>> El campechano culpa a Alfredo del Mazo
>> Quizá Delfina tenga que hurgar en Andorra
FRANCISCO GÓMEZ MAZA. Sin vergüenza, el sinvergüenza de Alejandro Moreno Cárdenas, Alito, culpa al gobernador Alfredo del Mazo Maza de la debacle de Alejandra del Moral, o sea de la muerte del partidazo tricolor, en las elecciones del domingo 4 de junio, cuando Delfina Gómez Álvarez, barrió con las cenizas del PRI en las ciudades, pueblos y comunidades del Estado de México.
La verdad sea dicha. El tricolor estaba ya muerto cuando Del Moral arribó a la casilla donde le tocó depositar su voto. Y si sobrevivió en Coahuila fue por los Moreira, que hicieron el milagro de darle respiración artificial de boca a boca, ayudados por una ciudadanía que es más moreirista (no morenista, señor corrector de estilo) que priista. Igual habría ganado el PAN, ya que a Manolo Jiménez le da igual PRI que PAN, y a los coahuilenses no les dice nada ninguna transformación de la vida pública. Están conformes con las migajas que les dejan los priistas.
Y entonces, quién es el culpable de la docena de gubernaturas perdidas por el PRI desde que el prócer campechano empezó a jalar la reata del otrora partidazo. Pues claro que el priista de las conversaciones cínicas por línea telefónica, que alguien entrega a los adversarios del exgobernador campechano, quien, si los priistas tuvieran dignidad, ya estaría dando sus lástimas al desprecio en la calle, echado sin miramientos del lujoso despacho del búnker tricolor, sito en Insurgentes Centro, en la capital de la república.
Si ya se pasaron de aguantadoras, ¿o cómplices? lo que queda de las fuerzas vivas, que ahora tienen que ir a intentar reconstruir lo que está ya perdido, que son los partidos de la alianza Va por México y el ánimo emprendedor del padre de los patriotas de la derecha y la extrema derecha, el junior Claudio X. González, tareas que no tienen ya caso porque no se ponen de pie ni cantándoles el himno patrio.
El fracaso monumental en el Estado de México, cuya ciudadanía prefirió a una modesta maestra de primaria, en cualquier pueblo mexiquense, a una señora elegante, con rolex en la muñeca izquierda y un bolso Gucci, atascado de perfumes y lociones de clase, no tiene redención. Es pérdida total, tanto que el Señor X debe de ir haciendo maletas para irse en alguno de sus transportes de lujo a la costa francesa, o a la isla de Ibiza en donde seguramente no se encontrará con ninguno de los sedicentes líderes del panismo y menos del priismo fracasado, o del PRD sin rumbo ni destino.
Y mientras los perdedores electorales, con harto dinero en los bolsillos y en sus cuentas bancarias establecidas en los centros financieros más privilegiados del mundo, traman su siguiente fracaso, la maestra Delfina tiene que estar ya poniendo en práctica sus ideas y sus planes para reinventar ese Estado de México empobrecido por las huestes tricolores, que lo exacionaron a más no poder.
Ojo: Aún deberán de estar en la agenda de las autoridades del Ministerio Público los grandes actos de corrupción perpetrados en la administración de Alfredo del Mazo Maza y su escudera, Ale del Moral.
Por ahí tendría que empezar la profesora Gómez Álvarez. Quizá tenga que hurgar en las arcas de Andorra. Pero ningún multimillonario hurto, perpetrado por los bandidos de la caquistogracia nopalera debe quedar impune.
Se lo agradecerán cientos de miles de indígenas pobres, paupérrimos, que pueblan el estado de México; que medio comen y medio visten y sólo viven para buscarse el pan de cada día, y cuando mueren, mueren sin rezo ni confesión.
Ah, Y como estoy seguro de que aún queda una priista decente, ésta debe, por compromiso personal, exigirle a Alito que se vaya a hacer frente a la justicia. ¿Oíste querida amiga priista?