ASUNTOS DE PODER

R. MONDRAGÓN M.

Vivir en la CDMX es vivir estresado, entre el plantón de los maestros de la CNTE en las calles cercanas al Palacio Nacional, los vendedores ambulantes que se han apropiado de las principales calles y avenidas del Centro Histórico, pero sobre todo los altos índices de inseguridad que van en aumento y que no respetan a nadie. Es un reto constante sobrevivir en la capital del país.

En las dos últimas semanas que las alcaldesas y alcaldes comparecieron en el Congreso de la Ciudad, y como si fuera tan importante un mero trámite burocrático, todos sin excepción llevaron cientos de paleros acarreados para que les echaran porras, por lo que fue necesario cortar la circulación de las calles de Donceles y Allende, lo que generó mayor tráfico, contaminación y molestia entre los comerciantes y vecinos de la zona.

Los comerciantes de los perímetros “A” y “B” del Centro Histórico, que van desde el Eje Central Lázaro Cárdenas hasta Fray Servando Teresa de Mier, aseguran que más de 45 mil negocios están en riesgo de quiebra, lo que representaría pérdidas de casi ocho mil millones de pesos y fuentes de trabajo, sin que ninguna autoridad del gobierno de Clara Brugada o de las respectivas alcaldías los escuche.

OTROS ASUNTOS

El incremento de motociclistas que circulan en la CDMX es ya un problema de salud pública, aseguró Jesús Padilla, presidente honorario de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad.

Especialistas en movilidad comparan el aumento sin control de motocicletas como un problema de salud pública que tiende superar los fallecimientos por infartos y diabetes mellitus, porque estan involucradas en cuatro de 10 muertes de peatones.

Si las autoridades no atienden este problema, en el 2040 el número de motocicletas podría llegar al 70 por ciento de los vehículos registrados en la ciudad de México, agregó.

En opinión de Jesús Padilla, especialista en Transporte y Movilidad, los motociclistas han trazado sus propias leyes, porque exceden los limites permitidos de velocidad, provocan accidentes, incumplen los reglamentos de tránsito marcados para su protección y ellos mismos por su irresponsabilidad son objeto de muertes y lesiones.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en los últimos 10 años en México, el parque vehicular de motocicletas se incrementó en más del 200 por ciento al pasar de dos millones 500 mil a seis millones.

En la CDMX están involucradas en aproximadamente el 20 por ciento de los accidentes viales y sus conductores tienen 12 veces más riesgo de perder la vida que un automovilista.

Además, el uso creciente de motocicletas genera una crisis estructural en el transporte público, con consecuencias negativas en seguridad vial, salud pública y sostenibilidad urbana.

 

El gobierno en lugar de lavarse las manos, debería asumir su responsabilidad para facilitar la integración regional y tarifaria, de lo contrario los usuarios del transporte público ven a la motocicleta como un modo alternativo de movilidad.

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