* El Petróleo, moneda de cambio en la política
MARÍA MANUELA DE LA ROSA AGUILAR
La guerra en Ucrania se prolonga indefinidamente y vemos como Rusia, de verse debilitada hace un año por la fuerte presión internacional y el apoyo de EEUU y Europa a Ucrania, ahora logra sobreponerse y continuar para quedarse ya no sólo con parte del territorio ucraniano, si es posible, incorporar al país como un territorio ruso más. La guerra se ha tornado más internacional que nunca, pero además, con un aliado adicional que ya está operando en el teatro de operaciones, Corea del Norte, que poco a poco ha enviado tropas en apoyo de Rusia. Considerando que el dictador norcoreano no tiene reservas y actúa con desmesura, lo que se espera es que el apoyo militar sea cada vez más contundente. Pero esta ayuda cuesta y no es barata.
Se ha sabido que desde marzo de este año, según las imágenes satelitales del Open Source Centre, una organización no gubernamental que tiene su sede en el Reino Unido, ha observado el envío de más de un millón de barriles de petróleo a Corea del Norte, procedentes de Rusia. Lógicamente este petróleo se envía como “reciprocidad” por el envío de armas y tropas para apoyar a Rusia en la guerra con Ucrania. Esta información ya ha sido confirmada por David Lammy, secretario de Asuntos Exteriores inglés, transferencias que son una violación a las sanciones impuestas por la ONU, las cuales prohíben tajantemente vender petróleo a Corea del Norte, salvo muy pequeñas cantidades para sus requerimientos más vitales, es el único país al que no se le permite comprar petróleo en el mercado internacional. Curiosamente el petróleo recibido por Corea del Norte de Rusia se realizó medio año después de que se supo que Pyongyang estaba enviando armas y miles de tropas a Rusia.
Con este petróleo Corea del Norte ha logrado una estabilidad que no había tenido desde que se le impusieron las sanciones, por lo que las relaciones entre los dos países atraviesan por su mejor momento, lo que pone en alto riesgo la paz mundial, ante el creciente poder de un líder inescrupuloso que ya ha anunciado de manera reiterada sus intenciones expansionistas y sobre todo para apropiarse de Corea del Sur, un riesgo de dimensiones incalculables para la geopolítica, pero sobre todo para la paz en el mundo, de por sí mermada por la gran cantidad de conflictos bélicos vigentes en el mundo, además de los graves problemas que hoy día enfrentan las naciones por el crimen organizado y la migración descontrolada que ya está afectando la seguridad interior, la cultura y la gobernanza, debilitando las fronteras, que día con día se desdibujan.
La maquinaria de guerra de Vladimir Putin se fortalece, el petróleo ruso, bloqueado por la ONU, se ha desviado para su poderío con misiles, artillería y tropas. Aunque el mandatario tal vez no haya medido las consecuencias de su dependencia con Corea del Norte, que desconoce la palabra de honor y lo que significa una verdadera alianza entre caballeros, porque es todo lo contrario. Putin toma nuevos aires para seguir en la guerra, pero Pyongyang crece y pone en riesgo a la península de Corea, Europa y la región del Indo-Pacífico. Putin despertó a la fiera y sus ambiciones desmedidas, porque el petróleo es esencial para el funcionamiento del ejército norcoreano, las tropas y los lanzamisiles son transportados gracias al diésel y la gasolina, que sirve también para que funcionen las fábricas de municiones y en general para todos. Los vehículos, con lo que la movilidad y la economía se reactiva. Los hidrocarburos son la sangre del aparato productivo.
