Aranceles y expansión (Mackinley/Trump)

CARLOS LEÓN CASTILLO SÁNCHEZ

Conocemos la historia del progreso de los países hegemónicos: al principio, los pueblos dominados eran obligados a entregar tributo, con lo cual se iban enriqueciendo, más adelante los reinos iban luchando y aumentando su poder. A partir de las expediciones, su expansión se volvió vertiginosa.  Pero una de las características impuestas, además de extraer sus minerales y/o, productos el colonizador evitaba que pudiera comerciar con otros países, e incluso no permitía que algunas materias primas se produjeran, impidiendo su desarrollo.  Los países fueron progresando de acuerdo a la explotación de sus recursos y la expoliación.

En el caso de los Estados Unidos después de su independencia en 1776 tuvo un gran crecimiento demográfico e industrial. A lo largo del XIX fueron llegando una gran cantidad de inmigrantes europeos sobre todo procedentes de Gran Bretaña, Irlanda y Alemania.  Su crecimiento económico vino a partir de la disponibilidad de mano de obra abundante y el desarrollo de las innovaciones técnicas (máquina de vapor).

Su expansión territorial fue justificada por el presidente James Monroe (1758-1831) frente a la presencia de potencias europeas. (Doctrina Monroe, 1823), América para los americanos.  Así inició, con la compra de Luisiana en 1803 a Francia, en 1819 la Florida a España, en 1867, Alaska a los rusos. Texas fue incorporada en 1845, y tras perder la guerra, México fue obligado a ceder California y Nuevo México, (más de la mitad del territorio nacional).

Mckinley inspiración de Trump

William McKinley (Niles, Ohio, 29 de enero de 1843-Búfalo, Nueva York, 14 de septiembre de 1901) fue el vigésimo quinto presidente de los Estados Unidos y veterano de la Guerra de Secesión. Ejerció el cargo presidencial desde 1897 hasta 1901.

Durante la década de 1880 fue un importante miembro del Partido Republicano. Como congresista, fue responsable del incremento de los aranceles a las importaciones (McKinley Tariff). Con su mandato comenzó un período de dominio republicano, en el que se fomentó la actividad mercantil. Estados Unidos, se convirtió en una potencia mundial tras su victoria en la guerra hispano-estadounidense. En lo referente a política internacional apoyó la independencia de Cuba; la guerra con España le dio a Estados Unidos el control de Puerto Rico, Guam y Filipinas.

Durante su época como congresista Mckinley defendió la anexión de Hawái con la finalidad de «americanizarla» y establecer una base naval. McKinley no pretendía anexionar Cuba sino mantener un control comercial sobre la isla. En Filipinas, su pretensión fue instalar una base para negociar con China y posicionarse dentro de la política asiática.

“Yo caminaba por la Casa Blanca, noche tras noche, hasta medianoche; y no siento vergüenza al reconocer que más de una noche he caído de rodillas y he suplicado luz y guía al Dios Todopoderoso. Y una noche, tarde, recibí su orientación, no sé cómo, pero la recibí: primero, que no debemos devolver las Filipinas a España, lo que sería cobarde y deshonroso; segundo, que no debemos entregarlas a Francia ni a Alemania, nuestros rivales comerciales en el oriente, lo que sería indigno y mal negocio; tercero, que no debemos dejárselas a los filipinos, que no están preparados para autogobernarse y pronto sufrirían peor desorden y anarquía que en tiempos de España; y cuarto, que no tenemos más alternativa que recoger a todos los filipinos y educarlos y elevarlos y civilizarlos y cristianizarlos, y por la gracia de Dios hacer todo lo que podamos por ellos, como prójimos por quienes Cristo también murió. Y entonces, volví a la cama y dormí profundamente, y a la mañana siguiente mandé llamar al ingeniero jefe del Departamento de Guerra (nuestro creador de mapas) y le dije que pusiera a las Filipinas en el mapa de los Estados Unidos, ¡y allí están, y allí quedarán mientras yo sea presidente”! William McKinley Fuente: General James Rusling, “Interview with President William McKinley” en el diario The Christian Advocate del 22 de enero de 1903, pág. 17.

Ahora hablaremos de Trump

“La era dorada de Estados Unidos empieza ahora”.

Con esta frase arrancó Donald Trump su primer discurso tras asumir el cargo como 47 presidente de los Estados Unidos.

“A partir de este día, nuestro país florecerá y será respetado”, siguió. “Nuestra prioridad será crear una nación que sea orgullosa, próspera y libre”.

“Hace unos meses, en un bonito mitin de Pensilvania, un grupo de asesinos me perforó la oreja. Pero mi vida se salvó por algo: Dios me salvó para hacer de EE UU grande de nuevo”.

Aranceles

Los primeros aranceles de Trump implicaron iniciativas comerciales proteccionistas contras otros países durante su primera administración, más notablemente a China. Desde mucho antes de volverse presidente en 2017, Trump había promovido aranceles a las importaciones para tomar represalias contra los países que según él están “estafando” a los Estados Unidos.  Un análisis de mayo de 2019 realizado por CNBC (Canal de noticias de negocios estadounidense) concluyó que los aranceles de Trump equivalen a uno de los mayores aumentos de impuestos en los EE UU. En décadas. Los estudios han encontrado que los aranceles de Trump redujeron el ingreso real en los Estados Unidos, además de afectar negativamente el PIB estadounidense.

