ANÁLISIS A FONDO/ La Ruptura

>> ¿Caminos paralelos, Andrés Manuel y Ricardo Monreal?

>> Cualquiera para la presidencia. Menos el zacatecano

FRANCISCO GÓMEZ MAZA. La detención y encarcelamiento de José Manuel del Río Virgen, colaborador del líder de la mayoría en el senado, Ricardo Monreal Ávila, parece más un pleito por chismes de familia que un caso de barandilla. Lamentablemente, irremediablemente, alguien está cometiendo un bárbaro acto de injusticia.

Un pleito de familia que tuvo su primera crisis cuando el ahora presidente de la república hizo a un lado al ex gobernador de Zacatecas, prefiriendo a la señora Claudia Sheinbaum Pardo para exponerla como candidata triunfadora para la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

El secretario técnico de la Junta de Coordinación Política del Senado, a cargo del líder de la mayoría morenista Ricardo Monreal Ávila, llevaba ya 100 días encarcelado el reciente jueves. bajo una acusación muy endeble de asesinato político. Y su caso, estaba ya convertido en un símbolo de la i9nevitable ruptura entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el senador zacatecano que, a todas luces, se ha constituido en un baluarte de la Cuarta Transformación en el poder legislativo.

Mucho se rompió y profundo entre dos personajes representantes del nacionalismo mexicano, a contracorriente de la revolución mexicana, fracasada, sobre todo, por la corrupción de muchos de sus líderes y de los herederos de un PRI corrupto.

Andrés Manuel y Ricardo habían caminado casi codo con codo desde hacía, por lo menos, un cuarto de siglo. Los dos fueron militantes del PRI. Y se encontraron en el frente democrático encabezado por prominentes ex priistas de la talla de la maestra Ifigenia Navarrete, Porfirio Muñoz Ledo y Cuauhtémoc Cárdenas.

Después del gran fraude de la elección de Carlos Salinas de Gortari, tabasqueño y zacatecano se hallaron, se encontraron, se abrazaron en el mismo frente: en la izquierda de aquel Partido de la Revolución Democrática, que ahora es la vergüenza de sus padres fundadores por su traición a los principios y doctrina que le dieron vida.

La acusación de asesinato, pese a lo que digan, hagan o dejen de hacer los jueces de Cuitláhuac García, el gobernador consentido de Andrés Manuel, no se sostiene. De esto está convencido el líder del grupo de senadores de Morena.

Por lo que no hace, por lo que calla, pareciera que el presidente está absolutamente de acuerdo con la persecución judicial del secretario técnico de la Jucopo. No se puede interpretar de otro modo su silencio.

Monreal Ávila no tiene ni tantita confianza en el sistema de justicia veracruzano, obviamente manipulado por Cuitláhuac García para mantener la acusación de asesinato en contra de Del Río Virgen. Sin embargo, le lleva ventaja a Andrés Manuel. El senador confía plenamente en la justicia federal, en manos de un incondicional del presidente, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Monreal Ávila sueña en ver libre a su colaborador y amigo. Y está seguro de que la justicia federal se impondrá al autoritarismo. Por fortuna existen órganos jurisdiccionales federales, independientes, autónomos y objetivos.

Monreal está seguro de la inocencia de José Manuel del Río Virgen, inocencia que el tiempo y los procesos judiciales se han encargado de demostrar, una y otra vez.

Sin embargo, el hecho de que Del Río Virgen permanezca en prisión sujeto a proceso penal no sólo es producto de la necedad, la corrupción y los excesos del gobierno de Veracruz, y de su Poder Judicial.

En el hecho se confirma la ruptura. Monreal no puede ser candidato de Morena para la Presidencia de la República. No puede. La candidatura puede ser para Claudia Sheinbaum, para Adán Augusto, para cualquiera. Menos para Monreal. Y no es que haya traiciones. Lo que hay es envidia.

Por qué razón. Alguna vez, quizá en su anunciado testamento político, Andrés Manuel lo confesará.

Mientras tanto, lo que peligra es la elección presidencial. Quien sea el elegido no juntará 30 millones de votos en julio de 2024.

Y todo por una caprichosa ruptura, que mantiene en la cárcel a un importante colaborador del Senado de la República.

A DESFONDO: En la mesa “Contexto Histórico y Cultural del Cáñamo y del Cannabis”, moderado por la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, presidenta de la Comisión de Estudios Legislativos Segunda, el antropólogo e investigador de la Universidad Autónoma de Puebla, Julio Glokner Rossainz, informó que, en la antigüedad, la marihuana formó parte de tratamientos para la oftalmía, fiebre, insomnio y disentería. A esos tratamientos se han sumado los que tienen que ver con la estimulación del apetito, los dolores reumáticos y las náuseas derivadas de las quimioterapias para el tratamiento del cáncer.

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