EDUARDO MERAZ
La insistencia de los voceros del cuatroteísmo por exaltar su triunfo del pasado 2 de junio, hasta casi llegar al paroxismo, es directa e inversamente proporcional a las ópticas externas, en donde tienen severas dudas de su capacidad de recuperarse del desastre administrativo y económico dejado en el sexenio anterior, cuando la razón perdió sentido ante ocurrencias y caprichos palaciegos.
Los gritos destemplados con los cuales sus principales liderazgos tratan de acallar los susurros discordantes en el plano doméstico, apenas si se escuchan allende nuestras fronteras, donde los análisis, diagnósticos y pronósticos auguran malos tiempos para el gobierno y, con ello, para los mexicanos.
Las advertencias internacionales sobre el deterioro de la democracia en México y las severas limitantes económicas, como consecuencia de un mal gobierno como el del sexenio pasado, quieren ser escuchados por el oficialismo como susurros casi agónicos del sistema neoliberal al cual, sin embargo, se aferran como si fuese salvavidas antes del naufragio.
En días recientes, las prospectivas divulgadas por el Foro Económico Mundial (FEM) y el Emerging Markets Political Risk Analysis (EMPRA) son poco halagüeñas, pues advierten no sólo riesgos por la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, sino por las fracturas, desequilibrios, insuficiencias y escaseces por venir, de continuar el esquema seguido por el ex mandatario sin nombre y sin palabra.
Para la consultora EMPRA, México enfrentará este año un escenario de riesgos políticos y económicos «sin precedentes», debido a la fragilidad de las finanzas, la confrontación con Donald Trump y el incremento de violencia por los enfrentamientos entre grupos del crimen organizado.
Considera que el aumento de la extorsión y las luchas entre grupos rivales del narcotráfico tienen al país en un escenario convulso y los intentos del Gobierno de Claudia Sheinbaum de contener al crimen organizado pueden llevar a una escalada de violencia en los próximos meses.
En el caso de México, el Foro Económico Mundial, prevé un escenario casi catastrófico, en el cual pronostica que prevalecerá:
Escasez de suministro de agua, vista como una amenaza crítica para la población y la economía del país; delito y actividad económica ilícita, como problemas que erosionan la seguridad y la confianza social; escasez de suministro de energía, hasta una posible crisis energética que afectaría el desarrollo industrial y doméstico.
De igual manera, el FEM visualiza la persistencia de pobreza y desigualdad (riqueza e ingresos), derivado de problemas estructurales que profundizan las brechas sociales; y servicios públicos y protecciones sociales insuficientes, por débiles redes de apoyo que complican el acceso a derechos básicos.
Impedir la materialización de un escenario convulsivo como el visualizado por ambos organismos internacionales, es el gran desafío para la presidenta Claudia Sheinbaum y su equipo. Lo mostrado en los primeros 100 días de gobierno no dan lugar al optimismo, sobre todo por las luchas intestinas en el “Cártel Guinda” y la impericia mostrada por muchos de sus colaboradores cercanos, sobre todo en asuntos tan delicados como la salud y los temas energéticos.
La tendencia estatista mostrada por el cuatroteísmo, en momentos en los cuales las finanzas públicas son endebles, se encamina en sentido contrario a los proyectos esbozados en el Plan México, que es la tablita neoliberal que puede impedir el naufragio morenista.
Los susurros de la realidad resuenan cada vez más fuerte entre la población, que los gritos estentóreos y “jingleros” del oficialismo.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Tomará unos 30 años abatir el rezago vivienda actual de nueve millones de unidades en el país, estimó el nuevo presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) México, Karim Antonio Oviedo Ramírez.
La reforma al Infonavit no es para generar vivienda; es para usar los ahorros de los trabajadores en corregir el desastre de las finanzas públicas.
@Edumermo