HOMO POLÍTICUS/ Para los políticos enfermos de poder, las vidas humanas no valen nada

“La indiferencia del mexicano ante la muerte, se nutre de su indiferencia ante la vida”. Octavio Paz

JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ BLANCO

Es una brutal realidad que cobra importancia por la irresponsable ocurrencia de Claudia de retar veladamente a Trump invocando el himno nacional para enfrentar su amenaza de usar la fuerza contra los cárteles mexicanos.

¿A quién defiende?, ¿Al cártel de Sinaloa o a la soberanía nacional?; ¿Usted tiene dudas?, yo tampoco.

No creo que llegue la sangre al río, pero si ocurriera, le garantizo que ni ella ni sus hijos se pondrán frente a las armas norteamericanas y que entre nuestros muertos no habrá nadie que se apellide Sheinbaum, Monreal, Noroña ni Obrador.

¿Qué le pueden importar las vidas de soldados que no ve ni conoce?

Lo mismo que los 200,000 asesinados durante el primer sexenio morenista, los incontables muertos por falta de atención médica, los casi un millón de decesos por covid o los que llenaron 9,000 fosas clandestinas o el medio millón de jóvenes norteamericanos que han muerto por consumo de fentanilo o los de la línea 12 del metro a la que le negó mantenimiento o los que mueren a diario en las balaceras de Sinaloa, Jalisco, Michoacán, entre otras.

El número de muertos no ha hecho diferencia para el obradorato, da igual que se hubieren muerto esos millones de mexicanos o lo doble o triple, probablemente en efecto murieron y no lo sabemos, de todas formas, somos un pueblo indiferente, nadie conoce los nombres de los difuntos ni los dolores de sus viudas o madres o huérfanos, ni dónde lloran, no se ven.

Para la presidente, esos muertos, sólo son molestias menores, casi ni estadísticas que tampoco son de su interés ni de las masas apáticas que no leen ni les interesa la vida institucional.

¿Cómo podría importarle si la esperanza de vida del mexicano descendió con el obradorato sin que esa pérdida fuera noticia relevante?, ya no digamos motivo de alarma; en México la esperanza de vida es de 75 años mientras que en los países de la OCDE es de 81, 6 años menos.

Esa desgracia se explica porque en México la longevidad es vista por el gobierno como un altísimo costo por el pago de pensiones asistenciales, no se ve como un objetivo de mejora a la calidad de vida de la población; ¿Qué no es esto una vergüenza?

La insensibilidad de los políticos parece una enfermedad demencial por ejercer el poder al costo que sea.

¿A qué se debió la bravuconada de Claudia?

A la correlativa de Trump de amenazar con resolver por la fuerza la venta de fentanilo y drogas, la migración y la fayuca China si México no lo resuelve pronto.

Cómo fue evidente, bastó la amenaza de Trump para que él gobierno hiciera algo.

A 8 días de la amenaza del gringo, Harfuch anunció el primer decomiso importante de fentanilo en toda la historia ¡Una sola tonelada! y a 3 días Marcelo anunció el cierre de Izazaga 89, el proceso de extinción de domino de mercancías chinas y el Gobierno la renovación del titular del Instituto Nacional de Migración.

¿Apoco Claudia no sabía de la fábrica de fentanilo ni del enorme mercado de mercancía chinta asentado en la ciudad que ella gobernaba?, ¿Usted cree que lo supo hasta ahora?

¿Que no es demasiado evidente el oportunismo y su simulación??

Ese decomiso huele a pactado con el cártel y no sería el primero en esa condición ni tampoco el primero el protegido por el ejército dominado y billeteado por el obradorato.

Qué clase de gobierno es éste?, ¿Que no bastaba que fuera delito para que lo combatieran?.

¿Por qué la política mexicana, prefirió ser tan miserable? Cuando esa actitud es un vicio y jamás debió ser un hábito en nuestros políticos.

¿Por qué la ética no es un elemento que abracen como guía en su quehacer público?, cuándo esa mística moral es la mejor forma de hacer política.

¿Desde cuándo las vidas humanas dejaron de ser importantes para nuestros políticos? y peor, para toda la sociedad indiferente.

Todos tenemos diferentes respuestas a esas preguntas y todas con algo de razón, probablemente todos coincidamos con que la degradación de nuestros políticos, tiene muchos años, pero también debemos coincidir en que el obradorato llevó las malas prácticas de ese oficio a umbrales vergonzosos que no han conocido límites y que magnificaron la perversión política a niveles grotescos.

¿Por qué hicieron algo hasta que Trump les tronó los dedos y reposicionó la idea del narcogobierno mexicano que reventarían con una escalada arancelaria y ataques armados a los cárteles por considerarlos una amenaza a su seguridad nacional?

El claudismo se exhibió sin ningún pudor político.

No le han importado las vidas humanas que se han perdido con las drogas, ni con la violencia de los cárteles, sólo le importó aparentar que hacen algo tan pronto como Trump les alzó la voz y dio un manazo en la mesa.

Ya llevamos muchos muertos, ojalá pase algo que haga reaccionar a los hombres y mujeres públicos y los conduzca a recapacitar, este deseo se acerca más a un sueño imposible, no sé les ve ninguna intención de corregir.

Pero tampoco a Trump de tolerarlos como encubridores de narcos y amenazantes de su seguridad nacional, ni como comunistoides.

Jugar a las balandronadas con el orate y con las vidas humanas, no es compatible con la inteligencia ni con la ética y tendrá costos que, como siempre, pagaremos todos.

El oficio de la política, debiera ser ejercicio por personas sobrias y serenas, honorables, en contrasentido hoy tanto en Estados Unidos como en México y muchos países populistas, está ejercido por enfermos de poder que sólo piensan en incrementarlo y preservarlo sin importarles costos ni vidas humanas; ese noble oficio hoy está en los peores umbrales de repudio social y este sentimiento es absolutamente justificado, legítimo, no es para menos, nuestros políticos son una vergüenza.

 

José Carlos González Blanco.

9 de diciembre del 2024

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