>> Solamente en Nuevo León desaparecieron 51 seres humanos en enero
>> Claro. En el estado regio sólo le importaría a Samuel si fuera Tik Tok
FRANCISCO GÓMEZ MAZA. Es difícil, doloroso, estar pendientes y desnudar los dramas que se viven en este mundo. Preferiría escribir de cuestiones positivas, totalmente bellas. Pero, contradiciendo a los muy optimistas, rayanos en la inconsciencia, hay tanta belleza como fealdad en los corazones humanos. Coexisten los amores y los odios (las filias y las fobias), como en los días de la ira, de confrontación entre el Eros y el Tánatos, entre lo bólico y lo diabólico. Entre los chairos y los fifís, como se califican en México los contrarios políticos.
Pero ahora no se trata de política como arte de bendecir o maldecir. La interrogante que se impone, para empezar, es: Qué está pasando en el estado de Nuevo León, a cuyo frente está un personaje mediático, que no ve más allá de la cámara fotográfica de su mujer: Samuel García, pero no el colega periodista. Y la misma interrogante vale para todo el país, La desaparición de personas es un sello que marca los inicios del año 2023, previo al cambio de mandos de la república, cuando los y las buscadoras de sus hijos continuarán interpelando al sucesor de López Obrador por la desaparición de un hijo, una hija, un padre, una madre, un hermano, una hermana…
La desaparición de personas va en aumento en aquel estado, al que aprendí a querer hace muchos años, desde que mi maestro de filosofía, Adolfo Suárez Rivera, fue designado obispo de aquella diócesis.
En enero de 2023, se registraron 51 desapariciones de personas en el estado de Nuevo León*, incluyendo casos de desapariciones grupales, lo que refleja la gravedad de un problema que no ha sido atendido, nos ha informado Javier Orellana, encargado de las relaciones con los medios informativo de CADHAC, organismo defensor de los derechos humanos, fundado por la hermana Consuelo Morales.
Las desapariciones en Nuevo León suceden en un contexto de violencia equivalente a los momentos más álgidos de la guerra contra el narcotráfico en 2010 y 2011. Así de grave es la situación de muchas familias neoleonesas, que buscan y buscan a sus seres queridos por todos los sitios donde presuntamente los secuestradores entierran los cadáveres de sus víctimas.
Y de qué se queja el Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos (CADHAC). Lamentablemente, sin ninguna confianza, sin ninguna esperanza, se queja de la inacción del gobierno del estado. ¡Si fuera Tik Tok, el gobernante y su mujer estarían prestos a llamar la atención de los regiomontanos o regios. Bueno. Es que la verdad, nadie se preocupa por los desaparecidos. No vale la pena. Los humanos nos podrimos al final de la vida y no volvemos jamás. ¿Valemos o no valemos la pena?
La gente de CADHAC está consciente de que no existen excusas ni impedimentos legales para que el gobierno (actualmente de Samuel García, apadrinado por Dante Delgado Ranauro, dueño de Movimiento Ciudadano y sus financiamientos, y AMLO) desarrolle políticas de prevención, atención, reparación e investigación efectivas de las desapariciones de personas.
En 2023 entró en vigor, lleva ya un mes y cinco días, la Ley estatal sobre desaparición de personas. Además, desde 2011 existen en el estado múltiples acciones e instituciones desarrolladas para hacer frente a esta tragedia, propuestas desde las propias familias víctimas.
En pocas palabras, las autoridades de Nuevo León están ante una problemática bien conocida por la sociedad neoleonesa y especialmente por las familias de las personas desaparecidas. Sin embargo, la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León no tiene fiscal por una crisis de gobernabilidad que lleva varios meses. Así mismo, es evidente la incapacidad de las autoridades para detener las desapariciones y otros actos violentos que están a la orden del día.
Las desapariciones de personas en Nuevo León han aumentado de forma alarmante, durante los últimos años. No hay pretextos para la inacción de las autoridades. CADHAC, al borde de la desesperanza, ha convocado urgentemente a las autoridades a asumir la responsabilidad que les corresponde y a poner en marcha el andamiaje institucional, construido durante más de una década de denuncia, búsqueda y demanda.
Pero no sólo es Nuevo León. En todos los estados es cotidiana la desaparición de personas, principalmente jovencitas y jóvenes.
En días pasados, la prensa reportó que, en Chiapas, fueron localizadas 87 personas que había desaparecido, en enero. En el estado de Hidalgo se reportaron 35 personas desaparecidas en enero; 17 ya localizadas, una fallecida. Jalisco, por su parte, reportó al menos 50 personas desaparecidas en lo que va del 2023. En enero hubo 75 denuncias, y únicamente 25 de ellas han sido solucionadas. Quedan 50 sin resolver.