>> Marcelo en la TV y Monreal de la mano del Niño de Atocha
>> Si hubiera dedazo, el sucesor debería de ser el excanciller
FRANCISCO GÓMEZ MAZA
Desde las primeras horas de la mañana de este lunes 12 de junio arrancaron, prácticamente, las campañas virtuales para la selección del candidato del Movimiento de Regeneración Nacional, adelantándose años luz a los partidos de la derecha, que aún no saben ni en dónde tienen la nariz para husmear al “bueno” que se opondrá al prospecto oficial.
Entusiasmados se vieron el excanciller Marcelo Ebrard Casaubón, quien mostró, en la televisión, una cara de absoluta seguridad y confianza en que el se levantará con la mayoría para representar a Morena y sustituir en La Silla a su compañero de parrandas políticas y gubernamentales, el presidente Andrés Manuel López Obrador.
De seguir la tradición de las sucesiones presidenciales, de que el presidente saliente designa, decide quién se va a sentar en su lugar, le tocaría ser el presidente entrante al Marcelo, quien tuvo un excelente desempeño como representante diplomático del mandatario tabasqueño y del país frente al mundo. Marcelo ha dejado un excelente sabor de boca, después de batallar con la creme de la creme de la diplomacia mundial.
Por lo pronto, en la víspera, el domingo, Ebrard fue a Tuxtla a presentar su libro en el auditorio principal de la Rectoría de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) y posteriormente, ese mismo día, encabezó un gran mitin, en el
Foro Chiapas, que se levanta en los terrenos de la Feria. Ahí le levantó el brazo de triunfador el hermano de AMLO, Pío López Obrador, su más importante promotor presidencial.
En su historia política, López Obrador y Ebrard Casaubón han coincidido en la carrera. Primero, AMLO fue Jefe de Gobierno de la Ciudad de México y Marcelo lo acompañó en puestos secundarios, pero muy importantes. Luego, a Marcelo le tocó ser jefe de Gobierno. Pareció que ambos iban y venían por acuerdos entre ellos. Tanto que cuando el tabasqueño ganó la Presidencia, Ebrard se vio en la antesala de ser el sucesor en Palacio Nacional. Parecía históricamente lógico que, una vez que concluyera el actual sexenio, automáticamente el canciller ocuparía la representación de Morena para la grande. Loa lógica histórica, costumbrista, indicaba que el actual presidente de la república ya tenía a Marcelo predestinado para que fuera su sucesor. Ambos habían venido de protegerse las espaldas el uno al otro.
Pero se le atravesó el asunto de la igualdad de género y empezó a sonar la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, que adolece de experiencia política pues la mayor parte de su carrera la ha vivido en el cubículo de los científicos que no tienen ni idea de lo que es un liderazgo de masas, ni tiene experiencia para mediar entre las clases, y menos confrontar a las cases dominantes que ejercen una práxis de explotación y exclusión, y hasta racismo, contra las clases pobres y los pueblos y comunidades indígenas.
El elector promedio preferiría para la presidencia de la república a un político sobre un científico. Y es que el político está mucho más propenso a tener sensibilidad social para atender los grandes problemas de la sociedad, mientras que el científico carece, en general, de la sensibilidad social para mediar entre las clases y paliar la explotación que las dominantes ejercen sobre los trabajadores obreros y campesinos.
El senador Ricardo Monreal Ávila apareció también en las pantallas de la televisión para iniciar su campaña presidencial, agarrado de la mano de su Santo Niño de Atocha, como una fiel deidad que, de acuerdo con la fe del zacatecano, lo llevará de la mano para ganarle a todos la representación morenista para la presidencia de la república, que a todas luces será para el representante del partido fundado por AMLO en virtud de que la oposición no tiene ni idea, no sabe, que habrá un proceso electoral y que habrá elecciones en este país en primer domingo de julio del 2024.
Claudia Sheinbaum y Adán Augusto no aparecieron, este lunes, en la televisión, o por lo menos este escribidor no los vio porque no podía permanecer tanto tiempo frente a la caja idiota. Pero ya aparecerán, todos en la espera de que la dirigencia de Morena cumpla con los tiempos para elegir, gracias a las encuestas, a quien ocupará la silla presidencial para el sexenio que comenzará en diciembre de 2024.
Pero el Morena se preguntan si Ebrard violó el acuerdo de evitar medios reaccionarios al presentarse en el programa de Cero Gómez, en la mañana de este lunes.