RODULFO REYES
Villahermosa, Tabasco. La abrupta pero esperada irrupción del senador morenista Oscar Cantón Zetina para pedir la dimisión del gobernador Javier May Rodríguez por el clima de violencia en Tabasco, confirma, como se había venido anticipando, que los problema de Morena en 2030 vendrán de adentro, no de la debilucha oposición partidista.
Factor de división en sus anteriores casas políticas (PRI, PRD y PVEM), la voz de Cantón ahora estremece los cimientos de su nueva agrupación, a la que llegó pese a que como priísta fue uno de los críticos desmesurados de su fundador, el expresidente Andrés Manuel López Obrador.
La andanada en plataformas digitales contra el mandatario tabasqueño se había mantenido constantes, pero sin causar un verdadero daño por lo insignificante del calibre político de los personajes de la oposición que la mantenían.
Pero la embestida de Cantón, en parte por su cargo y en parte por ser correligionario de May, ensanchó el cuadrante de la paliza mediática al jefe del Ejecutivo.
Aunque Cantón pareció recular ayer en espacios caseros para decir que no tenía «ninguna bronca » con May, en Plaza de Armas dieron por «recibido» el ataque bajuno.
Ni más ni menos que José Ramiro López Obrador, secretario de Gobierno, salió a responder el golpe bajo.
Pepín aludió a «las voces de siempre» que están detrás de un «complot» contra su jefe.
Aunque se refirió a los «dichos» sobre las falsedades de la cancelación de la Feria de Tabasco 2025, mencionó a Cantón.
Identificó como los autores de ese «complot» a los ex gobernadores Manuel Andrade Díaz y Andrés Granier Melo, e incluyó en el mismo paquete al senador de casa.
A principios de semana, aquel manifestó en una entrevista ex profeso que deben renunciar los funcionarios que no han podido controlar la violencia que sacude al estado, lo que incluye en primer lugar al jefe del Ejecutivo local, a quien la oposición responsabiliza de ello.
«Son las voces de siempre», sostuvo el encargado de la política interna en relación a la campaña mediática para presionar a la administración para cancelar la fiesta por la situación de violencia de la entidad.
Por los hechos de sangre la oposición mantiene una critica sistemática al gobernador, y a esas voces les dio fuerza Cantón.
Que los morenistas se iban a devorar entre ellos es un pronóstico que había flotado en el ambiente, y que había adquirido carta de naturalización en la primera gira que realizó por la entidad el hijo del ex presidente López Obrador en si condición de dirigente nacional del partido.
El 14 de noviembre del año pasado, el secretario de Organización de Morena, Andrés Manuel López Beltrán, de gira por Villahermosa, convocó a la unidad de los militantes en el estado, tras admitir que su partido corre un “inmenso riesgo” de fortalecer y crear a «nuestra propia oposición”.
Dijo Andy: “Corremos un inmenso riesgo y ese riesgo es que, aunque no vemos a la oposición fuerte, siendo nosotros el partido hegemónico en Tabasco, ante nuestros errores y nuestra división, podemos fortalecer y crear a nuestra propia oposición».
El llamado hombre fuerte del movimiento lanzó un desesperado llamado a la unidad entre sus correligionarios.
Dos meses y tres días después de la advertencia del heredero del lopezobradorismo, el político tabasqueño que lleva cuatro sexenios buscando sentarse en la silla de Plaza de Armas, vuelve a la carga con la intención de quizá adelantar la sucesión.
La duda es si los fundadores del movimiento dejarán que el expriísta les imponga la agenda que le permita situarse desde ya como el primer aspirante a suceder a Javier May.
La respuesta de Pepín indica que los duros del lopezobradorismo no le pondrán la otra mejilla al polémico político que socavó las estructuras priísta, perredista y pevemista antes de profesar el morenismo.