>> Es el único legislador que se ha atrevido a enfrentar al senador Fernández Noroña, quien se ha comportado insolente y soberbio como presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República
>> Fernández Noroña se negó a darle la palabra y ello fue la gota que derramó el vaso
>> Alejandro “Alito” Moreno, senador y presidente nacional del PRI se subió al presídium y reclamó al petista su actitud insolente
Moisés Sánchez Limón
Ciudad de México, 31 de octubre (entresemana.mx). Al senador Gerardo Fernández Noroña lo puso en su sitio Alejandro “Alito” Moreno. Nadie se había atrevido a reclamar al flamante presidente de la Mesa Directiva del Senado su insolente forma de conducir los trabajos del pleno senatorial.
Y es que…
Harto de la arrogancia de Fernández Noroña y una vez que éste le negó la palabra, en la sesión de este jueves, el senador y dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro “Alito” Moreno, abandonó su escaño y lo encaró en el espacio de la mesa directiva.
Fernández Noroña se ha distinguido por despreciar la pauta de respeto a sus pares en las sesiones del pleno senatorial.
Hoy no fue la excepción y le negó la palabra al senador Moreno Cárdenas, quien, molesto por ese trato despectivo, abandono su escaño que no curul como erróneamente citó Fernández Noroña.
Los senadores y senadoras presentes en la sesión se sorprendieron cuando, alguien de sus pares, estalló contra Fernández Noroña y le exigió, parado justo a su derecha en el presídium, que le diera la palabra.
–Te he respetado siempre para que me des la palabra. Es un tema, nada más –le dijo Alito a Fernández Noroña.
–Así ha sido, no necesitas…–balbuceó el presidente senatorial.
–Sólo quiero que me des la palabra… –insistió Alito.
–No necesitas, senador Alejandro Moreno, vaya a su curul y dígame…– replicó Fernández Noroña.
–Porque te estaba solicitando… –insistió el senador priista.
–Dígame desde su curul, dígame desde su curul… ¡he, he!, no me ponga el dedo encima… no me ponga el dedo encima… –se victimizó Fernández Noroña, porque Alito no le puso el dedo encima, en momento alguno.
–A mí no me grite. A mí no me grite… –urgió Alito a Gerardo.
–¡No me ponga el dedo encima!—reiteró y mintió el presidente del Senado.
—A mí no me grite… a mí no me grite…cincuenta veces se lo repito… –puntualizó Alito.
–Respeto a la presidencia, respeto a la presidencia…– invocó Fernández Noroña victimizándose, mientras senadoras y senadores disfrutaban del trago amargo que pasaba el soberbio presidente del Senado.
–Te vine a pedir la palabra y tú lo estás haciendo… –le replicó Alito.
–Respeto a la presidencia, respeto a la presidencia…–insistió Fernández Noroña a falta de argumentos. Luego diría que siempre da la palabra en las sesiones. Mentira
—¡Date a respetar!, ¡date a respetar! –le urgió Alito.
–A mí no me toque, a mí no me toque…–se victimizó Fernández Noroña, quien se pensaba intocable hasta que un senador, Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas se atrevió a ponerlo en su lugar y lo exhibió reducido, sumido en su poltrona.
Así este punto se la sesión senatorial de este jueves.