Trueba, Campeche y la economía nacional

RUBÉN MOREIRA VALDEZ*

Teníamos al menos uno de sus textos. Eran imprescindibles en aquellos tiempos. Faltaban más de veinticinco años para la explosión de derechos que significó la reforma de 2011 y, por lo tanto, cuarenta para la regresión que significó la del Poder Judicial.

Eran los días en los cuales un entusiasta maestro nos recomendaba leer de Juventino V. Castro un pequeño texto con un sugerente título: Hacia el Amparo Evolucionado. Por cierto, en 2011, el viejo ministro era diputado y votó la reforma que cambió, por una buena temporada, la forma de hacer justicia en México.

Trueba, al igual que Sierra Méndez, De la Cabada, Héctor Pérez Martínez y Carpizo, nació en San Francisco de Campeche. A Carpizo lo conocí en el año 1983 en el auditorio de mi escuela de Derecho; me impresionó su inteligencia; le precedía la fama de ser el autor de El presidencialismo mexicano. En 2009 supe de su inmensa generosidad. En mi modesta biblioteca, los textos de Trueba me recuerdan las clases de amparo con el sabio José Fuentes y las de Derecho Laboral, que con mucha simpatía nos ofrecía Francisco Almaguer.

Un Volkswagen nos llevó desde Saltillo hasta Cancún, era 1989 y no teníamos la violencia que nos inunda; el riesgo era quedarte tirado por una avería. Paramos en Campeche y acudimos varias veces al Ojo de Pulpo, una cantina ya desaparecida, pero que queda para la historia en Al calor de Campeche, novela de Rafael Ramírez Heredia. Allí cerca, la Puerta de Mar recordaba la muralla que algún día existió.

Trueba fue gobernador e intelectual. Escribió sobre temas jurídicos, pero también sobre su tierra. En 1960, en la colección Biblioteca Campechana de la Librería de Manuel Porrúa, se publicó La Muralla Campechana. El texto no solo narra la construcción de la obra defensiva y los incidentes que llevaron a su edificación; además, describe su impacto en la sociedad del entonces activo puerto. Es una reflexión sobre explotados y explotadores, pobres y ricos y lo inevitable que es la historia vista desde la lucha de clases.

Gobernadores de un pasado reciente reconstruyeron buena parte de la muralla y uno de los edificios emblemáticos que se había cargado la falsa modernidad. También hermosearon la ciudad y le generaron un buen prestigio para el turismo. Parece que nada es para siempre y la llegada del gobierno de Layda Sansores se acompañó de un notorio desdén y falta de interés por el estado. El sexenio se le fue entre venganzas, frivolidades y ausencias. El Tren Maya fracasó y no llevó la bonanza esperada.

La tierra de Trueba y Pérez Martínez ahora tiene una economía que no crece y un gobierno federal que, para el próximo año y en relación con el 2018, le recortó 15 mil millones de pesos al presupuesto.

*Coordinador del Grupo Parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados LXVI Legislatura Federal

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