SALVADOR MARTÍNEZ GARCÍA. Mientras en México la inflación en el 2021 llegó a 7.36 por ciento, por primera vez en muchos años el alza en los precios fue mayor en Estados Unidos con un incremento de 7.5 por ciento anual.
La carestía sufrida por el vecino país se debe fundamentalmente por las consecuencias de las alteraciones económicas provocadas por el Covid-19 y por el incremento en los precios del petróleo, disparados como consecuencia de los peligros de conflagración en Ucrania.
Para México, buena parte del efecto inflacionario se debió al aumento sufrido en las importaciones de Estados Unidos lo que confirma la causa exógena del fenómeno económico padecido aquí.
Para este año, si disminuye la tensión en la Europa Oriental con el aumento de precios podrá disminuir paulatinamente, impulsado también por la corrección esperada en las alteraciones de las cadenas de producción de la industria automotriz.
Estos factores deben aliviar también en México la tensión alcista de precios. Por lo que batalla el Banco de México y por lo cual ha incrementado la tasa base hasta llegar a 6 por ciento anual.
No debe olvidarse que la inflación afecta mucho más a las clases bajas que destinan el mayor porcentaje de sus ingresos a la canasta básica, por lo que evitar el aumento en los costos de los alimentos es fundamental para batir precios.
Para la Fed (Junta de la Reserva Federal de E.U.A.), el objetivo es recuperar una inflación máxima en torno al 2 por ciento, mientras que en México la meta es de 3 por ciento. Por lo pronto comparativamente frente a la Unión Americana no le fue tan mal, aunque toda carestía pega más a los que menos tienen.
SUSURROS
El retiro a sus bases de las tropas rusas en la frontera con Ucrania despresurizó el mercado energético mundial y las cotizaciones del petróleo disminuyeron en un solo día poco más del tres por ciento.
Otro efecto benéfico de la acción rusa fue el repunte en las Bolsas de Valores en todo el mundo.
Lo importante ahora es alejar los peligros de mayor tensión en torno a Ucrania, pero ello implica una posición menos beligerante de parte de Joe Biden y sus aleados ingleses que son los que han atizado el conflicto con continuas falsas advertencias de invasión rusa a Ucrania.
Si la prudencia cabe en las partes, los diferendos vigentes podrían resolverse por la vía de las negociaciones factibles y duraderas. Veremos.
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