>> ¿El contenido de los libros de texto? Ni lo entienden
>> ¿El comunismo? Acabó con la caída de la URSS
FRANCISCO GÓMEZ MAZA
A los críticos feroces de los libros de texto gratuitos lo que menos les importa son los libros y sus contenidos. Cuestionan los libros, pero no por los libros. son el pretexto para continuar atacando, con odio morboso, al presidente Andrés Manuel López Obrador. Éste es el objeto de su odio y algunos hasta han llegado a desearle la muerte. Es increíble, a 15 meses para que concluya este sexenio.
Y qué fue lo que pasó. Sencillamente que con López Obrador se acabaron los privilegios. La vida muelle que otorgaba el llamado servicio público se convirtió en trabajo intenso, sin horario, con la filosofía de servir a la ciudadanía y, primero, a los más pobres.
Habrá que recordar que, en cada ocasión en que se hace una reforma al contenido de los libros de texto gratuitos, por razones de coyuntura histórica, avances científicos y tecnológicos o simplemente para actualizar los contenidos, la prensa escrita, la radio y la televisión se visten con la toga y el birrete de solemnes juzgadores, de grandes censores de los libros, haciéndose eco de las sinrazones de los grupos de la derecha ultraconservadora panista, de los obispos ultraconservadores, de los grupos de presión como la llamada Unión Nacional de Padres de Familia, que sólo aparecen cuando hay que atacar los libros de texto gratuitos con el pretexto de la defensa de “las buenas costumbres y la moral”.
Pero en esta ocasión es patente que a los críticos les importa un bledo la moral o la inmoralidad, porque ellos mismos viven con prácticas de inmoralidad en sus relaciones con el próximo, utilizando la terminología seudo religiosa que ellos emplean. Para ellos, la moral es solamente un árbol que da moras
Ahora, sólo la prensa corporativa, la prensa de derecha, les cree a los moralistas; en realidad puy pocos les creen a los que critican el contenido de los libros; pocos reparan en sus sinrazones moralistas, moralinas. La sociedad o, mejor dicho, el pueblo, está demasiado abierto para aceptar la opinión de un grupo de devotos de la vela perpetua, o de las hijas de maría. Por esto mismo, los enemigos, no de los contenidos de los libros, sino del presidente López Obrador buscan otras sinrazones como el miedo al comunismo, sin siquiera saber qué es el comunismo se acabó el 25 de diciembre de 1991, cuando el presidente Mihail Gorbachov anunció la disolución de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas). Las Revoluciones de 1989, también conocidas como El Otoño de las Naciones, fue una ola revolucionaria que recorrió Europa central y oriental en el otoño de 1989, ocasionando el derrocamiento de los estados socialistas de estilo soviético dentro del espacio de unos meses. Los nombres para esta serie de acontecimientos se remontan a las Revoluciones de 1848, también conocidas como «La Primavera de las Naciones».
Pero la derecha mexicana insiste en que el presidente López Obrador es el germen del comunismo en México y, mientras la economía mexicana ha llegado a ser una de las más boyantes del mundo en los últimos cuatro años, gracias al ingreso de divisas provenientes del corazón mismo del capitalismo, los Estados Unidos, tanto de los mexicanos que viven y trabajan allende el Río Bravo, y los inversionistas de diversos países han venido a asentar sus inversiones en este país, que es un centro estratégico para que sus dólares se multipliquen, los panistas siguen insistiendo en que con López Obrador México va directamente al comunismo, cuando al actual presidente sólo le faltan 16 meses para concluir su mandato.
Ahora, los panistas, que a eso se reducen todos los grupúsculos conservadores (los ultraconservadores se cuecen aparte. Esos están agazapados en el Yunque y no andan haciendo alharacas antilopezobradoristas), ponen de pretexto al comunismo, meterle miedo a la gente, en momentos en que sólo hay economías desarrolladas y economías muy depauperadas por los boicots del imperialismo estadounidense.
En honor a la verdad, los libros de texto tienen de comunistas lo que mi diario tiene de extraterrestre, Así que los albicelestes debían de preocuparse exclusivamente porque en las próximas elecciones no se acerquen a porcentajes de votación que podrían acelerar su desaparición como partido político.
Da, sin embargo, pena que personas de buen corazón se traguen la mentira panista del comunismo que ni Marko Cortés se la cree.