>> Yasmín, Loretta y Arturo, muy “4” pero no se bajan el sueldo
MARTHA ELBA TORRES MARTÍNEZ
Morelia, Michoacán. Como árbitro, dueño del balón y de la cancha electoral -como referí en entrega anterior- el presidente López Obrador nominó ya dos candidatas. Con el “destape” que hizo de Xóchitl Gálvez por el Frente Amplio por México, implícitamente lo hizo con Claudia Sheinbaum.
Vaya ayudatotota a la senadora hidalguense: de una más del bonche que se apuntaron desde el principio para la candidatura presidencial por el Frente, fue AMLO el que la dio por “buena” e hizo de ella un hitazo mediático. No importa que esté loca, que sea india, terca y respondona, porque ya puede el electorado contrastarla con la insignificancia, insipidez, opacidad y manejabilidad de su “favorita”. Pobre. Quiere tanto parecerse a su creador, que perdió personalidad.
Y también le facilitó las cosas al FAM: porque si, tanta aspiración sonaba a muchedumbre. Así que solitos comenzaron a decantarse. Esta columnista ve dos en la elección primaria: Xóchitl y Enrique De la Madrid; una apartidista cercana a Acción Nacional y un priísta; tres, es mucho. Santiago Creel tendría que autosacrificarse en aras del movimiento y esperar por la senaduría y coordinación de bancada.
Entonces, con el mejor publicista en la “mañanera” porque todos los días viene hablando de los adversarios, el Frente se ocupa de la otra parte importante, porque en el 2024 la fórmula de éxito está en el nombre y la propuesta.
Ya tiene al Comité Organizador y de Vigilancia con el ex consejero Arturo Sánchez, trabajando la cuestión electoral para no ir más allá del marco legal. Y no pudo haber mejor elección para encabezar la elaboración del Plan de Gobierno 2024-2030, que José Ángel Gurría. Fue canciller y secretario de Hacienda con Ernesto Zedillo y por 15 años, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, la OCDE.
El economista tamaulipeco, si que tiene ángel, capaz, cortés, educado, ingenioso y creativo; convocará a todo aquel y aquella, con conocimientos, experiencia e interés, para integrar soluciones viables a tantos problemas que en tan solo cinco años ha generado AMLO y reconstruir al país. ¡Y ojo! en esta dinámica podrían proyectarse los perfiles para la conformación del primer gobierno de coalición.
Me encanta su idea de que todas y todos los mexicanos seamos aspiracionistas. ¿Quién jodidos no quiere un México de oportunidades, de progreso y paz, para nuestros hijos y nietos? ¡Yo sí!
Pero estoy con Xóchitl.
Insisto. Quien la “destapó” públicamente como candidata presidencial, no fue el “Supremo Poder Conservador” sino el “Supremo Poder Presidencial”; no fue Fox, ni Calderón, ni Salinas de Gortari, ni Claudio X. González; fue AMLO, el primer servidor público del país -violó la ley-. Él solito y su boca floja, le puso nombre de mujer a la competencia de su consentida. Con eso, igual él solito, reventó toda esa faramalla de los recorridos “corcholateros”, un gasto inútil y ofensivo que no dan más nota, que un atraco a mano armada.
Marcelo Ebrard ya lo vio y espera nada más que se concrete la “chicanada” con la encuesta, y mi favorito Ricardo Monreal, como Jacinto Cenobio, no se qué culpa esté pagando; Adán Augusto, a disgusto, por estar dirigiendo en remoto la Secretaría de Gobernación; los otros, ni huelen ni hieden.
Prende las alertas los señalamientos con Ciro Gómez Leyva, de la consejera electoral y presidenta de la Comisión de Quejas y Denuncias del INE, Claudia Zavala: “Los partidos políticos están realizando actos simulados para saltarse las reglas establecidas por el INE y eso podría resultar en el no registro de candidaturas o en la impugnación total de las elecciones presidenciales del 2024”. ¿Quién decidiría una u otra cosa sobre campañas anticipadas? El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, tan amenazado como la Suprema Corte.
Pero a ver. El bloque obradorista en el Instituto decidió no emitir medidas cautelas a las giras “corcholateras”, así que se va al TEPJF; ¿Quién abrió desde julio del 2021 la sucesión y quién esta todos los días en temas electorales y candidaturas? El presidente López Obrador; ¿A quién beneficiaría llegar al extremo de suspender las elecciones presidenciales? Claro que al Presidente; ¿y quién puede parar al Presidente? Otra vez, la vapuleada Corte.
Y sí. López Obrador es misógino, machista y patriarcal, que tiene perfectamente definido el rol de las mujeres en su secta político/religiosa: sumisión y obediencia. Niéguenme que Claudia no es nadie sin López Obrador; él la quiere como presidenta para seguir gobernando atrás de ella. Es el jefe de la nueva mafia.
