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IRMA PILAR ORTIZ
Desde el oficialismo escuchamos la cantaleta de que el país va bien.
Que con Morena sí hay calidad en los servicios de salud, seguridad pública y en educación pública.
Pero, los números no mienten. Y qué bueno que las cifras y los datos sean los que ayuden a medir los resultados de las políticas gubernamentales y no se caiga en la trampa del dogmatismo.
De una eficaz política económica depende el bienestar y hasta sobrevivencia de millones de mexicanos.
Los números nos dicen que México enfrenta un crecimiento económico raquítico, caída en la inversión, endeudamiento y deficiencias en el sector salud, el campo y seguridad.
Se prevé que México tenga un crecimiento de un punto porcentual en este año; la deuda pública, hoy en 18 billones de pesos, alcanzará, en 2026 el 52.3 por ciento del PIB, con un costo financiero de 1.6 billones de pesos.
La estrategia de rescate de PEMEX significa una transferencia de más de 260 mil millones de pesos, cuando su producción cayó 7.6 por ciento.
Aunado a que hay sectores abandonados como el campo, porque no hay apoyos a los productores; los pequeños y micro negocios están en la supervivencia. Mientras, vemos una invasión de productos provenientes de otras naciones, desde maíz, frijol hasta electro componentes y semiconductores, medicinas y equipo médico.
México necesita crecer para combatir la pobreza, dar oportunidades y mejorar la vida de las familias.
Desde el PRI en las cámaras de Diputados y Senadores, encabezadas por Rubén Moreira y Manuel Añorve se propuso dejar de gastar en proyectos como Dos Bocas, el Tren Maya, el AIFA y en Mexicana de Aviación y mejor redistribuir los recursos en el sector salud, educación, seguridad, movilidad, campo y apoyo a las mujeres.
Para los priistas, el Paquete Económico que la Secretaría de Hacienda presentó para 2026, es irresponsable, engañoso y opaco; pretende más impuestos, mayor endeudamiento y un castigo directo al bolsillo de los mexicanos.
Su propuesta es incluir en las deducciones personales en el pago de impuestos, las compras de medicamentos, el pago de colegiaturas y los intereses en los créditos habitacionales; aunado a no incrementar las tarifas eléctricas, cobrar cero impuestos para alimentos procesados para mascotas, a los servicios de internet, telefonía celular y plataformas educativas digitales.
Los legisladores del PAN, por su parte, proponen que el litro de la gasolina sea de 20 pesos, para que moverse no sea un lujo; deducciones para colegiaturas y a las medicinas, porque hoy 40 millones de mexicanos que no tienen acceso a ninguna institución de salud. No hay medicamentos, no hay tratamiento para los niños con cáncer.
Denunciaron que “quieren encajar el diente a los que menos tienen, subiendo los impuestos y afectando a millones de empleos, sobre todo a los pequeños comerciantes”.
Como bien dijeron, la economía no se mide solo en puntos del producto interno bruto, se mide en tortillas, en litros de leche, en medicinas y en gasolina, y “lo que hoy tenemos es más deuda y menos futuro, más promesas y menos resultados”.
Lo cierto es que el Gobierno de México tiene retos que no ha logrado superar, con una economía compleja para los mercados, las inversiones y la ciudadanía. Mientras, seguiremos escuchando en cada mensaje oficial que vamos bien y quien diga lo contrario es porque “defiende o quiere recuperar sus privilegios”.
¿Es un privilegio tener acceso a una educación de calidad, a atención médica, vivir en un entorno de seguridad?
