MARÍA AMPARO CASAR
El PRI debería cobrarle a la 4T el copyright, la marca registrada de su antiguo manual de Cómo Gobernar. Como una edición corregida y aumentada.
Estamos en una situación muy similar a la de hace décadas cuando se acuñó el concepto de partido-gobierno-Estado.
Cuando México no apareció en los libros de texto sobre democracia. Y en esta ocasión, sin visos de apertura ni de reformas graduales como lo fueron en 1963 los diputados de partido, su ampliación en 1973, el financiamiento público de partidos, la sustracción del control del gobierno sobre todas las actividades electorales, los tiempos de radio y TV, la prohibición de las afiliaciones sindicales, la representación proporcional…
Ejemplos de que al PRI le deben sus regalías hay de sobra. Tomemos algunos de los poderes y las instituciones.
Poder Judicial: Más allá del despropósito de la reforma, la elección de jueces, magistrados y ministros no será ni equitativa, ni justa, ni independiente. Será como las viejas elecciones de la época dorada del PRI con todo y el apoyo sindical y corporativo. Para mostrar un botón: Loretta Ortiz inició su campaña para ministra en un evento con los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y de la cementera Cooperativa Cruz Azul acompañada de sus líderes.
También retrocederemos casi 50 años en cuanto a candidaturas únicas. En Durango, por ejemplo, habrá un candidato para puesto. Así como en 1976 sólo hubo un candidato a la presidencia. Esto, casi 50 años después.
Como en la época del PRI de los años 50, 60 y 70 cargaremos con la partidización de la justicia pues la mayoría de los puestos serán para los allegados de Morena y aliados. De 62 candidatos y candidatas (una renuncia) a la Corte, 24 tienen ligas con Morena o con servidores públicos en funciones. Otros 26 no tienen experiencia alguna en el Poder Judicial.
¿Y el INE? Pues como si fuera la Comisión Federal Electoral del PRI-gobierno. Aquella presidida por Bartlett, también en 1976, cuando las elecciones estaban bajo el control absoluto del gobierno y era el encargado de organizar las elecciones y de contar los votos. La mayoría de los consejeros nombrados por su presidenta, cooptados.
Poder Legislativo. Se regresa a las mayorías constitucionales con 66% de los asientos y no precisamente por el voto popular sino por una escandalosa trampa que contó con la anuencia de la mayoría de los magistrados de alguna vez independiente Tribunal Electoral.
Poder Ejecutivo. El mejor ejemplo de los derechos de autor del PRI. Máxima concentración del poder y mínima rendición de cuentas de sus actos. Poderes constitucionales y metaconstitucionales. La ley no es la ley y si la ley me estorba y necesito legitimación pues cambiamos la ley. Para eso recuperamos la subordinación de los poderes Judicial y Legislativo. Para eso volvimos a la época en que no había órganos autónomos que cuidaran la transparencia, las compras públicas, el ejercicio presupuestal, la competencia, los derechos humanos o las elecciones. Nada de estorbos a la hora de gobernar. Nada de decisiones que molesten al presidente.
En una lanza de dignidad, el INE decidió -no de manera unánime- que los servidores públicos, instituciones y autoridades no podían promover la elección de los jueces. ¿Qué hizo la presidenta el primer día de campaña? Llamar al voto en Sonora y Chihuahua. Y, ¿qué dijo al ser cuestionada por tal ilegalidad? “Todavía no nos notifican”. Y, después: impugnaré la decisión.
Federalismo. También aquí había que operar el manual del gobernante priísta. Si no te apoyo no ganas; si no me apoyas te castigo; Si me apoyas te protejo.
También se aprendió la lección del clientelismo y el voto cautivo. Lo que es más, se modernizó. Antes se repartían tortas, refrescos, camisetas, gorras, almuerzos y traslados. Hoy se hace todo esto y además se entrega dinero en efectivo cuidando bien que quede claro que ese dinero viene del gobierno. Bueno, del partido-Estado-gobierno.
Morena prometió 10 millones de afiliados. La magnitud es enorme. Hoy el INE tiene registrados 2,3 millones.
No habrá ningún problema. Se cuenta con los Servidores de la Nación a cargo del erario, con brigadas especiales de casa por casa, con el SNTE que ofreció la mitad de los afiliados a través de los sindicalizados y de sus familias, con módulos de afiliación en los edificios del Poder Legislativo y del Poder Judicial, con la extorsión o condicionamiento de los programas sociales y con buena parte de las estructuras de las burocracias estatales y federales.
A diferencia de con el PRI, la gran mayoría de estas acciones y conductas hoy están prohibidas.
Lo que hacía el PRI nos podía parecer inmoral, pero no era ilegal. La ley permitía a Gobernación organizar en todas sus fases la elección, incluso decidir quién podía o no podía participar. Las afiliaciones gremiales no estaban prohibidas, la personalización de los programas sociales estaba permitida, la calificación electoral la hacían los propios legisladores, el destino de los recursos no estaba vigilado, el acceso a la transparencia y la información pública no eran tema.
Como académico, siempre me he adherido a la mejor práctica de citar las fuentes que nos sirven de inspiración o apoyo para nuestras ideas. Hoy Morena debería citar al PRI. Especialmente ahora que se volvió su aliado en la votación para evitar que se le quite el fuero a Cuauhtémoc Blanco, un hombre protegido por el régimen.