EDUARDO MERAZ
Ante las tupidas y copiosas evidencias de la realidad y ante la imposibilidad de guarecerse en el manto protector de su predecesor en el cargo, Claudia Sheinbaum empieza a darse cuenta de la importancia de tomar distancia.
Más allá de afectos emotivos y políticos, las adversas circunstancias internas y externas, están forzando a la presidenta a adoptar medidas diferentes a las seguidas por el anterior habitante de Palacio Nacional, por sobrevivencia y ya no por convicción.
Las presiones y “trumpadas” del futuro presidente de Estados Unidos en materia de comercio, migración y fentanilo han obligado a la titular del ejecutivo de México a asumir una posición apartada del “masioserismo” y a responder con hechos.
Por ejemplo, en semanas recientes la confiscación de drogas de distintos tipos, en especial de fentanilo, logró detener a un mayor número de delincuentes y a diseminar caravanas de migrantes, aunque es prácticamente imposible disminuir los homicidios dolosos.
Las exigencias de Donald Trump han puesto en movimiento a un gabinete alterado, en espera de presupuesto, a partir del cual ponerse en acción.
Internamente, la presidenta Claudia Sheinbaum ha decidido darle un matiz nuevo al discurso, acompañando sus palabras de medidas en las cuales empezar a alejarse -sin abandonarlo del todo- del refraneo pendenciero del exmandatario.
El compromiso de buscar nuevas alternativas a la investigación sobre el caso Ayotzinapa, es un reto mayúsculo, pues el tiempo transcurrido dificulta el esclarecimiento de la verdadera historia de lo acontecido en septiembre de 2014, en la llamada “Noche de Iguala”.
Estos pequeños esbozos de independencia, sin embargo, parecen insuficientes si carece del carácter y voluntad para contener los apetitos de la mal bautizada “supremacía constitucional” del legislativo, que quiere imponer agenda a los otros poderes.
Las reuniones por separado con los legisladores de la mayoría y con los integrantes de su gabinete, están lejos de ser percibidos como signo de fortaleza. Más bien expresan la intención de construir una unidad, ya sea forzada o ficticia.
La insistente defensa del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y la posible incorporación a un cargo “estratégico” del exmandatario veracruzano, Cuitláhuac García, no abonan a la imagen de ser la única dueña del bastón de mando.
Retrasar el ejercicio de las facultades otorgadas por la Carta Magna al titular del ejecutivo federal, genera desconfianza. Tal vez sería conveniente que Claudia Sheinbaum haga valer el título de la melodía “Contigo en la distancia” y no decir junto a ti.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Parece algo mágico y misterioso, pero el número de homicidios dolosos es casi el mismo al de los delincuentes detenidos, ambos rondan los cinco mil individuos. Al ritmo que van, ni cosas ni prisiones serán suficientes para darles cabida.
@Edumermo