TERESA GIL
El fin del sexenio nos deja interrogantes que no sabemos si se responderán al menos de inmediato con el nuevo gobierno. Uno de ellos qué pasará con el Programa Sembrando vida que fue uno de los puntales de López Obrador. Con el formal funcionamiento de la Secretaría de Bienestar, será de ahí, consideramos, como continuará con los mismos esquemas que se aplican en alrededor de 24 estados con apoyos económicos directos a los pequeños agricultores. Las efemérides siempre nos colocan en algún tema que provoque inquietud, más cuando se relacionan con el tema que se inquiere. El 27 de este mes el calendario sigue recordando a aquel hombre que vivió en cierta manera para la flora, el árbol en especifico, al grado de que lo llamaban El apóstol del árbol. Me refiero a Miguel Ángel de Quevedo que da nombre a una de las más importantes avenidas de Coyoacán y que desde los Viveros de esa alcaldía repuntan sus recuerdos como uno de sus creadores en los inicios del siglo pasado. A él le hubiera gustado el programa Sembrando vida que se extendió a varios países de América central no solo como reivindicación de la naturaleza verde, sino como un objetivo económico -político para ayudar a miles de campesinos que precisaban apoyo. Y sobre todo ser un baluarte para la retención de lo que son expulsiones migrantes.
LA GRAN HERENCIA BOSCOSA EN UN PAÍS COMO EL NUESTRO, ES PRIVILEGIADA
No está de más, en estas fechas, recordar temas ya tratados, pero que se incorporan en el transitar. Más cuando está a punto de arribar un nuevo gobierno. La jefatura de la CDMX aplicó algunas de aquellas medidas que fueron la constante del Apóstol del árbol Quevedo Zubieta que en su cumpleaños 162 el 27 de septiembre, nos recuerda la trascendencia de los árboles en las poblaciones, más cuando el arribo del otoño nos deja huérfanos un poco de la protección de esos seres vivientes. Y un caso que relaciona árboles viene a colación después de la preponderancia que ha asumido en el país el embajador de Estados Unidos Ken Salazar, cuestionado por su permanente invasión en nuestro asuntos. Porque la polémica causada con los árboles que taló la representación estadounidense en la capital del país, por su extensa instalación, todavía no concluye, más cuando la presencia del diplomático corre peligro si Kamala Harris no arriba a la presidencia. Pero la irresponsabilidad de que desde esa sede se destruyeran árboles, nos hace pensar que el país del norte no necesita hacer una guerra contra México para apoderarse de otra parte de nuestro territorio. Con construir su embajada y todos los consulados que quiera tiene tierras suficientes para ser copartícipe de México, con nosotros. Los datos que se han venido mencionando desde el sexenio pasado, cuando se autorizó la tala de 122 árboles, presuntamente por razones de seguridad, señalan cien mil metros cuadrados incluyendo anexos y eso hace pensar en las grandes atribuciones y negocios que aplicará el vecino país, para utilizar tanto espacio. La inversión ha sido como lo publicamos en su momento, de mil millones de dólares. El gobierno actual de la CDMX paró el asunto tras 114 árboles talados e impuso la sanción de la restitución y pago de 122 árboles más 314 en el interior de las instalaciones. Este último número demuestra que los gringos no delinearon una pequeña choza. Ken Salazar anunció además, lo de su parque adicional en beneficio de la población, añadido que es justo no solo por lo de ahora, sino por aquellos terrenos nuestros que están en su poder, desde donde todavía tienen el descaro de enviarnos puyas.
MÉXICO CON GRANDES BOSQUES Y SELVAS, DONDE LA TALA ILEGAL ACECHA
México es un lugar privilegiado con 64 millones de hectáreas de bosques, de clima templado y selvas que cubren el 32 por cierto del territorio nacional. Pero por desgracia, ya desde 2018 se hablaba del aumento de la tala ilegal que en ese entonces era de 8 por ciento pero ha ido a la alza. Esta tala se hace también a pequeña escala en las ciudades, con las mencionadas constructoras que no son sancionadas, como es el caso de la embajada estadounidense. Otro aspecto que no trasciende a la población, es el cuidado que debe tener el ciudadano en los árboles de sus entornos, sobre todo en estas épocas en las que según los expertos, los árboles entran en una etapa de depredación por el ambiente frio, las hojas se caen como un mecanismo de defensa al disminuir los nutrientes por los suelos fríos. Las autoridades tienen manuales que por desgracia no se difunden. Son documentos muy completos sobre el comportamiento ciudadano en cuidados, riego y limpieza. De acuerdo a esos manuales, los árboles aportan a la población no solo su frescura y protección contra los contaminantes, moderan el ruido, protegen contra la erosión al generar humedad y son hogares de muchos seres vivientes.
MIGUEL ÁNGEL DE QUEVEDO Y SU VIDA DEDICADA A LA REFORESTACIÓN
El ingeniero nacido en Guadalajara el 27 de septiembre de 1862 no solo pugnó por crear parques y desarrollar en las ciudades la implantación de jardines, sino que creó la primera ley forestal en 1926, cuando gobernaba Plutarco Elías Calles. Desde su niñez y adolescencia en su vida europea cercana a zonas boscosas, el personaje cuya avenida divide cierta parte de la capital, tuvo inclinación por la naturaleza. Su ejemplo más evidente está en la Ciudad de México con los Viveros de Coyoacán en una de cuyas entradas está un busto suyo. Este hombre llevado por su inclinación hacia zonas en donde la vegetación cumpliera sus funciones no solo de adorno sino de salud, logró que el diseñador de parques Frederick Law, de Nueva York, lo apoyara en el diseño de 34 parques arbolados en México. Como ambientalista que ya mencionaba en su época de funcionario las partículas suspendidas, propuso desde la Secretaría de Agricultura sistemas de diques y de control de agua y fundó la sociedad forestal mexicana. Su gran aporte es reconocido. Quevedo Zubieta murió en julio de 1946.