SALVADOR MARTÍNEZ G.
En los últimos días de este recién iniciado 2025 se han publicado en distintos medios electrónicos, escritos y digitales encuestas de distintas casas demotécnicas sobre la aceptación de Claudia Sheinbaum Pardo y su gobierno, con resultados apabullantes a su favor.
La menor respuesta positiva es mayor al 60 por ciento y las más altas superan el 80 por ciento, lo que prueba la confianza ciudadana en la administración de la Presidenta al término del primer trimestre de gobierno y ante un año que se observa complejo, con grandes obstáculos internos y externos.
En materia internacional las amenazas provienen del vecino del norte, donde el 20 de enero asumirá Donald Trump su segundo mandato al frente de la Casa Blanca, bajo signos de arrogancia y prepotencia en todos los ámbitos, y para México especialmente en la migración, el narcotráfico, la violencia, y las relaciones comerciales.
También el panorama geopolítico presenta encrucijadas en un nuevo mundo tripolar, en el que América Latina se presenta como un buen bocado para Estados Unidos, Rusia y China. Ubicarse entre tales presiones no es cosa fácil.
En el campo interno las expectativas económicas no son las mejores con niveles de desarrollo decrecientes, complicaciones en las cadenas productivas, en la producción agropecuaria y energética, amén de la violencia entre los carteles de la droga insubordinados ante un gobierno que no atina a disminuirlos o al menos a someterlos.
No obstante, todo ello, la confianza ciudadana en CSP, es muy alta. El 75.1 por ciento está de acuerdo con ella, de acuerdo a TResearch International; 78 por ciento le concede la encuesta de El Financiero y para El Economista, el respaldo ciudadano está en el 64 por ciento.
En esta confianza popular es donde se encuentra la fortaleza de Claudia, más allá de grupos o personas que quieren autodenominarse, los manejadores del respaldo político y social ante un gobierno que en este momento puede manejarse con fuerza y autonomías propias, sin atavismos ni dependencia. Sólo con la certidumbre de mantener el rumbo del beneficio para las mayorías. Aquí está el reto.
SUSURROS
Con gran habilidad e inteligencia, como usualmente actúa, la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, teje fino para establecer una estrategia migratoria para defender a los connacionales que sean deportados del gigante del norte, en el que participan las secretarías de Relaciones Exteriores, Defensa y Marina.
Igualmente, coordina a todos los gobernadores de todas las entidades del país y a los titulares del Instituto Nacional de Migración, IMSS, ISSSTE y otras entidades de gobierno, con un solo objetivo, dar trato respetuoso a los migrantes que retornen a México, que se estiman pueden ser millones.
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