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CARLOS LEÓN
La Suprema Corte de los Estados Unidos resolvió que el gobierno mexicano no puede demandar a los fabricantes de armas estadounidenses por su presunta responsabilidad en la violencia del narco en México. México presentó en 2021 una demanda por 10 millones de dólares contra los principales fabricantes de armas de fuego estadounidenses, a quienes acusa de fomentar la violencia de los cárteles. De acuerdo al diario The Wall Street Journal, Estados Unidos es la fuente de al menos el 70% de las 29 mil 284 armas incautadas por las autoridades mexicanas en 2009 y 2010.
Rápido y Furioso
El objetivo de tal operativo era poder rastrear y dar seguimiento e identificar a los responsables del tráfico de armas que posteriormente van a dar a manos de narcotraficantes. Entre 2006 y 2011, el fallido operativo “Rápido y Furioso”, implementado por la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) de Estados Unidos introdujo más de 2000 armas a México con chip para vender a presuntos criminales y dejarlas pasar hacia la frontera con el objetivo de poderlas rastrear y así poder identificar a los responsables del tráfico de armas. Los legisladores norteamericanos aseguraron que la operación permitió que los presuntos traficantes compraran más de 2500 armas y podría haber alimentado el tráfico que la ATF se suponía debía tratar de impedir. En 2011, el Comité de Supervisión emitió un citatorio al procurador, Eric Holder, para la entrega de documentos relacionados con la controvertida operación. Holder aseguró, que, si entregaba los documentos, se tendrían que revelar una serie de informes relacionados con el operativo, lo que sacaría a la luz pública información que vulneraría la seguridad de Estados Unidos. Ante el comité, Holder reconoció que el operativo fue defectuoso en su concepción, así como en su ejecución. En enero de 2012, la secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano, reconoció que se cometieron “serios errores” en la operación, pero se comprometió a evitar su repetición. El Comité de Supervisión acusó al Departamento de Justicia de mentir sobre “Rápido y Furioso”, y la bancada republicana buscó declarar en desacato a Eric Holder. El procurador rechazó cualquier posibilidad de renunciar al cargo para evadir la entrega de documentos. En junio de 2012, el presidente Barak Obama utilizó por primera vez en su mandato, el llamado “privilegio ejecutivo” para impedir que el fiscal Holder, entregara una serie de documentos sobre “Rápido y Furioso” a la comisión de la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, quien investigó el fallido operativo.
Armas en Estados Unidos.
Estados Unidos es el único país con más armas de propiedad civil que habitantes, es el mayor mercado consumidor de armas de fuego del mundo. Se estima que hay alrededor de 120 armas de fuego por cada 100 habitantes. El Small Arms Survey ha estimado que Estados Unidos posee 393 millones de armas en manos civiles, lo que representa aproximadamente el 46% del total mundial. Esta alta tasa de posesión de armas ha sido ligada a un mayor número de tiroteos masivos y muertes relacionadas con armas de fuego en comparación con otros países. La Segunda enmienda de la Constitución que protege el derecho de portar armas juega un papel fundamental en la alta posesión de esas armas y sus efectos.
Empresas armamentistas en E.U.A.
Para fabricar armas en Estados Unidos, hay que obtener una licencia, tener más de 21 años, no haberse saltado ninguna regulación y ser apto para ser portador de armas de fuego. Desde la llegada del presidente Donald Trump a la presidencia, se nota un fortalecimiento de las empresas que venden armas y tecnología de defensa. La principal productora de pistolas en Estados Unidos es Smith & Wesson, empresa fundada en 1856. En 1935 la empresa sacó al mercado el revólver Modelo 27, que disparaba balas del calibre 357 Magnum y en 1955 comenzó a fabricar el Modelo 29. Actualmente la empresa vive una era dorada.
Las Mayores Empresas militares de E.U.A.
De acuerdo al Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), las empresas estadounidenses de armamento sumaron un total de 317 mil millones de dólares en ingresos por venta de armas y servicios militares.
Lockheed Martin. – gigante de la industria aeroespacial y militar. Es el mayor contratista militar de los Estados Unidos, especialmente el Departamento de Defensa, incluyendo el ejército, la marina, las fuerzas aéreas y operaciones especiales. Los sectores en los que incursiona son la aeronáutica, misiles, helicópteros, sistemas de radares y tecnología espacial.
Boeing. – Vende aviones de guerra tripulados y no tripulados, sistemas satelitales, tecnología espacial, misiles y sistemas de defensa, inteligencia y seguridad.
Raytheon.- Desarrolla sistemas de comando, control, comunicaciones, inteligencia y servicios de soporte. Es unos de los contratistas de defensa militares más grandes de los Estados Unidos. Más del 90% de las ganancias de Raytheon provienen de contratos de defensa. Es uno de los productores de misiles guiados del mundo. Vende sistemas de radares de aeronaves, sistemas de miras y blancos, sistemas de comunicación y manejo de batallas y componentes satélites. También fabrica radares y sensores para aplicaciones militares aeoronauticas, navales y de tierra.
Northrop Grumman.- Es un conglomerado de empresas aeroespaciales estadounidenses y de defensa. Es otro de los grandes contratistas de defensa militar de Estados Unidos, conocido por la construcción de buques de guerra. Actualmente tiene tres divisiones de negocios: sistemas aeroespaciales, sistemas de misiones y servicios de tecnología bajo el agua, en el espacio y en el ciberespacio.
“El gasto militar mundial alcanzó los 2.718 mil millones de dólares en 2024, lo que representa un aumento del 9,4 % en términos reales con respecto al 2023”, describe el informe anual que realiza el Instituto Internacional (SIPRI). En el documento, que suele tomarse como referencia mundial, destacan también que el aumento se dio en todas las regiones del mundo, con especial énfasis, en Europa, particularmente tras la guerra en Ucrania, y en Medio Oriente, con Gaza. De hecho, en el informe sostienen que la proporción del Producto Bruto Interno (PBI) mundial destinada al gasto militar fue del 2,5%. Los diez países que encabezan el listado son: Estados Unidos, China, Rusia, Alemania e India, en ese orden. Le siguen el Reino Unido, Arabia Saudita, Ucrania, Francia y Japón.
El complejo armamentístico necesita muchas guerras. Necesita un aumento de tensiones, nuevos conflictos, nuevas amenazas: En México “los cárteles”. Se necesitan más municiones, el equipamiento militar viejo tiene que ser reemplazado, armas más poderosas tienen que ser desarrolladas, más dinero tiene que ser designado a la defensa. El presupuesto Federal de los Estados Unidos para el año fiscal 2025 es de 895 millones de dólares en gasto de defensa y la propuesta de Trump para 2026 es aumentar un 13% en ese gasto, llegando a 1 billón de dólares y de 175 mil millones para asegurar completamente la frontera.
Para justificar que un gobierno gaste en aviones, bombas o misiles antiaéreos para matar gente cuando no puede dar salud, vivienda, educación a millones de personas, se necesita crear un clima constante de temor y vulnerabilidad. Recientemente Trump mandó el despliegue de 2 mil militares en los Ángeles ante las protestas por las redadas de inmigrantes. También conocemos la autorización de Trump para la militarización de un tramo fronterizo entre México y los Estados Unidos, que llega actualmente a 10 mil soldados. Por eso como dijo Julián Assange “Casi todas las guerras han sido resultado de las mentiras de los medios”. En boca del mentiroso, hasta lo cierto se hace dudoso. La mentira tiene las patas muy cortas.
