
MARTÍN DE J. TAKAGUI
Las lluvias de esta temporada 2025 han venido a sacar a la luz la forma en que los gobiernos de Morena han dejado caer el mantenimiento urbano y el lodazal con que se han manejado los recursos que se destinaban a el desazolve del sistema de drenaje, la poda de árboles, la recolección de basura entre otros muchos trabajos que se requieren en la prevención de inundaciones.
Cientos o miles de toneladas de basura que se generan en el Estado de México y la Ciudad de México, al no contar con la visita de los camiones recolectores de manera adecuada y suficiente, han acabado en el sistema de drenaje, de la zona metropolitana del Valle de México, así como en ríos, barrancas, lagunas y minas.
Pero no solamente ahí se observan los estragos que han salido a la luz con la llegada de las lluvias, ya que miles de árboles de banquetas, en avenidas, calles, parques y jardines se han venido abajo causando daños a edificios, casas habitación vehículos y al equipamiento urbano, como son los cables de alumbrado público, energía eléctrica y servicios de internet.
Quizás una de las consecuencias más graves es la pérdida de muebles, equipos domésticos, aparatos y ropa, cuando los niveles de agua se suben hasta entrar a las casas de la gente y acaba con las muchas o pocas pertenencias que con sacrificios han pagado o deben los damnificados por las lluvias.
La lluvia no respeta clases sociales, en años anteriores vimos a los vecinos de varias colonias de Chalco, en el Estado de México que tenían que salir hasta en lanchas de sus casas, pues por meses se les quedaron inundadas sus viviendas y ahora hemos visto que se han presentado inundaciones también en el Pedregal de San Ángel, en una de las zonas más exclusivas de la capital, enclavada en la Alcaldía Álvaro Obregón.
Las autoridades han ofrecido informes oficiales en torno a las zonas donde más fuertes han sido las precipitaciones y en el Estado de México, los municipios más afectados son Tejupilco, Valle de Bravo, Toluca, Lerma, Atlacomulco, Naucalpan, Tlalnepantla, Tultitlán, Ecatepec, Texcoco, Nezahualcóyotl, Chimalhuacán y Amecameca.
En esos municipios hay muchas zonas que tradicionalmente sufren de inundaciones, pero el año pasado y el presente han sufrido mucho más que en ciclos anteriores.
Otras de las estadísticas son en el sentido de que el Heroico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México reportó la evolución de la caída y retiro de árboles, mismos que han vencido a sus troncos, debido al gran peso que se acumula en su follaje, por la falta de trabajos de poda.
Los bomberos, a lo largo de 2021 retiraron cinco mil 265 árboles; en 2022, Cinco mil 509, pero en 2023 la cifra aumentó a seis mil 34. De enero a septiembre de 2024, se contabilizó el retiro de cinco mil 857 árboles, lo que refleja una tendencia constante al alza en la incidencia de árboles caídos.
Tan solo en lo que fue el mes de junio, en un solo mes, la Ciudad de México ha perdido alrededor de 500 árboles como consecuencia de los vientos intensos y lluvias torrenciales y la falta de mantenimiento por poda.
Las alcaldías con mayor afectación incluyen Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Coyoacán, Iztapalapa, Álvaro Obregón, Azcapotzalco, Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc.
De acuerdo con la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SEGIAGUA), entre el 2 y el 25 de junio, casi todos los días, se cayeron árboles; principalmente, el jueves 12 se documentaron 64 casos; el viernes 13 otros 59; el sábado 14 un total de 33 y el lunes 16 se alcanzó el mayor número del mes, con 66 árboles caídos en 24 horas.
Un viejo político que fue gobernador en los años gloriosos del PRI decía que “los trabajos de cañería y de drenaje no son rentables, electoralmente, porque nadie los ve, más que cuando se hacen las excavaciones”. Los gobiernos de la CDMX y del Estado de México deberían ocuparse de las tareas de prevención para épocas de lluvia.
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