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JAVIER ESQUIVEL DÍAZ. El 17 de octubre de 2019 dio inicio la construcción el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles conocido por sus siglas como AIFA. Ese día -en el que hubo discurso presidencial de alto impacto mediático- no comenzó la historia narrativa que durará al menos 50 años.
Hablar de un relato que perdure más de 5 décadas pareciera ser excesivo para una obra pública pero no lo es ya que la construcción tiene de fondo todo un potente relato que ha trascendido a lo largo del tiempo y que seguirá vigente por mucho tiempo más.
Recordemos que desde la campaña electoral de 2018 el tema del nuevo aeropuerto en la base militar de Santa Lucia ya era motivo de conversación política y causal para la generación de contenidos periodísticos, pero también utilizado como bandera política y causa social en algunos casos.
La reconversión de la sede aérea del Ejército y la cancelación del proyecto texcocano fueron motivo de conversaciones noticiosas nacionales e internacionales, pero también fue un tema suficientemente atractivo para generar discusiones y comunicación disruptiva suficientemente útil para una campaña presidencial.
Durante la construcción del AIFA la oposición al gobierno utilizó el tema para hacer un contraste desorganizadamente tanto en foros parlamentarios como en medios de comunicación. Dicho desorden al atacar y contraatacar con el tema acentuó y fijo el tema en la agenda pública más que desvirtuarlo.
La construcción del AIFA también fue tema de una consulta popular, pero también es usado hoy como una de las banderas insignia de logros de gobierno.
El estar en posibilidades de anunciarlo hoy, también atravesó por los filtros de la veda electoral en la revocación de mandato. La ley recientemente interpretada por el Congreso ya no es pretexto para efectuar la máxima publicidad de la obra.
En esta historia narrativa del AIFA han participado diversos actores que han enriquecido el relato. La participación de las Fuerzas Armadas son un mensaje claro y contundente de su alta efectividad y de su inquebrantable lealtad.
Destacan también los mensajes políticos que cientos de legisladoras y legisladores federales y locales de todos los partidos políticos han generado sin olvidar que muchas de ellas y ellos han ido a visitarlo para luego expresar su beneplácito de la obra. Aunque ahora entre dientes lo rechazan ante la prensa.
Los grupos de la sociedad civil que se manifiestan en contra o a favor sin haberlo visitado o usado completan el escenario de actores.
Antes de su inauguración y después de ella fue tema de alto impacto en redes sociales por la distancia y su lejanía, pero también lo fue por las certificaciones internacionales. Hoy la conversación se da sobre cuáles serán las aerolíneas que serán usuarias del puerto aéreo y su rentabilidad electoral para 2023-2024.
La comunicación gubernamental sobre el tema ha hecho lo suyo. Ha transitado por los primeros pasos naturales para anunciar una obra como la que se esta semana se puso en funcionamiento: colocó en la mesa de la opinión pública y publicada el análisis del problema y su propuesta de solución, pero también guío los flujos informativos en materia de negociación con todos los empresarios involucrados.
Sin embargo, en este sector todavía falta la aplicación de las tácticas comunicativas que logren los consensos en su implementación, en la transparencia y rendición de cuentas sobre los recursos para su aplicación y quizá la frontera más difícil será el comunicar los resultados de la obra a lo largo del tiempo con una sociedad predispuesta a evaluar y descalificarlo todo prematuramente.
En los próximos meses esta narrativa será tan vigente como ahora. El AIFA independientemente de sus resultados, los cuales hacemos votos para que sean favorables, serán tema para la campaña presidencial de 2024.
Hoy ya incluso el tema del AIFA está siendo analizado como elementos temáticos para las campañas de renovación de gubernaturas en este año y para la del Estado de México en 2023.
@javoesquivel.
