
JUAN CHÁVEZ
No hay plan nacional ni tampoco hay dinero. La severa advertencia partió de Cuauhtémoc Cárdenas, el legendario político de izquierda, que no pudo llegar a la Presidencia de la República en sus reiterados propósitos.
Cuauhtémoc Cárdenas alertó sobre el futuro del país frente a René Delgado, durante una larga conversación en el programa Entre Dichos.
México, sermoneó, enfrenta un riesgo real por dos frentes simultáneos —la falta de recursos públicos y la carencia de un plan nacional de desarrollo con visión de largo plazo.
En su análisis, el fundador del PRD y figura clave en la transición democrática mexicana sostuvo que la precariedad financiera del Estado impide no solo una mejora significativa en servicios públicos, sino también la ejecución de políticas que transformen estructuralmente al país.
Hizo notar que, sin un rumbo claro, Morena corre peligro.
Aunque reconoció avances del gobierno federal en temas como soberanía y política ambiental, Cárdenas fue claro al señalar la principal amenaza que, desde su perspectiva, enfrenta el partido en el poder: “Me parece que la falta de propuesta […] es lo que puede llevar en un momento dado a que lo único que interese son las oportunidades personales o personalistas”.
Para Cárdenas, Morena —y en general todos los partidos actuales— adolecen de un vacío de proyecto, de visión, de capacidad de articular un rumbo compartido.
Sin un verdadero plan de nación, advierte, el país queda a merced de ocurrencias sexenales: “Parece que se refunda Tenochtitlan cada seis años”.
El ingeniero remarcó que desde 1983 México ha tenido Planes Nacionales de Desarrollo que, en la práctica, terminan en el olvido. “Deben estar en un buen cajón lleno de telarañas. Nadie sabe ni lo que decían ni a nadie le importa lo que dijeron”.
Frente a esa inercia, propuso un cambio de fondo: un plan con horizonte de 20 o 30 años, elaborado con diálogo plural, validado por el Poder Legislativo y sometido a rendición de cuentas periódica.
Para Cárdenas, un verdadero sistema de planeación es indispensable si se quiere enfrentar la violencia, generar empleos formales y elevar la calidad de vida de manera estructural. “No se trata de reunirse una mañana a hablar de todos los sistemas de transporte del país”, ironizó.
En la entrevista, Cárdenas no dudó en calificar al crimen organizado como una amenaza directa al Estado de derecho. “Es una violación y un atropello al estado de derecho […] y está alterando la vida cotidiana en todo el país”.
Consideró que el combate a la delincuencia “camina en buen sentido”, pero exigió que haya una presencia permanente del Estado —y de la sociedad— en los territorios, con educación, salud, empleo, cultura y deporte. “Que lo bueno sea lo que esté viéndose”, propuso.
En materia electoral planteó eliminar los senadores plurinominales y ampliar los periodos municipales. También cuestionó la elección directa de consejeros electorales y de jueces: “Si vamos a tener una participación como tuvimos en la judicial, creo que no es el mejor método”.
Del PAN y el PRI, fue contundente: “están disminuidos como nunca imaginaron […] les faltan propuestas. No es nada más estar criticando”.
Sobre la relación del gobierno mexicano con Donald Trump, reconoció una “buena coordinación” y un frente unificado. “No veo que uno jale para un lado y otro jale para otro”, aunque consideró que la presión del presidente estadounidense ha obligado a desatender temas clave en la política exterior.
El país necesita visión, no improvisación, concluyó y al cierre de la entrevista, Cárdenas resumió su diagnóstico: sin recursos públicos suficientes ni un proyecto de nación sólido, México está atrapado entre la improvisación y la urgencia.
La solución llegará de la ciudadanía, sentenció, porque no se trata solo de convertir al país en una maquinaria de ambición personal.
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