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CARLOS LEÓN
La tarde del jueves 15, llegó a México el nuevo embajador de los Estados Unidos, Ronald Douglas Johnson. Coronel del ejército estadounidense, Boina Verde de fuerzas especiales y “exagente” de la CIA. El nuevo embajador fue recibido por el encargado de negocios de la embajada, Mark Coolidge Johnson. La presidenta Claudia Sheinbaum informó que el próximo lunes sostendrá su primer encuentro con el nuevo embajador y la reunión tendrá como propósito recibir únicamente las cartas credenciales de Ronald Johnson, por lo que la charla será breve. “No será una reunión larga, una reunión breve. Y pues de plática, de la coordinación, colaboración, relación que nosotros consideramos que debe haber entre socios comerciales, vecinos, países amigos”.
Embajadores de los EUA
Estados Unidos ya había designado agentes para el Virreinato de la Nueva España, sin embargo, las relaciones de las autoridades virreinales con los agentes no fueron satisfactorias. Se tenían antecedentes de espionaje e injerencia de Estados Unidos en asuntos políticos del Virreinato de la Nueva España. La relación con Estados Unidos en México como nación independiente se restablecería a finales de 1822, al poco tiempo de consumarse la independencia.
Joel Roberts Poinsett. Fue miembro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, el primer enviado extraordinario y ministro plenipotenciario en México. El presidente James Monroe lo envió a México con el objetivo de analizar y persuadir al gobierno imperial y proponerle que le vendiera una gran cantidad de los estados que entonces formaban parte del norte del Primer Imperio Mexicano. Poinsett, tenía grandes ambiciones expansionistas y un fuerte nacionalismo. Partidario de la doctrina Monroe, estaba convencido que el republicanismo era la forma de gobierno que debería establecerse en todo el continente, y trató de influir en diversos círculos sobre el gobierno de Agustín de Iturbide. Intentó convencer al ministro del exterior, Juan Francisco de Azcárate, de la venta a los Estados Unidos de los territorios norteños de Texas, Nuevo México, Alta y Baja California, Sonora, Coahuila y Nuevo León. Tras fracasar en su intento por adquirir nuevos territorios para Estados Unidos, escribió un libro titulado “Notes on Mexico”, donde hace un completo resumen de la situación política, geográfica y social del Primer Imperio Mexicano.
John Floyd. (1846-1848) Su embajada coincidió con la Guerra entre México y Estados Unidos lo que llevó a la anexión de vastos territorios mexicanos.
James Gadsden. Como embajador de Estados Unidos en México en la década de 1850, Gadsden no solo negoció la compra de la Mesilla, sino que también se involucró en la política interna mexicana para apoyar a los liberales que luchaban contra el gobierno de Santa Anna.
Henry Lane Wilson. (1909-1913) Su periodo fue marcado por la intervención estadounidense en la Revolución Mexicana. Fue acusado de conspirar contra el gobierno de Francisco I. Madero y de apoyar a Victoriano Huerta.
John Gavin. (1981-1986) De filiación republicana y amigo entrañable del presidente Ronald Reagan. Una de las principales misiones del embajador fue la de someter a México a constantes medidas de presión con el fin de apartarlo de supuestas tendencias izquierdistas que pudieran manifestarse en caso de un posible colapso económico, en las postrimerías del gobierno de José López Portillo. Las presiones ejercidas en torno al problema del narcotráfico y la corrupción de los funcionarios encargados de combatirlo, así como por medio de la economía, le sirvieron para disminuir la actividad diplomática mexicana. Narcotráfico, la muerte del agente de la DEA, Enrique Camarena, endureció el trato de EU hacia México y se aprobaron sanciones y también cierres temporales de la frontera. Se orquestó un boicot turístico -atribuido a Gavin- debido a la inseguridad de las carreteras en el norte del país. Además, se tuvo un fuerte acercamiento con el Partido Acción Nacional, quién avalado por Gavin, participó en la Convención del Partido Republicano en Dallas agosto de 1984.
