por su parte, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) expuso en la conferencia ‘La Construcción Cultural de los Refrescos en México’, con datos del Instituto de Investigaciones Sociales, que “en promedio una familia mexicana destina el 10 por ciento de sus ingresos totales en la compra de refrescos”. #BoletínUNAM > https://t.co/fRItYVICux pic.twitter.com/PT5pJrplyd— UNAM (@UNAM_MX) Octubre 26, 2019
Etiquetado frontal para alimentos un primer paso
Tras un largo proceso de discusión y a pesar del malestar de grandes empresas, -y campañas en contra de esta medida- se aprobó el etiquetado de alimentos procesados y bebidas no alcohólicas en México a partir de octubre del año 2020. Esta fue una medida para lograr que los consumidores en México cuenten con la información necesaria para hacer compras más conscientes y a la vez que las empresas reformulen la elaboración de sus productos para evitar tener que incluirles los sellos.
Este etiquetado se integra por 5 sellos de advertencia en forma de octágono, que, de manera clara, y visible indican cuando un producto contiene exceso de ingredientes como: calorías, grasas saturadas, grasas trans, azúcar y sodio.
Alimentos que ya no se venderán en las escuelas
A partir del 29 de marzo de 2025, los siguientes productos quedarán prohibidos en las cooperativas escolares: Cacahuate frito y con sal añadida, frituras de harina, donas, flanes, hamburguesas, hot dog, Jugos de caja, néctares, refrescos o bebidas gasificadas, papas fritas, pasteles, pizza, chicharrones de cerdo y harina, cueritos, frutas en almíbar crema entera o media crema, dulces o golosinas, paletas o helados de crema, aguas de sabor industrializadas, leches saborizadas, nachos con queso, botanas industrializadas
En su lugar, la SEP promoverá la venta de alimentos saludables como:
Verduras (pepino, jícama y zanahoria) con limón y chile piquín, jicaletas, paletas de hielo de sandía y naranja sin azúcar, yogur con fruta, brochetas de frutas, gelatina de frutas, botanas como habas, chícharos y garbanzos tostados, mezcla de semilla, verduras crujientes, palomitas de maíz sin mantequilla ni sal, frutas deshidratadas, tostadas de aguacate, tostadas de frijol, elotes hervidos, alegrías.
El gobierno de México desde el sexenio pasado ha implementado políticas públicas para enfrentar esta epidemia, como el etiquetado frontal de advertencia en alimentos y bebidas, campañas de sensibilización sobre los riesgos de la obesidad y programas de activación física en escuelas. Con esta nueva estrategia se busca frenar la creciente obesidad y enfermedades actuales y futuras. Es muy importante que la concientización sea una parte integral de esta estrategia, ya que los alumnos de primaria tendrán en las cooperativas alimentos saludables, pero sabemos que afuera de las mismas estarán vendiéndose todos esos productos que ya no están permitidos. Además de las ventas “clandestinas”, por parte de estudiantes e incluso de maestros y cooperativas dentro de las escuelas. La revisión por parte de la SEP y la Secretaría de Salud deben ser permanentes. Los padres y madres de familia deben ser los primeros en incentivar una buena alimentación y evitar los alimentos ultraprocesados. También se necesitan otro tipo de estrategias en los lugares marginados del país, donde se tiene un mayor consumo de comida chatarra y refrescos. Este consumo excesivo se origina por diferentes causas como: La comida chatarra además de encontrarse disponible en todas partes, cuenta con una gran publicidad en todos los medios de comunicación, en general es más económica que los alimentos naturales, la pobreza incentiva a invertir en aquellos alimentos que producen más sensación de llenado, los saborizantes y fórmulas de esta comida, inducen la producción de dopamina, sustancia que produce una sensación de bienestar y saciedad y por último, -y más grave-ya se han vuelto parte de su cultura alimenticia.
Como siempre hay que recordar nuestros dichos populares que son gotas de sabiduría y que tienen que ver con esta nueva estrategia: de golosos y tragones están llenos los panteones y otro que versa: quien come con cordura, por su salud procura.