SALVADOR MARTÍNEZ G.
La marcha de la recuperación de la economía nacional sigue viento en popa tras los negativos efectos del Covid-19. En el primer semestre de este año el Producto Interno Bruto (PIB) creció 3.6 por ciento respecto al mismo periodo del 2022.
Además, en julio el peso mexicano ligó 7 meses consecutivos de ganancias en su paridad respecto al dólar, su mejor racha desde el 2008. Tan sólo en este año la divisa nacional acumula una apreciación de 14.7 por ciento, ubicándose en segundo lugar entre las monedas emergentes del mundo con mayor avance frente al billete verde.
El crecimiento económico del primer semestre es más elevado desde el 2012, lo que da muestra de la solidez en la recuperación, que podrá cumplir los objetivos del Banco de México para este año de un PIB del 3 por ciento.
Estos números se conjugan con una positiva disminución en el proceso inflacionario que se prevé pueda ser de 4.5 por ciento para final de año, mientras los ingresos por remesas logran nuevo récord al llegar a 5 mil 571 millones de dólares durante junio.
Todas estas buenas cuentas de los indicadores macroeconómicos del país son un duro golpe a la oposición política del régimen que se empeñan en hacer creer que todo está mal en México.
La buena marcha de la economía que se prevé continúe durante el 2024 será seguramente tema de campaña para quien abandere al partido Morena en la contienda presidencial de julio próximo.
En cambio, para el candidato opositor serán argumentos difíciles de debatir, sobre todo porque son contrarios a todos los pronósticos del ala conservadora que pronosticaba la debacle nacional para estas fechas de sexenio.
Veremos cómo se desarrollan los debates en materia económica y financiera.
SUSURROS
Gran sorpresa causó en el mundo la información de la calificadora Fitch Ratings que al bajar la calificación de la deuda soberana de Estados Unidos de AAA a AA+ con perspectiva estable, lo que irritó a la secretaria de Tesoro del país del norte, Janet Louise Yellen.
La baja en la calificación se basa en la considerable carga de la deuda de Estados Unidos y un desgaste en la gobernanza, lo cual fue calificado de arbitrario por parte de Washington.
Fitch proyecta que el déficit público de EU aumente a 6.3 por ciento del PIB en este año, desde un 3.7 por ciento del 2022.
La fortaleza de la economía más grande del mundo se ve así seriamente amenazada, lo que corre en paralelo a la debilidad de su influencia política global manifestada por las consecuencias de la guerra de Ucrania, el crecimiento de los BRICS y el debilitamiento del uso del dólar como moneda de intercambio comercial internacional.
¿Qué otras cosas más estarán aún por verse en el corto y mediano plazo?
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