El Grinch (el gruñón verde peludo) se convirtió en un personaje navideño a la par del bonachon Santa Claus. A quienes se suma otra de carácter religioso: la Virgen de Guadalupe
ROGELIO FAZ
Chicago, Illinois, Estados Unidos. Si algo distingue a los seres humanos de buena voluntad es querer vivir en paz y armonía. No obstante, los gustos superfluos, placeres espontáneos entre otras son las causas de nuestras desgracias.
Que fue el origen del resentimiento de Grinch por la Navidad (comercialmente empieza desde octubre), por eso: ¡Cómo el Grinch robó la Navidad!
Para contrarrestar los pecados capitales echamos mano de los sentimientos nobles con cuentos y leyendas, pues el propósito es transmitir los buenos deseos.
El inicio de los cuentos
Es en la infancia cuando la inocencia es fundamental para soñar con fantasías que nos hagan felices.
Aun cuando “descubrimos” a Santa seguimos con la tradición que el mercantilismo nos inculca, dándole la razón a Grinch.
¿Santa, el niño Jesús o los Reyes Magos? Que importa, lo importante es el espíritu navideño para continuar con la tradición ¿Quién se puede oponer a eso? Solo un gruñón.
El milagro de la fe
No obstante, también Jesús fue adaptado a las costumbres paganas como la Navidad al mercantilismo que los medios alientan de “buena fe”. Una tradición que se arraiga por inercia.
Todas las religiones están basadas en relatos, cuentos, verdades y mentiras piadosas, si estas no cumplen con lo esperado aun así hay que transmitirlo a las nuevas generaciones porque la fe nunca debe de morir; ‘la fe mueve montañas’, dijo Jesús según Mateo 17:20, “…fe tan pequeña como un grano de mostaza…” (para mover una montaña).
La Virgen de Guadalupe en Chicago
Al noroeste de Chicago cada 12 de diciembre se lleva a cabo el peregrinar al santuario de la Virgen de Guadalupe construido especialmente para venerarla, agradecerle y pedirle milagros. Se dice que es el lugar más visitado con este propósito después de la Basílica en la ciudad de México.
Es difícil creer que las montañas se muevan, lo que sí es verdad es que la fe mueve ‘montones’ de gente. El fin es el mismo y ningún Grinch va a robar esa fe en la Navidad.
Bueno… los paisanos debemos ser escépticos pues anda un gruñón de color naranja, más bien mostaza, que quiere poner a prueba nuestra fe: Donald Trump, que ha anunciado redadas de fieles peregrinos sin documentos.
De ser así, los héroes y heroínas como son para Claudia Sheinbaum -que no cree en milagros como buena científica-, significaría que los paisanos tendremos que ir al cerro del Tepeyac a pedir nos regresen a la ‘montaña’ pues parece imposible que la montaña venga a nosotros.
¿El Grinch mostaza se unirá a nuestro espíritu navideño como sucedió con el Grinch verde?
¡Ten fe! ¡ten fe!