«Usted, señor presidente, es un machista. Las únicas mujeres que usted respeta son las que usted impone, porque a los machos como usted les asusta una mujer independiente e inteligente, en mi vida nadie me ha regalado nada», le respondió Xóchitl a través de un video, luego de que la acusara de ser la candidata de la “mafia del poder” y de otros “traficantes de influencias”…
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Pero, para traficante de influencia -este sí, sin comillas-, quien fuera su consejero jurídico Julio Sherer, encuerado en el libro “Traición en Palacio: El negocio de la Justicia en la 4T” y escrito por el periodista Hernán Gómez Bruena.
Veo dos encomiendas del rencoroso y vengativo Presidente en este trabajo: la “traición” de su gran amigo Sherer Ibarra y del ex ministro presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, por falta de entrega total.
A ambos, Gómez Bruena, un partidario cuatroteísta, los pone como las cabezas de la red de corrupción y tráfico de influencias en los grandes y multimillonarios juicios en los que se involucran los potentados del dinero en este país, y curiosamente le limpia el tracerito al Presidente, porque cree -inocentemente, el autor-, que nunca se pudo enterar en ¡tres años! lo que hacía el colaborador más cercano a él.
Que sus “gargantas profundas” nunca le dijeron porque le tienen mucho miedo; que a pesar de la larga cadena de corrupción comprobada -las casas de Bartlett, los ventiladores para la pandemia, la estafa en Segalmex, las casas de José Ramón y los negocios de Andy, los contratos a la prima, etc.-, en el gobierno actual “hay menos corrupción que antes”; que urge una reforma al Poder Judicial, como la quiere el de Macuspana.
¿Pues no que él sabe todo lo que pasa en este país? ¿No aseguró en septiembre de 2019 -cuando quería enjuiciar a Salinas, Fox, Felipe y Peña-, que los negocios más jugosos que siempre se hacían al amparo del poder público, llevaban el visto bueno de los presidentes? “¡Basta de hipocresías!”. Ahora resulta que cualquiera puede verle la cara de pendejo al Presidente que de todo se entera…
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Quien sigue sufriendo la violencia misógina y machista de López Obrador, es la presidenta de la Corte, Norma Piña. Y no va a parar. Pero tampoco ella va a claudicar.
Desde Palacio, sigue salpicando heces con eso de que las y los ministros ganan más que el Presidente, pero no sabe que hay muchísimos más funcionarios que ganan más que él. Triste papel con el que debutó la pseudo titular de Segob, Luisa María Alcalde, con su carta pidiendo explicaciones por los 600 mil pesos que gana un o una ministra. Que primero lea la Constitución.
Pero hay una arista interesante en este asunto: la respuesta a la petición a Alcalde Luján, fue firmada por las y los 11 ministros. Toditos, no faltó una o uno. Argumentaron que ya se habían bajado 25 por ciento los sueldos en 2019, y que por norma, no pueden ser disminuidos por decisiones tomadas por otros Poderes de la Unión.
A lo que voy, es ¿por qué, las ministras Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz, así como Arturo Zaldívar, se han tardado tanto -nada más cuatro años-, y no han renunciado voluntariamente a 158 mil pesos mensuales, de su sueldo y prestaciones y cobrar solo 120 mil pesos?
La “obradorista” Guadalupe Taddei, presidenta del INE, le dio el gusto. Pero en la Corte, el compromiso ideológico con la 4T, no obra. Y bien fácil: basta que esta tercia done sus ingresos excesivos al Instituto Nacional para Devolverle al Pueblo lo Robado. Si, ese mismo donde dinero, joyas y autos, desaparecen por arte de magia…
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Hoy se cumple una semana del asesinato a mansalva de Hipolito Mora, en La Ruana, tenencia donde las fuerzas armadas tienen una Base de Operaciones; se ubica a unos 200 metros del lugar donde 25 sicarios dispararon más de un millar de tiros que en todo el pueblo se escuchó. Menos los militares y Guardia Nacional.
Una semana también, de una cadena de desaciertos en la retórica discursiva del gobernador morenista, Alfredo Ramírez Bedolla. Tan sencillo como fingir -así lo hacen siempre los gobernantes- una pizca de conmiseración ante el crimen tan atroz del líder de las autodefensas.
El asesinato de Hipólito cimbró estatal, nacional e internacionalmente; el hecho y las declaraciones del mandatario michoacano fueron tercer lugar en lo más comentado en redes, de acuerdo al Amlometro digital. La desaprobación al desdén ante un homicidio anunciado, fue total.
Y ni una línea de contención a la crisis mediática. A Julieta López Bautista podrá colgársele todos los demonios que quieran, pero había reacción rápida a la avalancha de comentarios negativos, cada vez que Silvano Aureoles metía la pata, y si que era muy seguido. A la primera, Zayin Villavicencio, la nueva coordinadora de Comunicación Social de Bedolla, tampoco pudo. O no supo…