JOSÉ SÁNCHEZ LÓPEZ
EL 25 de septiembre pasado, el Senado aprobó la zarandaja de que la Guardia Nacional, nacida como cuerpo civil, quedara bajo control de la Secretaría de la Defensa Nacional, una más de las disparatadas reformas a la Constitución, obtenida en los estertores del Gobierno de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR gracias a la mayoría conseguida por la “heredara infanta”, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO y al manido argumento de combate a la corrupción.
Desde que se conoció la propuesta causó polémica y no fueron pocos los que alertaron de las consecuencias de militarizar la policía, que a partir de su inclusión a las Fuerzas Armadas, los elementos actuarían como soldados y no como guardias civiles, pero con esa aplastante mayoría lograda en las elecciones pasadas, no hubo argumento válido para revertir tan irracional disposición.
Unas de las primeras consecuencias (masacres,) no a manos precisamente de miembros de la GN, pero sí de la Marina y policías de Colima, ocurrió entre la noche y madrugada del uno de octubre
En las redes circula la siguiente versión, de la que hay dos videos.
“Te avisan que SEMAR junto con policías estatales de Colima fueron a tu casa por tus familiares. Vas e investigar en la fiscalía para saber en donde los tienen detenidos pero nadie sabe nada y dicen que no han detenido a nadie. Horas después la SEMAR junto con la policía estatal de Colima reportan que mataron a 6 delincuentes en un enfrentamiento armado. Te avisan que tus familiares eran los delincuentes abatidos, pero revisas videos de tu domicilio y ves que la SEMAR entró a tu casa y se llevó vivos a tus familiares.
La información oficial fue la siguiente:
-Los agentes realizaban un recorrido de seguridad en inmediaciones de la comunidad Puerta de Ánzar, cuando fueron atacados por un grupo de hombres armados, quienes resguardaban un predio donde estaban miembros del crimen organizado. El resultado fue de seis muertos.
La gobernadora de Colima, INDIRA VIZCAÍNO SILVA, rechazó que haya evidencias y aseguró que se trata solamente de desprestigiar a las Fuerzas Armadas.
La Fiscalía General de la República inició la carpeta de investigación FED/COL/0000708/2024.
Ahora bien. En el supuesto caso que se tratara realmente de delincuentes ¿es justificable la acción de los marinos? ¿o simplemente se trató de un montaje para justificar el asesinato de 6 presuntos delincuentes?
La segunda matanza se registró el 2 de octubre y en ella intervino el Ejército.
Entre la noche del martes primero y la madrugada del miércoles 2, seis migrantes de nacionalidad egipcia, nepalí, cubana, hindú, pakistaní, salvadoreña y peruana. fueron masacrados por militares en la carretera rural que une los municipios de Villacomaltitlán y Huixtla, en Chiapas. Una decena más de refugiados resultaron heridos.
El reporte de los soldados fue que avistaron camionetas con personas “hacinadas”, Les ordenaron que se detuvieran. No lo hicieron y huyeron. Los persiguieron y fueron atacados a balazos por lo que respondieron la agresión con los resultados expuestos.
La versión oficial de SEDENA fue que los militares patrullaban la zona en busca de traficantes de drogas y de seres humanos, cuando “escucharon dos disparos” y al acudir a averiguar qué ocurría los agredieron.
La presidente CLAUIA SHEINBAUM PARDO, que tardó dos días en pronunciarse, aseguró el jueves 3 que los soldados acusados de la matanza habían quedado a disposición de la Fiscalía General de la República, señalamiento que la misma fiscalía se apresuró a desmentir en un boletín en el que señaló: (“….el personal militar actualmente se halla bajo arresto e investigación por sus propias autoridades”.
Claro. Se podrían molestar los señores militares.
¿Cómo que unos civilones castigarían a sus elementos?,
Imágenes tomadas con un celular de alguno de los mismos militares y difundidas por ellos mismos, mostraron la escena del crimen. Cadáveres destrozados por las balas, apilados en la batea de una camioneta con rastros de sangre, cubiertos por bolsas de plástico, negras, que utilizaban los migrantes para protegerse de las inclemencias del tiempo, pero que resultaron inútiles ante los inclemente soldados
¿Y los “coyotes” (traficantes de personas) que transportaban a los inmigrantes?
Huyeron ilesos.
Otro “daño colateral”.
La noche del 11 de octubre, YURICIE RIVERA ELIZALDE, de 46 años, enfermera del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), iba en compañía de su esposo VÍCTOR MANUEL CARRILLO MARTÍNEZ, de 40 años, y su hijo de 9 años. Se dirigían a la casa de una conocida para cenar. Cuando circulaban sobre avenida Eva Sámano Villagrán, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, elementos de la GN les cerraron el paso y los obligaron a detenerse. El conductor se disponía a bajar, cuando los militares abrieron fuego. Uno de los proyectiles alcanzó a la madre de familia y la mató.
La versión de los militares fue la misma. No se detuvieron cuando se les ordenó y por eso les dispararon.
Una más, también en Tamaulipas.
La noche del sábado 12, la señora Lidia Galván, de 60 años, iba con su nieta Iris Yajaira, de 8 años. Cuando circulaban en calles de la colonia Palmares, una patrulla de la GN impactó su vehículo y enseguida comenzaron a disparar. La niña recibió un tiro en la cabeza y murió.
¿Qué hace falta para que se reflexione ante tan estúpida disposición? ¿Más muertos?
A manera de justificación, en una de sus “mañaneras del pueblo”, la presidente SHEIBAUN PARDO dijo que es en ese estado donde hay mayores agresiones contra el Ejército.
¿Y ello los autoriza para cometer atrocidades? ¿Permiso para matar?
El Ejército Mexicano es reconocido por su labor en casos de desastre, por su invaluable ayuda, lo que les ha valido el respeto y el aprecio del pueblo.
¿Por qué asignarlos a tareas que no les corresponden? ¿Por qué exponerlos al desprecio y, en muchos casos a situaciones humillantes que tienen que aguantar a pie firme “por órdenes superiores”?
Los militares están para otros deberes, no para satisfacer egos.
Es obvio que la mentalidad castrense es diferente a la de un policía. La labor de un elemento policíaco es meramente preventiva y sólo puede actuar en casos de extrema gravedad, cuando se encuentre en peligro inminente de muerte, pero en todo caso, el uso de la fuerza debe ser legal y estar justificado.
Algo que al menos en los casos descritos, no sucedió.
A propósito de la continuidad pregonada por CLAUDIA SHEINBAUM, hay la lleva. LÓPEZ OBRADOR registró en diciembre de 2018, su primer mes de gobierno, 2 mil 347 homicidios dolosos. Y la “heredera infanta” ya lleva en los primeros 15 días de su mandato, mil 194 asesinatos. En Sinaloa el número de víctimas mortales, en el mismo lapso, fue de 101.
O sea que al menos el “segundo piso” de las ejecuciones, va porque va.
Pero no pasa nada***ES DE HUMANOS ERRAR, PERO SÓLO LOS NECIOS PERSISTEN EN EL ERROR.***AU REVOIR.