
IRMA PILAR ORTIZ
De nada sirvió la experiencia del sexenio pasado, en el que saquearon los recursos públicos para llevarlos a obras de relumbrón.
El Gobierno federal no tiene dinero. Lo que hay, ya está comprometido y por eso destapan un hoyo para tapar otro.
Ahora van sobre el Fondo de Salud para el Bienestar (FONSABI), sí la reserva financiera que garantiza los tratamientos de alto costo contra enfermedades graves, como el cáncer, infartos, cuidados neonatales, VIH, entre otros.
Todos esos recursos serán destinados al mantenimiento de hospitales. Y, entonces, como se justifican los tan publicitados “impuestos para la salud”, que se aplicarán en 2026 a los refrescos y cigarros.
No tiene justificación, porque no tienen dinero, por más que todos los días desde Palacio Nacional repitan la cantaleta de que todo está muy bien e incluso, que la recaudación fiscal alcanzó una cifra histórica mayor a 5 billones de pesos, en los primeros 9 meses del año.
Desde el 2021, con el ex presidente López empezó esta errática medida para disponer de los recursos del FONSABI, primero bajo el pretexto de la pandemia, luego para financiar el extinto INSABI, y ahora para el IMSS Bienestar.
Pero, como lo hemos visto desde 2018, el dinero desaparece, surgen nuevos ricos, con empresas de reciente creación que, de manera sospechosa, ganan las licitaciones y luego de recibir los recursos, desaparecen sin hacer obra alguna.
Ya vimos cómo nos fue con la pandemia. Los hospitales sin equipo médico ni capacidad para atender a quienes llegaban esperando salvar su vida y a cambio recibían indiferencia.
De acuerdo con México Evalúa, entre 2019 y 2024, el Fondo gastó 381 mil millones de pesos, de ese monto, 256 mil millones, el 67%, se reintegraron a la Tesorería de la Federación.
Esto genera una grave incertidumbre y permite sospechar que es un fraude, ya que no existe información pública que permita rastrear su destino final, y no se puede constatar que esos recursos hayan sido utilizados efectivamente en salud pública, como denunció el diputado Éctor Jaime Ramírez Barba.
El diputado del PAN, quien además es médico de profesión, afirmó que los recursos del Fondo se han convertido en un «botín que el gobierno usa a su antojo, ignorando que son las reservas para enfrentar las enfermedades que empobrecen a las familias”.
“Que el FONSABI sea utilizado para gasto corriente, e incluso para mantenimiento de los hospitales, debilita la atención, toda vez que habrá menos recursos para medicamentos e insumos de alta especialidad, poniendo en riesgo la continuidad del tratamiento de pacientes graves”, dijo el experto.
Lo más lamentable es que, como siempre, los que menos tienen son los que pagan las consecuencias de estas malas decisiones. De su bolsillo tienen que sacar para comprar los medicamentos y estudios de laboratorio, pues de acuerdo a mediciones los gastos catastróficos en salud se dispararon 64% en 2024 frente a 2018.
En la antesala de la aprobación de la Ley de Ingresos 2026, el Partido Acción Nacional en la Cámara de Diputados propuso prohibir que el Fondo pueda ser usado en fines ajenos al sistema de salud; establecer obligaciones de transparencia, rendición de cuentas y auditoría hacia los recursos del Fondo y su ejercicio.
Propiciar la participación ciudadana, para dar seguimiento al ejercicio de los recursos de este Fondo y que efectivamente sea utilizado en beneficio de los pacientes de cáncer, VIH y otras enfermedades de alto costo.
Pero desde ahora, y no es por ser aguafiestas, pero nada de eso va a pasar. Morena aplicará su aplanadora legislativa y el FONSABI se irá extinguiendo poco a poco.
Ese es el sello de la casa. Demoler, desparecer, acabar, desmantelar, derribar.
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