JUAN CHÁVEZ
(Paréntesis obligado: Triste que Claudia Sheinbaum haya considerada su nominación del Time como “un reconocimiento al gobierno”, no a ella. Ni modo. La revista dio a conocer que eligió al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, como Persona del Año 2024, “por organizar un regreso de proporciones históricas, impulsar un realineamiento político único en una generación y remodelar la presidencia estadounidense”. Es la segunda ocasión que Trump es premiado con la portada de la prestigiada publicación de Nueva York).
Cierro mi artículo de la explotación inmisericorde de las niñas y niños del Congo africano, con esta nota que me llegó de España.
La hilarante solución de Elon Musk ante la preocupación por el trabajo infantil en Tesla que se origina en las minas artesanales del Congo para la extracción del cobalto necesario para las baterías de los automóviles eléctricos que fabrica su empresa, es ofensiva a la dignidad de esos infantes y al pueblo entero de esa república africana.
El consejero presidente de Tesla dijo que abordaría los problemas de la empresa con el trabajo infantil en su cadena de suministro. Pero su solución de alta tecnología no es suficiente.
Elon Musk indicó que en 2023 Tesla instalaría una cámara web para vigilar una mina de cobalto en el Congo que es su principal fuente para las baterías de los vehículos eléctricos que está fabricando.
El año pasado, justo después de que el consejo de Tesla y los inversores votaran en contra de una propuesta para contratar a un monitor externo que garantizara que los proveedores de cobalto del fabricante de vehículos eléctricos no utilizaban mano de obra infantil o forzada en las minas de la República Democrática del Congo, Elon Musk se comprometió a hacer exactamente eso… y más.
«He oído una pregunta sobre la minería de cobalto y ¿saben qué? Haremos una auditoría por terceros», dijo la persona más rica del mundo a una multitud estridente y adoradora de accionistas en la reunión anual de Tesla en mayo de 2023.
«De hecho, pondremos una webcam en la mina. Si alguien ve a algún niño, por favor, que nos lo haga saber», expresó riéndose.
Pero Forbes ha sabido que un año después, la prometida webcam de Musk no se ha materializado como se esperaba. En lugar de una cámara en directo, la Kamoto Copper Co. que es la principal fuente de cobalto de Tesla, publica cada mes una única foto del extenso complejo minero del sur del Congo, tomada por un satélite Airbus que orbita muy por encima de la Tierra.
Obvio no se ven niños, pero eso se debe a que la resolución no es suficiente para revelar nada más pequeño que las instalaciones de procesamiento y el paisaje lleno de cicatrices de una mina a cielo abierto altamente explotada.
Tesla también afirma haber tenido múltiples revisiones de terceros sobre las condiciones de trabajo en Kamoto, que es propiedad del gigante minero mundial Glencore, según su último informe de impacto medioambiental.
«Nuestros proveedores directos se someten a auditorías de terceros para garantizar que no haya trabajo infantil en estas minas y que no entre en nuestra cadena de suministro material procedente de fuentes no autorizadas», afirma la empresa.
«Se realizaron cuatro auditorías en 2023 y no se encontró ningún caso de trabajo infantil en las instalaciones de nuestros proveedores directos».
Pero ni la imagen mensual por satélite ni las revisiones de terceros abordan los problemas continuos de la minería de cobalto y cobre, según Courtney Wicks, directora ejecutiva de Investor Advocates for Social Justice.
«Tomar una foto al mes… no es realmente un plan integral», dijo Wicks a Forbes. Los pasos que ha dado Tesla «no son dignos ni de mención. La eficacia no es suficiente en este momento».
Eso se debe a que el problema no es principalmente lo que ocurre en el complejo minero de Kamoto, sino en las minas vecinas no reguladas, dijo Michael Posner, profesor de la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York y director del Centro de Empresas y Derechos Humanos de la universidad.
Un nuevo estudio en el que ha trabajado con el Centro de Ginebra para las Empresas y los Derechos Humanos calcula que unas 40 mil personas menores de 18 años trabajan en las explotaciones mineras artesanales de pequeña escala en el Congo.
Los niños suelen estar allí «porque sus familias no tienen acceso a guarderías». Los niños mayores también trabajan en las minas porque las familias necesitan ingresos adicionales, según el estudio.
«Vigilar lo que ocurre en una mina mecanizada ignora el problema central, que es que un porcentaje significativo del cobalto procede de las minas artesanales», dijo Posner.
El cobalto de estas minas a menor escala se vende a los comerciantes y se mezcla con el metal procedente de minas industriales como Kamoto. Pero Tesla no las controla en absoluto «y ése es el problema», dijo.
Otro factor que complica las cosas: el cobalto del Congo se envía a China para su refinado, lo que hace aún más difícil garantizar que no procede de una mina artesanal. «Para cuando se pone dentro de una batería en Estados Unidos o Europa, ya se ha mezclado en algún lugar de China», sostiene Posner.
La discrepancia entre la acción prometida por Musk sobre el cobalto y la realidad de lo que está haciendo la empresa no es inusual para un empresario multimillonario con un historial de promesas audaces en las que no ha cumplido (todo, desde la seguridad de las plantas de Tesla y las funciones de conducción automatizada hasta los planes de crear un «paraíso ecológico» en la planta de la empresa en Austin).