>> Muchas madres, por ignorancia, inculcan el machismo en los niños
>> En Palacio creen que la igualdad de género es reparto de puestos
FRANCISCO GÓMEZ MAZA. Ayer martes 8 de marzo, Día de la Mujer, en el Patio Central de Palacio Nacional, triunfalismo seudo feminista.
En las calles de las ciudades del país, enojo y frustración de miles de feministas.
Y un poco de violencia de las “mujeres de negro”.
Es que la igualdad de género no es reparto de puestos públicos, no es 50/50 ni en el poder ejecutivo, ni en las cámaras legislativas, ni en el salón de sesiones del poder judicial, ni en el aparato burocrático, ni en los partidos políticos…
Las mujeres que tienen chamba en la administración pública, en el gabinete presidencial, en las cámaras, en el poder judicial, en el Banco de México hablan, elogian, la “paridad de género” existente en el gobierno de López Obrador, pero no parece que se den cuenta de que esa “igualdad” burocrática no toca la desigualdad histórica y la superioridad violenta del macho sobre la mujer.
En Palacio hay paridad. En las ciudades, pueblos y comunidades del país sigue reinando la desigualdad, la violencia, la exclusión, la explotación, el uso de la mujer deshecho y el asesinato que deviene en feminicidio.
Igual, o peor, que la explotación, el racismo, la exclusión que ejercen las clases dominantes sobre los millones de trabajadores pobres que sobreviven en la economía.
Afuera de Palacio, cientos, miles de mujeres salieron a manifestarse en las calles -algunas muy violentas-; se manifestaron en contra de la violencia machista – muchas mujeres madres, por ignorancia, forman machos cuando le ordenan a la hija que lave o planche los pantalones de su hermano-; en sus demandas volvieron a reclamar a los gobiernos – al gobierno de López Obrador- que garanticen “el pleno derecho al aborto”, a la igualdad laboral y el fin de la impunidad de los agresores, de los feminicidas.
Y exigieron el fin del patriarcado, que viene desde los tiempos de los imperialistas aztecas, y desde antes, y que se consolidó con toda su fuerza con la dominación española y la violación de indígenas.
“Ahora que estamos todas (‘); ahora que no nos ven, abajo el patriarcado, que va a caer, que va a caer”, fueron cantando las manifestantes mientras marchaban por las calles, topándose con muros de acero protectores de monumentos artísticos, históricos, símbolos patrios, hasta llegar a la Plaza de la Constitución, donde hallaron un palacio nacional blindado de acero para que las violentas no bañaran de gasolina y quemaran las puertas de ese histórico edificio.
Y acompañó a las manifestaciones, el dolor por la muerte, por las violaciones y asesinatos, por los desgarramientos, por los feminicidios que no sólo no paran, sino que aumentan. Y que se incrementaron en estos tiempos de pandemia.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el año pasado (2021), fueron perpetrados 969 feminicidios; es decir, 2.6 asesinatos de mujeres diariamente, en promedio. Ese año se contabilizaron 1,006 víctimas de feminicidio. Cifras ya difundidas, pero poco conocidas por la inmensa mayoría de la población.
En enero 2022, se registraron 75 feminicidios.
Así, los mexicanos y las mexicanas están muy lejos de la paridad de género. Y más lejos aún de la paridad económica y social. La desigualdad es la realidad más lacerante de la sociedad mexicana.
A DESFONDO: En el trimestre octubre-diciembre de 2021 y con cifras ajustadas por estacionalidad, el Índice Global de Productividad Laboral de la Economía (IGPLE), con base en horas trabajadas, descendió 1.2% frente al trimestre previo. Por grupos de actividad económica, la Productividad Laboral en las actividades primarias creció 1.3%, en las actividades terciarias cayó 1.9% y en las secundarias disminuyó 0.3% en el mismo lapso. Por sector de actividad y con series desestacionalizadas, durante el cuarto trimestre de 2021 la Productividad Laboral, con base en las horas trabajadas en los establecimientos manufactureros, tuvo un avance trimestral de 2%, en las empresas constructoras de 0.2%, en las empresas de servicios privados no financieros de 4.6% y en las de comercio al por menor aumentó 1.1%. El Índice es elaborado al alimón por la Secretaría del Trabajo y el INEGI.