
CARLOS LEÓN
La marcha del pasado sábado 15 de noviembre convocada por la “Generación Z”, de la cual sus verdaderos integrantes se deslindaron días antes y también convocada por el “Movimiento del Sombrero”, que representa a quienes luchan por el esclarecimiento del asesinato del Presidente Municipal de Uruapan, Carlos Manzo, y la violencia en Michoacán; y su viuda, y nueva Presidenta Municipal de Uruapan, Grecia Quiroz, indicó: “que sepan que nosotros no estamos encabezando esta marcha, no sé quien, o por quien esté encabezada, yo decidí no asistir”.
La Marcha Z se convirtió en la marcha de las Vocales, ya que distintos contingentes, -muchos de ellos claramente de derecha-, algunos portando estandartes de la Virgen de Guadalupe, y pidiendo por un movimiento neocristero; otros, comentando a algunos de los reporteros, que ellos habían asistido a otras marchas como la rosa. Asimismo el grueso de los manifestantes no estaban dentro del rango de la generación Z, y muchas de las consignas fueron arengas misóginas contra la Presidenta, muy parecidas a las expresadas por Salinas Pliego contra diferentes mujeres pertenecientes a la 4T. Y a grito de “fuera Morena y fuera Claudia”, se integraron los grupos y se dirigieron hacia el Zócalo Capitalino. El llamado bloque negro, en algunos momentos fue increpado por algunos de los integrantes de la marcha: “fuera encapuchados”.
Todo iba caminando normalmente, los personajes iban incorporándose: Xochitl Gálvez, Rafael Loret de Mola, Guadalupe Acosta Naranjo, Max Kaiser, hasta que se llegó al Zócalo Capitalino. El llamado bloque negro, -que por cierto algunos reporteros comentaron se veían y se comportaban diferentes a otras marchas – comenzó a quitar las vallas con diferentes herramientas que traían. Al lograr tirarlas, sus agresiones se centraron contra los policías que bloquearon el paso hacia el Palacio Nacional, que era su principal objetivo. Hay que recordar que muchas imágenes y videos hechos con IA -viralizados en Internet—eran de un Palacio Nacional en llamas, como la inicial Generación Z lo llevo al cabo en Nepal.
Un grupo de choque que tiene toda la pinta porril priista, -y que posiblemente también pueda estar detrás algún personaje del vecino país del norte-, con especial odio y seguramente con dedicatoria desde el Ajusco, se dirigió contra la Suprema Corte, el bloque negro se fue con todo contra la puerta del máximo poder judicial.
Esas imágenes le dieron la vuelta al mundo con la narrativa de que el país está en llamas y que los jóvenes están hartos del gobierno y que la respuesta a esa marcha fue la represión por parte del gobierno. Por cierto algunos mensajes de los manifestantes fueron al presidente Trump, donde le piden que intervenga y “nos salve”.
El mismo día 15 de noviembre, el Presidente Trump en una entrevista a bordo del avión presidencial Air Force One, aseguró que aunque su administración ha logrado avances significativos para reducir el flujo de drogas hacia su país, México y Colombia siguen representando “problemas serios” en la lucha contra el narcotráfico. Afirmó que se han logrado acuerdos importantes con Venezuela para frenar el tráfico de drogas y que estos avances son resultado de una política “mucho más firme y eficaz”. Sin embargo insistió en que los esfuerzos de México y Colombia “no están a la altura” de lo que Estados Unidos espera en materia de seguridad regional. Trump volvió a criticar al gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, asegurando que los cárteles mantienen control territorial en varios estados y sugiriendo incluso que existiría una “alianza” entre grupos criminales y autoridades. Según el mandatario, esta situación representa una amenaza directa para a seguridad nacional de Estados Unidos.
Como se ve, la marcha empata con la narrativa trumpiana, el que se vea a un México en caos, en llamas, con violencia, abona más al discurso de la derecha que busca que Estados Unidos intervenga en México. El propio Salinas Pliego lo manifestó cuando público un León rugiente en blanco y negro para verse más intenso con el texto “Hoy no se acaba, comienza”, como respuesta al fallo de la SCJN en su contra de que debe pagar sus impuestos. Y claramente se ve que ha comenzado la estrategia de la violencia. Hay que recordar que en entrevista con Azucena Uresti, el pasado junio, el presidente del Pan, Jorge Romero, justifica el uso de la violencia al falsamente asegurar la falta de diálogo: “nosotros en México ya estamos muy conscientes de que estamos siendo una oposición con una persona enfrente que mide dos metros con un bat, lo que nos falta a la oposición literalmente es llegar a la violencia, si es que alguien de la oposición la va a decidir”. Pues alguien ya la decidió y la llamada Generación Z, hace un nuevo llamado a salir a las calles el próximo 20 de noviembre, aniversario de la Revolución Mexicana. El movimiento autodenominado Generación Z, anunció una segunda movilización nacional con punto de Partido en el Ángel de la independencia y destino el Zócalo Capitalino, a las 11:00 de la mañana. Bajo el lema “México no se rinde, mexicanos al grito de guerra; Generación Z no se rinde”, los convocantes buscan dar continuidad a las protestas del 15 y afirman que el objetivo es mantener la presión social y recordar al gobierno federal que la inconformidad ciudadana “no es moda, sino una exigencia legítima”.
Sabemos, por todos los testimonios, e investigación de las plataformas donde han salido las convocatorias, que líderes del PRI, PAN, Ricardo Salinas y Claudio X. González, entre otros, les robaron su movimiento a los jóvenes que lo iniciaron contra la inseguridad y la corrupción en México.
Desgraciadamente esta campaña de violencia ya comenzó y es atizada por los medios tradicionales y también algunos internacionales que quieren ver caer al actual gobierno y regresar a sus antiguos privilegios. Ya no cuentan con el poder Judicial para lograr un golpe blando y ahora buscan un golpe duro. Las encuestas siguen favoreciendo en un gran porcentaje a la Presidenta, y esto la sigue blindando, pero hay que recordar que grandes poderes económicos nacionales e internacionales están muy interesados en que haya un gobierno que los pueda favorecer y que actualmente no cuentan con ello. La soberanía está firme en manos de la Presidenta Sheinbaum y los ataques seguirán en lo que resta de su mandato. “La preparación silenciosa marca el horizonte de las pruebas inminentes” y “el terreno dicta las tácticas”.
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