SALVADOR MARTÍNEZ GARCÍA. El recrudecimiento de la violencia entre Israel y la Yihad Islámica en la zona de Gaza, viene a colocarse como una peligrosa cereza en el pastel que ya conforman la guerra de Ucrania y la acrecentada tensión ente China y Estados Unidos por la arrogante y provocadora visita de Nancy Pelosi a Taiwán.
Todo esto abre la amenaza de un conflicto nuclear en virtud de que confronta a Estados Unidos, Rusia y China, las tres naciones con bombas atómicas de alta potencia.
Estados Unidos, en su afán de no perder su hegemonía mundial ha provocado una grave tensión que pone al mundo en severo riesgo.
Además, ni siquiera ha logrado recuperar su control global y por el contrario ha confirmado la tripolaridad, amén de desatar la inflación y generar el mayor riesgo de recesión en el globo terráqueo.
En tanto los países se alinean o realinean en torno a uno de los tres ejes, EU, Rusia y China en un conflicto en el que Washington es el que puede perder más, porque es el que más tenía, mientras China parece emerger como ganadora al mantener el mayor crecimiento económico del mundo (aunque también ha disminuido su nivel) y conservar relaciones comerciales con, prácticamente, todas las naciones del planeta.
Nada halagador es el panorama internacional hoy, sobre todo porque no hay quién se avoque a encontrar los caminos de la reconciliación y la paz y, por el contrario, hay muchos interesados en mantener la guerra que genera grades utilidades a la industria armamentista y al sector financiero mundial.
Hasta dónde vamos a llegar con un gobierno como el de Joe Biden.
SUSURROS
En nuestra región latinoamericana, mientras tanto, se fortalece el ala de izquierda con la asunción al poder de Gustavo Petro en Colombia.
La geopolítica regional gira a la izquierda y anticipa un muy probable triunfo de Inácio Lula da Silva, en Brasil, que mantiene la ventaja sobre el actual presidente Jair Bolsonaro para las elecciones el próximo 2 de octubre.
Si así fuera, Brasil y Colombia se sumarían a Venezuela, Cuba, Argentina, Perú, Bolivia, Nicaragua, México, Chile y Honduras entre las naciones con tendencia social en sus gobiernos.
Esta nueva realidad latinoamericana es también un freno a la presentación Estadounidense lo cual resulta altamente riesgoso aunque también una oportunidad, para estas naciones que viran su mirada a Rusia y China como alternativas para incrementar sus niveles de independencia, soberanía y libertad.
Habrá que estar muy atentos para ver qué sucede en los próximos meses, los cambios se apresuran y se agolpan con posibilidades y peligros.
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