Ronald Douglas Johnson. (2025) Horas después que llegó a la Ciudad de México, el nuevo embajador visitó la Basílica de Guadalupe, donde pidió a la Virgen “sabiduría” y “fuerza”. La noche del jueves, Johnson publicó en sus redes, imágenes de su visita a la Basílica, acompañado de su esposa Alina Johnson. “Al llegar a México, como personas de fe, mi esposa Alina y yo visitamos a Nuestra Señora de Guadalupe para pedir sabiduría y fuerza en esta responsabilidad en beneficio de ambas naciones”. Hay que destacar que Ronald Johnson profesa el luteranismo, que es una de las ramas principales del protestantismo, surgida de la Reforma impulsada por Martín Lutero en el siglo XVI. Se caracteriza por la creencia en la sola Escritura (Biblia) como fuente de autoridad religiosa, la justificación por la fe, y la universalidad del sacerdocio de todos los creyentes. Los luteranos creen en la Virgen María, reconocen su papel central en la historia de la salvación, destacando su virginidad y su papel como madre de Jesús. Si bien algunos teólogos luteranos han reconocido la importancia cultural de la Virgen de Guadalupe y han visto en ella una modelo de evangelización culturalmente sensible. La Virgen de Guadalupe no es objeto de la misma devoción y veneración que en el catolicismo. Durante una cena de bienvenida al nuevo embajador, -donde estuvieron el otrora: actor, cantante y exaspirante presidencial Eduardo Verástegui y el empresario Carlos Slim, su esposa de Slim, María Elena Torruco, su hija Soumaya Slim, así como también el empresario Carlos Fernández- comentó: “Que dios les bendiga a todos, y gracias México”, rodeado de mariachis y haciendo gala de su español.
Ya hemos visto la actuación de algunos embajadores de los Estados Unidos en México y ahora se trata de alguien quien tiene una amplia experiencia en el aparato de inteligencia de los Estados Unidos. Con su historial en fuerzas especiales y en la CIA, Johnson refuerza la imagen de firmeza que el presidente Trump quiere enviar a México. La agenda de Trump apunta a presionar más todavía al gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, para implementar estrategias que estén alineadas con sus objetivos de “seguridad”, con la misión de frenar los flujos migratorios y el tráfico de fentanilo, además de los 8 mil soldados que tiene Estados Unidos en la frontera con México, el constante amago de aranceles a productos mexicanos, el nominar como terroristas a algunos de los carteles mexicanos y a la insistente narrativa de intervenir militarmente en nuestro país para -supuestamente- salvaguardar la seguridad nacional de los Estados Unidos. (Que sabemos es sólo un ardid para que México les permita hacerse de nuestros minerales -litio, uranio, tierras raras- etc.), Noticias como la de Tim Golden, quien asegura que Trump tiene una supuesta lista de políticos mexicanos ligados al narco. El periodista “de investigación”, colaborador de ProPublica, indicó que incluiría a líderes del partido Morena, gobernantes estatales y figuras políticas cercanas al expresidente Andrés Manuel López Obrador. Tras publicar esta información, el Departamento de Estado Norteamericano desmintió que exista una lista con esas características. Hay que recordar que en el gobierno del presidente López Obrador, Tim Golden escribió sobre la investigación que la DEA había hecho del presidente mexicano. Lo que nunca dijo -y la DEA tuvo que informar- es que la investigación nunca llegó a concluir nada contra el expresidente. El gobierno mexicano podría enfrentar nuevos desafíos para resistir el embate del presidente Trump. La llegada de este nuevo Rambo a la embajada, subraya el riesgo de que México quiera ser obligado a adoptar políticas que profundicen la dependencia con el vecino del norte. El nombramiento de este halcón es una clara advertencia de una posible violación a la soberanía de México y una creciente amenaza con agravar la crisis migratoria, de seguridad, violencia y economía. Con quien no te gusta, no te fíes. Es bueno el encaje, pero no tan ancho!
