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VERÓNICA VALDÉS GONZÁLEZ
Las declaraciones de la presidenta Claudia Sheinbaum sobre la existencia de pensiones millonarias de extrabajadores de la extinta Compañía de Luz y Fuerza del Centro y de Pemex ha ocupado un espacio importante en la agenda mediática de los últimos días.
No es para menos, el hecho de que algunas de esas pensiones alcancen hasta un millón de pesos mensuales, es un insulto para los millones de jubilados que, en promedio una pensión de siete mil pesos mensuales.
Lo peor del caso es que estas pensiones de privilegio las pagamos todos vía impuestos, pues tanto Pemex como la Extinta Compañía de Luz y Fuerza del Centro (LFC) tienen sistemas financieros deficitarios.
Anualmente el gobierno federal destina 52 mil millones de pesos para cubrir las pensiones de 36 mil 389 jubilados de ambas dependencias.
Para los extrabajadores de LFC el gobierno federal eroga 28 mil 74 millones de pesos para la pensión de 14 mil 73 extrabajadores, nueve mil de estos pensionados reciben una pensión de 100 mil a un millón de pesos.
En el caso de Pemex destina 24 mil 844 millones de pesos anuales las pensiones de 22 mil 316 personas jubiladas, 15 de las cuales reciben pensiones superiores a 340 mil pesos anuales; ocho, de 320 mil a 339 mil y 248 de 280 mil a 320 mil.
En promedio los pensionados de Pemex y de la Compañía de Luz reciben hasta 39 por ciento más y 140 por ciento más que el resto de los trabajadores pensionados a nivel nacional.
La presidenta Sheinbaum dijo que se analizan “cambios constitucionales, porque hay pensiones que son ofensivas para el pueblo de México”.
Seguramente habrá que analizarse con que fundamento se dieron esas pensiones, la legalidad y la vigencia de las mismas. Los cambios constitucionales serán futuros, así se prevé hasta ahora, es decir su aplicación no será retroactiva.
La revisión de las pensiones millonarias forma parte del ajuste fiscal que requiere realizar el gobierno federal. El gobierno destina cada vez más al pago de pensiones debido al envejecimiento de la población.
Se prevé que la población de adultos mayores se triplique en los próximos cinco años, por ello es importante hacer una reforma que asegure los ingresos para ineludible pago de las pensiones, mismas que tendrán que ser más justas.
