PALABRAS MÁS/ Fanatismo

El hombre es una invención cuya fecha

reciente muestra con toda facilidad

la arqueología de nuestro pensamiento.

Michel Foucault

ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ/ @arturosuarez

En una de sus tantas mañaneras, López Obrador dijo que no quería homenajes, ni estatuas, menos monumentos, ni que calles o escuelas llevaran su nombre, quizá porque en su nebulosa cabeza entendía los fracasos y como en los viejos tiempos, no importaban los descalabros o el daño inmenso, así hay ejes viales, caminos, colonias y plazas con los nombres y apellidos de quienes deberían ser impresentables, así eran los tiempos del PRI y del PAN y ahora los de Morena.

No se puede negar el perfil de López Obrador y ahí se localiza el culto a la personalidad, el gusto por la adoración propia y obviamente por los otros que lo hacen ser, un ser inmenso muy cercano a una deidad, en alguna ocasión en un programa a nivel nacional el Pejelagarto se comparó con Cristo. Siempre le enfureció las críticas que lo ponían como mesiánico y luego Enrique Krauze lo calificó como “el Mesías Tropical”, ese es parte del odio al historiador.

A lo largo de su sexenio dio pinceladas de autoritarismo, de ser el dueño de la verdad y desde su púlpito mañanero, que era donde ejercía el “poder”, perdonaba los pecados de los que se tendían a sus pies y les juraban lealtad a ciegas, como premio por convertirse al “lopezobradorismo” les entregó embajadas y consulados. A los que se mantuvieron fueron puestos en la picota, eso incluye a quienes iniciaron con él y luego vieron de que se trataba, lo abandonaron y se convirtieron en sus críticos más fuertes, conocían las tripas de la “Cuarta Transformación”.

Ayer le daba cuenta que hay una colonia en Tultitlán, en el Estado de México a la que le cambiaron el nombre y se llama “Cuarta Transformación”. Desobedeciendo al tabasqueño y sus habitantes dividen opiniones, aunque un amigo dice que, como colonia popular, la mayoría recibe programas sociales.

Así las calles llevan el nombre de programas sociales que o algunas de las frases de López que ya quedaron para la historia y más si la escriben como en los libros de texto sus intelectuales. Así está la calle “Becas del Bienestar”, un programa que se reparte indiscriminadamente. O qué le parece “Me Canso Ganzo”, así con z y no ganso. Si eso no le parece suficiente disparate tenemos “acúsalos con su mamá”, frase que marcó parte de la política contra el crimen organizado y que generó casi 200 mil muertos.

Que conste, no se trata de una nota de broma del 28 de diciembre. Pero que tal unas sugerencias para otras calles o ejes viales. Una plaza pública con el nombre “demagogia”, eso vivimos más de 5 años. O un puente llamado “mentira” como las más de 100 mil que pronunció en sus conferencias. Podría ser un hospital llamado “Dinamarca”.  O nombrar a una clínica de esas que nunca equipan como “vacuna patria”, que nadie sabe y nadie supo. Solo son sugerencias, digo para que sea más real.

Así López pasa a la historia del culto a la personalidad y a la adoración de todos los presidentes, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón, Peña y ahora López, igual que todos. Flaco favor le hicieron… pero mejor ahí la dejamos.

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Hasta la próxima.

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