Entonces, ¿por qué volver a amagar con imponer o imponer aranceles nuevamente en su segunda y “última” administración?

En mi humilde opinión, es una de sus estrategias maquiavélicas para negociar y tratar de sacar el mayor provecho posible. (Aunque no le esté resultando)

Por otro lado, la expoliación de los recursos naturales si es algo que le podría beneficiar más provechosamente. El presidente Trump afirmó que la ayuda militar y económica de Estados Unidos a Ucrania asciende a unos $500,000 millones de dólares y quiere que su país tenga acceso a minerales ucranianos por ese valor.  Se estima que Ucrania tiene alrededor del 5% de las llamadas “materias primas esenciales” del mundo: grafito, litio, titanio, entro otros. También el territorio ucraniano contiene importantes depósitos de metales de tierras raras: un grupo de 17 elementos que se utilizan para producir armas, turbinas eólicas, componentes eléctricos, etc.

Así que, si hay países, ¡o lugares dentro de los mismos que contengan este tipo de recursos, hay que estar muy atentos…!

Otro ejemplo de lo anterior es Groenlandia, múltiples administraciones estadounidenses han intentado comprar la isla ártica. Ya en su primer mandato, Trump puso sobre la mesa el interés en hacerse con la isla. Años después, durante su campaña en 2024 y como presidente electo volvió a retomar el debate. Ya en un informe de 1868 del secretario de Estado, William Seward, quien fue el negociador y comprador de Alaska a Rusia, por 7200 millones de dólares, empezó a considerar Groenlandia e Islandia como posibles territorios estadounidenses por su gran riqueza pesquera, animal y mineral. Y podemos agregar petrolera.

“Necesitamos Groenlandia por seguridad nacional e incluso internacional. Estamos trabajando con todo el que está involucrado para tratar de conseguirlo. Lo necesitamos de verdad para la seguridad global y creo que vamos a lograrlo. Vamos a conseguirlo de un modo u otro, subrayó Trump en el Capitolio.

Asimismo, el presidente Trump ha mencionado varias veces que Canadá podría convertirse en el estado 51 de Estados Unidos, aunque sabemos que a partir de la imposición arancelaria a ese país el nacionalismo de las provincias canadienses se ha manifestado de diferentes maneras y las represalias han sido inmediatas.

Por último, el presidente estadounidense también ha dicho en varias ocasiones -poniendo a China como pretexto- que está interviniendo en el Canal de Panamá y por esto, tienen que recuperarlo. Así que no solo quieren expoliar recursos, si es posible, también infraestructura.   Por ello es que algunos Congresistas republicanos acaban de pedirle al presidente Trump una investigación sobre el Tren Maya que dicen: fue financiado con capital chino. Seguramente en las próximas películas Hollywoodenses los “bad hombres” serán chinos. Hay que puntualizar que México, además de poseer -todavía- riqueza en recursos petroleros, también cuenta con reservas de litio en el norte y en Chiapas el codiciado titanio y otras 12 reservas de metales codiciados mundialmente, entre ellos el oro, la plata, el cobre, zinc, fierro y plomo.

Todos los imperios han caído y seguramente Estados Unidos también lo hará, aunque no será de un día para otro, ya muestra diferentes síntomas de esa decadencia: una deuda externa que asciende al 2 de enero de 2025 a 36104 billones de dólares.  Un número enorme de adictos, 49 millones padecían de al menos un trastorno por consumo de sustancias en 2022.  Es por ello que necesitan desesperadamente mejorar sus condiciones económicas. Aunque todavía siguen siendo el país más poderoso bélicamente hablando. Rusia también se les asemeja en poderío militar y está en crecimiento económico.

Por otro lado, China, ha advertido a Estados Unidos que está dispuesta a librar “cualquier tipo de guerra”.  El mensaje se declaró después de que fueran impuestos aranceles comerciales por parte del presidente Trump a la nación asiática, que respondió imponiendo sus propios aranceles a productos estadounidenses. China calcula un crecimiento económico del 5%, a pesar de los aranceles estadounidenses y anunció un aumento del 7.2% en su presupuesto defensa para este año.

Ya no son los tiempos del presidente Mckinley, aunque el actual presidente de los Estados Unidos lo quiera emular.  No le deseo -al menos yo- que Trump termine como el presidente al que admira: El 6 de septiembre de 1901 fue tiroteado el presidente Mckinley por el anarquista Leon Czolgosz. Falleció ocho días después y se convirtió en el tercer presidente asesinado en el cargo, tras Abraham Lincoln y James A. Garfield. Fue sucedido por Theodore Roosevelt.  Ojalá que no se cumpla el refrán: “la tercera es la vencida”. -Trump ha sufrido dos atentados-. y ya que sus allegados son de temer: mejor prefiero otro refrán que dice: “más vale malo por conocido, que bueno por conocer”.

www.entresemana.mx