>> Ignora Ejecutivo al Judicial y advierte que las decisiones de la SCJN no valen
MIGUEL A. ROCHA VALENCIA
Quienes esperaban un cambio en la política autoritaria del Ejecutivo, se equivocaron superlativamente. La nueva presidenta ya confirmó que va por todo y si para eso debe mandar al diablo las instituciones como al Poder legislativo y con él a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, lo hará.
Por lo pronto por la simple determinación de someter a revisión si las reformas realizadas a la Carta Magna en materia judicial son constitucionales, todos los morenos y sus lacayos se fueron contra la Suprema Corte y en especial los ocho ministros que determinaron aceptar el recurso de revisión de los cambios aprobados y publicados, hechos mismos que fueron impugnados y hasta prohibidos por suspensiones otorgadas por jueces federales.
Hay algunos ilusos o bien pensados que a la nueva presidenta se le presenta una disyuntiva acatar lo que determine el colegiado del máximo tribunal de justicia del país o de plano ignorarlo y continuar con el proceso de desaparición de jueces, magistrados y ministros.
Las teguas de Troya en la misma Suprema Corte, Loretta Ortiz, Jazmín Esquivel y la ignoranta (con a) Lenia Batres se atrevieron a afirmar que sus ocho pares independientes encabezados por la ministra presidenta Norma Piña son golpistas en tanto que sujetos como el mugroso (así le gusta que le digan) Fernández Noroña amenazan con aplicarles juicio político.
Olvidan tal vez que la SCJN sigue siendo la cabeza de un poder autónomo regulador incluso de los abusos del Ejecutivo y Legislativo frente a la sociedad y es el encargado de impartir justicia de acuerdo con la Constitución más allá de hechos consumados que pueden ser atacados jurídica y no políticamente.
Lo cierto en este inicio de dictadura, el totalitarismo que pretende un gobierno cuya legitimidad está en duda y es que una mujer, en este caso la presidenta de la Suprema Corte de Justicia, Norma Lucía Piña, con los retazos de la ley en mano, defienda la Constitución frente a la nueva mafia en el poder que como dijo el profeta de la 4T, está dispuesta a mandar al diablo las instituciones…
Porque ya lo advirtió la nueva jefa del Ejecutivo, ni las determinaciones de jueces o magistrados contra de su autoritarismo serán respetadas así como las ignora Guadalupe Taddei en el INE entregado totalmente a Morena donde es secundada por el Tribunal Electoral, y por eso iniciaron proceso para organizar la elección de juzgadores aun sin la existencia de una Ley reglamentaria que marque los procedimientos para la misma.
Y mientras queda pendiente el perdón que debe ofrecer el gobierno cuatroteísta por los 200 mil asesinatos, 52 mil desaparecidos, 70 mil cadáveres en morgues sin identificar y los 350 mil mexicanos que murieron de más en la pandemia por falta de atención médica y fármacos, cuyo presupuesto fue desviado a la compra de votos. Anillo al dedo diría el ganso.
Por cierto ¿Quién ofrecerá perdón a la familia de doña Ifigenia Martínez a quien sacaron del hospital para llevarla a entregar la banda presidencial y acelerar con ello su deterioro que culminó con su fallecimiento?
Porque además todos “esos” no votan como tampoco las víctimas de desastres y menos aún quienes huyen de la violencia sus domicilios o quienes van en busca de oportunidades de vida.
Así en ese marco de confusión violencia e intolerancia donde nadie le va a decir a la nueva izquierdosa amurallada en las paredes del palacio virreinal con sus muros de acero y hormigón cual es la ley. Desde hace seis años la única norma que en los hechos rige es la que se dicta desde el Ejecutivo, la del machuchón tabasqueño y heredó a la científica judía que cree mandar, pero todos sabemos que el legado del patrón es el que rige, lo quiera o no.
Por lo pronto la descalificación de la nueva sacerdotisa de Palacio Nacional hacia las determinaciones de mayoría del colegio dela SCJN fue terminante, no le harán caso pues para ella no les asiste la razón ni la Ley, aunque ese sea el espíritu del poder constitucional llamado Judicial, protegernos de los excesos del Ejecutivo y Legislativo.
La ley positiva no descalifica a los ministros de asumir responsabilidades que les son inherentes a la Suprema Corte de Justicia aunque una ignoranta de vecindad, una plagiaria y otra seudo izquierdosa pretendan calificar la razón de la Constitución como o golpe de Estado.
Asonada es la que en su mayoría pretenden cometer los lacayos vestidos de legisladores contra el estado de Derecho democrático.
Hay quienes dicen que a la titular del Ejecutivo s ele presenta la encrucijada de mantener como lo protestó el pasado día primero, el Estados de Derecho o en definitiva mandar al diablo lo poco que queda de institucionalidad. Yo creo que esa determinación la tomó antes de protestar como presidenta de México.