Aunque, cabe destacar, Corea del Norte no ha prescindido totalmente del petróleo, pues desde el bloqueo. Según lo ha señalado el Dr. Go Myong-hyun, investigador principal del Instituto de Estrategia de Seguridad Nacional de Corea del Sur, se tiene conocimiento de que Pyongyang ha recurrido a la compra ilícita de combustible a través de las redes de contrabandistas y del crimen organizado, un negocio que conlleva diversos riesgos, es muy costoso y requiere mucho tiempo. Y ahora la situación cambó para su fortuna, porque no sólo recibe el petróleo directamente, sino en grandes cantidades, de la mejor calidad y muy probablemente de manera gratuita, tal ventura no se podría imaginar. Y un millón de barriles para Rusia no significa nada, pero para Corea del Norte es la lotería sin haber comprado boleto. Los analistas calculan, de acuerdo a las imágenes, que Corea del Norte ha recibido más de un millón de barriles de petróleo, más de diez veces la cantidad que Moscú envió a ese país el año pasado, de acuerdo a una evaluación del gobierno de los EEUU.
Los envíos de Rusia no sólo violan flagrantemente las sanciones de la ONU, sino que además, la mitad de los viajes rastreados se realizaron con buques ya sancionados individualmente por este organismo. Rusia es un miembro permanente del Consejo de Seguridad y lo que procedería sería la incautación de las embarcaciones y del petróleo, por lo que es un abierto desafío de Rusia a las Naciones Unidas, lo cual no es una novedad.
En marzo de este año Rusia disolvió el panel de la ONU responsable de monitorear las violaciones de las sanciones, utilizando su capacidad de veto ante el Consejo de Seguridad de este organismo. De acuerdo a testimonios de Ashley Hess, que trabajó en el panel hasta su disolución, tuvieron la evidencia de que las transferencias de petróleo habían comenzado superando lo autorizado; y Eric Penton-Voak, quien dirigió el grupo de 2021 a 2023, señaló que los rusos del panel trataron de censurarlo.
Pero una vez disuelto al panel Rusia puede actuar a su libre arbitrio y según advierte Penton-Voak, de la junta directiva del Open Source Centre, el problema es mucho más profundo, porque pueden hacer lo que quieran sin que nadie los regule, contraviniendo los intereses de toda la comunidad internacional. Incluso puede llegar a Irán un arma nuclear norcoreana y no se sabe que más recibirá Pyongyang a cambio, pues se sabe que ya ha enviado unos 16,000 contenedores con proyectiles de artillería y cohetes.
Recientemente se recuperaron restos de misiles balísticos norcoreanos que explotaron en Ucrania. Asimismo, Putin y Kim Pyongyang firmaron un pacto militar que conllevó el envío de miles de tropas norcoreanas a la región rusa de Kursk, donde el 6 de agosto de este año las Fuerzas Armadas de Ucrania lanzaron una incursión en el Óblast de Kursk, las unidades cruzaron desde el territorio de Ucrania y atacaron las aldeas de Nikoláievo-Dáryino y Oleshnya, defendidas sólo por guardas fronterizos. El objetivo de la incursión fue atraer tropas rusas para frenar al ejército ruso en su avance sobre Pokrovsk, en el Óblast de Donetsk y sobre Kúpiansk, en el Óblast de Járkov. El gobierno ucraniano afirmó que no se anexionará el territorio conquistado, pero sí lo retendrá indefinidamente como base en una hipotética negociación de paz con Rusia.
Ya el gobierno surcoreano dijo que responderá con severidad ante cualquier agresión, pero existe la preocupación de que Pyongyang reciba de Rusia tecnología para perfeccionar sus satélites espía y misiles balísticos, lo que pondría de inmediato en alto riesgo a su vecino del sur. Esta posibilidad es alta, según el ministro de Defensa de Seúl, Kim Yong-hyun, quien dijo que era posible que Corea del Norte estuviera pidiendo esa ayuda, lo mismo consideró Andrei Lankov, un experto en relaciones entre Corea del Norte y Rusia en la Universidad Kookmin de Seúl.
El hecho es que Corea del Norte ha entrado ya en la guerra, si bien. Por cuestiones de interés militar y económico, se ha convertido en un contrincante más para Ucrania. Y su posición de debilita ante la llegada de Donald Trump, que pretende concentrarse en los temas domésticos de EEUU.