EL OTRO DATO/ México, entrampado; necesario salvarlo

JUAN CHÁVEZ

Crimen organizado, Pemex y poder en disputa.

Hay mucho, en la política, que no está claro y que los que están en la cúpula del poder no quieren que sepas.

Ofrece la presidenta Sheinbaum poner a flote al endeudado Petróleos Mexicanos en 2027. Anuncia el plan, con la creación de un fideicomiso que abre las puertas al capital privado para salvar a la paraestatal.

No todo, sin embargo, es crimen y Pemex.

El futuro económico del país también está bajo análisis. Según lo publicado por el articulista Darío Célis, Pemex intenta reinventarse, otra vez. Tras años de rescates financieros y discursos de autosuficiencia, la pregunta no es si intenta cambiar, sino si podrá sobrevivir como empresa productiva del Estado.

Mientras tanto, la inseguridad en estados como Sinaloa parece eternamente anclada entre el discurso y la realidad.

La llamada “lucha federal” contra el crimen organizado, avanza en papel, pero en los hechos, las estructuras criminales siguen operando.

Los noticieros se nutren con los crímenes del día, las extorsiones, los desaparecidos, los asaltos en carreteras, los bloqueos, los incendios de vehículos, las balaceras contra civiles y sus asesinatos.

Y si todo esto no bastara, la discusión pública sigue siendo moldeada por personajes que ya estuvieron en el poder.

Según lo destaca el columnista Ricardo Alemán, Ernesto Zedillo y Pablo Gómez protagonizan una nueva entrega de contradicciones políticas que exponen cómo las lealtades cambian más rápido que los discursos.

La política y el poder se mueven cada día. Lo que hoy parece escándalo, mañana se olvida. Pero hay opiniones que mantienen el foco donde otros desvían la mirada.

¿Quién va a sacar a México de la aflictiva situación en que hoy se encuentra? ¿El Gobierno? ¡No! ¿Un milagro del cielo? ¡No! ¿Entonces quién chingaos lo va a sacar? ¡Nosotros! Usted y yo, mexicanos que amamos a nuestro país, que nos preocupamos por él, que no toleramos el autoritarismo caudillista ni la corrupción reinante.

Nuestra patria no está condenada a ser botín de una camarilla. Sintamos orgullo de ser mexicanos, defendamos a nuestro país con nuestra voz y nuestra participación de ciudadanos contra quienes han atentado contra la libertad, la democracia y la justicia, y veremos que más temprano que tarde México será lo que todos queremos que sea: un país mejor para nosotros y para nuestros hijos…

Como ocurre con mucha frecuencia en la política mexicana, el de Pablo Gómez es uno de los casos de mayor incongruencia.

Y es que de ser un líder social contrario la autocracia de partido único impuesta por el viejo PRI; de ser la única voz que en su momento cuestionó la legitimidad de la candidatura de López Obrador al gobierno del DF, de ser el impulsor de la democracia que hizo posible la llegada de Morena al poder, hoy Gómez es el preferido para acabar con medio siglo de luchas democráticas

Es decir, que al dizque líder del 68 mexicano le acomoda, como anillo al dedo, uno de los más conocidos poemas cortos de José Emilio Pacheco.

El poema breve se titula: “Antiguos amigos se reúnen” y dice así: “Ya somos todo aquello contra lo que luchamos a los 20 años”.

En efecto, hoy Gómez encabeza la destrucción formal del entramado político electoral que los mexicanos nos dimos en el último medio siglo.

Sí, de viejo, Gómez hace todo aquello que cuestionó en su juventud.

Pero también es cierto que no toda la responsabilidad del retroceso democrático se debe acreditar al otrora líder estudiantil.

Y es que, en la construcción de la democracia mexicana, uno de los mejores presidentes que ha tenido nuestro país, Ernesto Zedillo, también cometió errores que hoy le cuestan muy caros a nuestra democracia.

Resulta que, en su momento –en los escarceos previos a la elección del año 2000–, cuando López Obrador se propuso como candidato a jefe de gobierno del entonces DF, el único que alzó la voz para denunciar la ilegitimidad de AMLO, fue Pablo Gómez.

Sí, Gómez demostró que Obrador no cumplía con el requisito de haber nacido en la capital del país.

Sin embargo, desde la casa presidencial salió la orden para que el Instituto Electoral del DF avalara la candidatura del tabasqueño Obrador.

Y ahí empezó todo. Obrador se convirtió en jefe de gobierno, promovió una ambiciosa reforma electoral que obligaba “a Los Pinos” a sacar las manos de las elecciones y que otorgó amplios espacios a los opositores. Una reforma en la que la participación de Pablo Gómez fue decisiva.

Luego, en la gestión presidencial de Enrique Peña Nieto, se promovió una nueva reforma electoral que facilitó aún más la llegada de Morena y de López Obrador al poder.

En esa nueva reforma también fue clave Pablo Gómez, el mismo que hoy llevará a México y a los mexicanos a los tiempos del partido único, los tiempos de Díaz Ordaz, de Echeverría y de López Portillo.

Pero tampoco es una historia nueva.

En realidad, esa historia fue contada el 25 de septiembre de 2018, cuando se señaló que Zedillo no solo rescató al país de la quiebra de Carlos Salinas, sino que concretó la apertura económica e impulsó exitosamente la reforma política.

Sí, Zedillo creó el INE, limpió al Poder Judicial, independizó al Banco de México, sentó las bases sustentables de los fondos de retiro, con las Afores; construyó la “alternancia del poder de terciopelo” y convirtió a México en el campeón del libre comercio en el mundo.

Y, además, la honestidad intelectual de Zedillo se confirmó en la presentación del informe “Regulación: El control responsable de las drogas”, de la Comisión Global sobre Políticas de Drogas de la ONU, en donde el exmandatario mexicano reconoció una grave equivocación en el manejo de las políticas antidrogas, durante su gobierno.

Dijo que en su presidencia siguió “una política equivocada” al apostar por la prohibición de las drogas en lugar de su regularización.

¿Cuántos presidentes de México y del mundo tienen la honestidad intelectual y las agallas de aceptar sus errores?

www.entresemana.mx

Check Also

EL OTRO DATO/ Noviembre: la evidencia de gobierno que no gobierna

JUAN CHÁVEZ El último mes deja algo evidente: el gobierno no gobierna. No porque enfrente …