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RODULFO REYES
Villahermosa, Tabasco. No se le ha dado la dimensión exacta a la captura en Puebla, el domingo pasado, del sujeto acusado de ser cabecilla del grupo criminal que mantiene humeante a Tabasco.
En esta semana, cuando ya el presunto delincuente duerme en una celda del Centro de Reinserción Social del Estado de Tabasco (Creset), la oposición al gobernador Javier May Rodríguez ha mantenido la misma narrativa de responsabilizarlo de la papa caliente que le dejó la administración de Adán Augusto López Hernández, que mandó en todo el sexenio, aunque los últimos tres años dejó como encargado del despacho a su auxiliar Carlos Manuel Merino Campos.
Si sus adversarios fueran bien intencionados tendrían que admitir que en menos de cuatro meses se ha logrado detener al principal líder criminal del estado, a quien el gobierno anterior no le levantó ni siquiera una infracción de tránsito.
A ver qué va a decir el senador morenista Oscar Cantón Zetina ahora, pues a principios de la semana anterior pidió la renuncia del titular del Ejecutivo local.
El lunes pasado el ex priísta, ex perredista y ex pevemista dijo: “El pueblo tiene toda la razón, yo insisto, queremos paz, queremos tranquilidad y las autoridades están obligadas a darla y el que no pueda que renuncie, que se vaya a casa”.
Cuando su entrevistador lo interrumpió para inquirirle si aludía a los tres niveles de gobierno, lo que alcanzaba al responsable del estado, contestó: “A cualquier nivel. Hay que recordar que por eso Andrés Manuel (López Obrador) también hizo una aportación al Congreso, mandando la iniciativa para una ley de revocación de mandato, para que el pueblo, a los tres años pueda tener esa posibilidad, pero también hay que tener dignidad y también hay que tener vergüenza”.
A pesar de esas frases textuales donde se manifiesta a favor de la salida del mandatario, en el círculo del senador, y en donde hizo el temerario posicionamiento, aún siguen tratando de negar que haya hecho el planteamiento.
Los priístas que en alianza con morenistas como Cantón y líderes de opinión cercanos a Adán López y que en conjunto integran la «oposición» tabasqueña, han puesto a circular la especie que May debe dimitir porque no ha podido resolver la problemática.
En los últimos nueve meses de la administración anterior empezaron los picos de violencia, pero los priístas amigos de López Hernández guardaron silencio cómplice y jamás cuestionaron a Merino Campos.
Al mes de arrancada la gestión de May, cuando terminó de hacer implosión la delincuencia organizada que tuvo facilidades en el pasado inmediato, entonces se salió a culpar a la gestión actual.
En los cuatro meses que el de Comalcalco lleva atendiendo en Plaza de Armas, se ha logrado ya la captura del principal «generador de violencia», quien, para variar, había operado impunemente por lo menos desde 2019.
¿No debería reconocerse que posiblemente estemos ante la detención del sexenio con la ocurrida hace cuatro días en la tierra del mole, si partimos del hecho de que ese sujeto era intocable hasta hace apenas unos meses?
Por lo pronto el lunes, a 24 horas de la captura, solo se registraron dos homicidios dolosos, y las «protestas» por la detención fueron las más débiles que se recuerden desde el 22 de diciembre de 2023 que empezó la nueva era de inseguridad en el edén.
El miércoles, el secretario de Gobierno, José Ramiro López Obrador, reveló que ya se han girado órdenes de aprehensión para acabar con la ola de violencia, y que están incluidos ex mandos policiacos.
El hermano del ex presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en entrevista que la quema de vehículos y negocios, así como a la aparición de mantas colgadas por la delincuencia el pasado lunes, fue en respuesta a la detención en Puebla.
«Se va seguir investigando y se va seguir deteniendo; se actuará contra los cabecillas y todos los que estén provocando la inseguridad en Tabasco», expuso el encargado de la política interna.
Agregó: «Habrá muchas más detenciones, se han liberado muchas órdenes de aprehensión contra muchos, pero muchos que sentían intocables, ya se andan tras de ellos, uno de ellos es el que acaba de caer (en Puebla)».
