JUAN GÓMEZ
Zacatecas. El gobierno de Zacatecas inició los trabajos del segundo piso con un descontón de barrio, aprovechó las fiestas decembrinas para arrancar las “obras preliminares” del segundo piso y aprovechar la distracción del periodo vacacional para imponer su magna obra con la que será recordado por varios decenios.
Mal augurio.
No es que los zacatecanos deseen que al gobernador David Monreal le vaya mal en su gestión administrativa, pero el mandatario hace todo lo posible para que así suceda.
¿Qué es lo que hace?
Algo muy simple, no escuchar al pueblo que gobierna. Tampoco escucha a sus funcionarios.
Voy de frente y no me detengo, parece decir todos los días un David Monreal que obcecadamente permanece en el último lugar de aceptación de los gobernadores del país entre sus gobernados. Si eso no lo detiene ¿Entonces qué lo va a detener?
Hay dos ejemplos que ilustran esta forma de actuar del mandatario zacatecano: el primero, tiene que ver naturalmente con el proyecto del segundo piso y el otro con la designación del 2024 como el “Año de la Paz”.
Me explico:
En el segundo informe del entonces alcalde capitalino, Jorge Miranda Castro, el 12 de septiembre de 2023, Monreal Ávila anuncio acciones para fortalecer la movilidad en la capital zacatecana, entre las que destacaban:
Pavimentación y rehabilitación de calles y carreteras, proyección de un nuevo bulevar con distribuidores en la antigua entrada de Zacatecas, la modernización y ampliación del Paseo Díaz Ordaz y la obra del segundo piso.
De todo lo anunciado, lo que tenía en mente desde entonces, era el segundo piso. Todo lo demás era solo para encubrir su capricho.
Ni estudio ni consulta ciudadana, solo el negocio de la obra de infraestructura urbana. Sobre la marcha y de acuerdo a las presiones de ciudadanos, de ICOMOS y de comerciantes, fue parchando el discurso.
El segundo piso se hace, le pese a quien le pese. No importan reglamentos, ni patrimonio cultural, ni cuidado del medio ambiente. Se hace y punto.
El segundo ejemplo que ilustra perfectamente el autismo y el autoritarismo del gobernador morenista, es sin duda la declaración del “Año de la Paz”.
El 1 de enero de 2024 David Monreal en su mensaje de Año Nuevo hizo un llamado a todos los sectores sociales, productivos, para que se sumen al proceso de pacificación “y hacer del 2024 el Año de la Paz”.
El martes 13 de febrero la LIV legislatura aprobó la iniciativa que previamente el Ejecutivo había enviado al congreso para declarar el 2024 como el “Año de la Paz”. La votación había estado reñida: 12 votos a favor y 9 en contra.
Pero los acontecimientos de la represión del 8M, la brutalidad institucional y policiaca, derrumbó el “Año de la Paz” y el congreso estatal, en solidaridad con las mujeres y en repudio a la violencia de género ejercida en su contra, que llegó en muchos casos a los niveles de tortura física y emocional, canceló la citada iniciativa de decreto el 12 de marzo de ese año.
Nuevamente el autismo y el autoritarismo se hicieron presentes. El gobernador Monreal Ávila publicó el miércoles 20 de marzo en El Periódico Oficial del gobierno del estado, el decreto gubernativo mediante el cual se declara al 2024 como el “Año de la Paz”.
No le importó la revocación que hiciera el Poder Legislativo, en cuya sesión se había pedido la destitución del Secretario General de Gobierno, Rodrigo Reyes Mugüerza y la comparescencia del general Arturo Medina Mayoral, secretario de Seguridad Pública del gobierno de Zacatecas, para que informara de manera pormenorizada sobre los hechos violentos del 8M.
Es el estilo de David Monreal, el autismo y el autoritarismo. Nada lo detiene… Al menos que la presidenta Claudia Sheinbaum decida lo contrario.
Sin embargo, es una página que aún no termina, es un periodo que no ha concluido, hay un amparo pendiente y también, muchos zacatecanos que necesitan sacudirse los temores para frenar las máquinas que ya están levantando el pavimento en el bulevar.
Al tiempo.
@juangomezac