ENTRESEMANA/ ¡Dictador!, ¡dictador!, ¡dictador!

Ayer fue cumpleaños de mis maestros, cómplices, amigos… mi hija Yaz, mi hijo Moy. Les canté las mañanitas y dormí la siesta arropada por su recuerdo

MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN

¡Nomás eso faltaba! Indignada, desde el atril, doña Beatriz Gutiérrez Müller ataja gritos de encabronadas y encabronados tamaulipecos en la frontera de Matamoros, Tamaulipas. Llaman dictador a su marido.

Y recurre a un manoseado calificativo de la historia patria:

“Para dictador es Porfirio Díaz, ¡eh! Es el guion de la película”, dice doña Beatriz, pero los gritos no amainan.

¿Y qué del fallido botellazo contra su Alteza Serenísima?

“Siempre vamos a estar en contra de acciones violentas y, eh, eh, pues que haya tranquilidad”, dice la Princesa Caramelo.

O sea. No pasa nada y pasa todo. Porque esos trabajadores del Poder Judicial de la Federación no son acarreados ni atienden órdenes de la ministra presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Lucía Piña Hernández.

Primo hermano, como remedo de dictador bananero deshojas al calendario y aprovechas hasta el último segundo del día para regodearte de la tarea que te impusiste cuando en 2006 enviaste al diablo a las instituciones.

No te quieres ir, es evidente. Ya te gustó el poder formal, el oficial, del que tomaste posesión, aunque fue asalto, aquel sábado 1 de diciembre de 2018. ¡Qué rápido se pasa el tiempo!, dirás. Pero igual no te fue suficiente para redondear lo que soñaste en aquellos días que querías saborear el poder como gobernador de Tabasco.

¡Ajajá!

Pero cumpliste y le has dado en la madre a la división de Poderes convirtiéndote en lo que te han gritado en la calle, en el Puerto de Veracruz y en la franja fronteriza de Matamoros, Tamaulipas.

¿A quién conviene, por ejemplo, desaparecer al INAI y órganos independientes para pasar sus funciones a la maraña burocrática que, obediente, cumple lo que el jefe o la jefa ordenan?

En el Poder Legislativo Federal lograste la mayoría calificada, incluso con ilegal sobrerrepresentación. Y ahí sólo tus chicharrones truenan y seguirán tronando bajo el mandato de la Princesa Caramelo. ¿A poco no?

Te hiciste del control del Instituto Nacional Electoral con una obediente y disciplinada, cuanto beneficiada con chambas para su familia, Lupita Taddei, sí, en diminutivo y no por cariño porque su altura independiente no rebasa el nivel de la banqueta

Y no, no es peyorativo el acotamiento, es descripción de las barbaridades que ha encabezado al frente de un puñado de consejeros electorales que se han disciplinado contigo, Andrés Manuel, como ha ocurrido con el menguado equipazo de magistrados electorales que han hecho del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación la Oficialía de Partes para atender tus caprichos.

¡Hágase la ley porque yo soy la ley!, se entiende en cada ocurrencia tuya.

Eres un remedo del teniente coronel Hugo Chávez Frías y te perfilas imagen de Nicolás Maduro, él habla con los pajaritos y tu con Benito Juárez.

Y transitas rumbo a una grotesca copia de José Daniel Ortega Saavedra, quien practica el espiritismo y tiene atemorizados a los nicaragüenses. Ni qué decir de tus amigotes Miguel Díaz-Canel, de Cuba, y el arrogante boliviano Evo Morales.

¡Vade retro!

Sí, Andrés Manuel, aunque los tomes a chunga y evites entrar en detalles y culpes de los desaguisados, como lo ha ocurrido a lo largo de tú gestión en Palacio, a intelectuales y periodistas que acusas de conservadores y al servicio de la ultraderecha.

Sí, Su Alteza Serenísima, eres un dictador. Podría asumirse que, consecuencia de tus sueños de opio y de recurrente cobro de facturas producto de tus atavismos, rencores y ánimos de venganza, eres un dictadorzuelo.

–Buenos días, presidente; buenos días a todas y a todos –.te saluda una integrante de la barra mercenaria en la mañanera y, zalamera, te despliega en bandeja de plata lo que te gusta escuchar, de lo que te encanta hablar y, sobre todo, despotricar.

–Presidente, antes de hacerles mis preguntas, quiero despedirme de este ejercicio de libertad de expresión y de derecho a la información, muy importante. Rompió el cerco mediático impuesto por las corporaciones a lo largo de los años –te expone la señorita periodista mercenaria.

Y respondes a tu mejor estilo:

“(…) Entonces, por eso entiendo que les cuesta mucho a los conservadores de hoy enfrentar nuestro movimiento y por eso resistimos. Y, repito, les agradecemos porque no pasan de insultos, de guerra sucias, de campañas de desprestigio, ‘AMLO presidente narco’, en sociedad, con gobiernos extranjeros, las agencias de esos gobiernos, que son muy dados a intervenir en la vida de los pueblos independientes, porque es una mala costumbre, que ojalá y se les vaya quitando poco a poco”, refieres con el rollo harto conocido.

Pero, Andrés Manuel, eres un dictadorzuelo. Compraste la voluntad de millones que te adoran como al Duce sin saber que son víctimas de lo que apoyan.

¿Ya te vas? No creo, no te creo. Mientes tanto que te crees tus mentiras. Por eso la Princesa Caramelo se ciñe al guion. No parpadea; el poder no le pertenece. ¿Le pertenecerá? ¿Qué opinas, Drakko? Digo.

COMO ME LO PLATICARON. ¿Conflicto de interés? ¿Impunidad? Llámele como quiera, el hecho es que la señora Michelle Fridman Hirsch ha trabajado desde 2018 como integrante del gabinete de Mauricio Villa, gobernador de Yucatán.

Es secretaria de Fomento Turístico del gobierno yucateco. Y eso nada tiene nada de ilegal.

Lo ilegal es que ha dobleteado manteniéndose al frente de su agencia de Relaciones Públicas “Eme Media Com”, fundada en 2008, y como integrante del gabinete del licenciado Vila. Interesante doble función y está a punto de entregar los bártulos en la impunidad absoluta.

¿Qué le parece?

Por ese tipo de doble lenguaje, entre otros factores de no menor gravedad, sin duda, el Partido Acción Nacional perdió la gubernatura de Yucatán, frente a Joaquín Díaz Mena, un ex panista morenista de cuarto para las doce que presume honestidad y pulcritud. Veremos.

El caso es que, hay grave opacidad en la Agencia de Relaciones Públicas «Eme Media Com».

Ocurre que doña Michelle Fridman Hirsch, operó como funcionaria con adjudicaciones directas, opacidad, despilfarro en consultoras y en diversos tipos de agencias digitales; tuvo también enfrentamientos con los empresarios turísticos de la entidad y con relacionistas y operadores de eventos en México y en el extranjero.

Mire usted, entre los clientes de «Media Com» están: Baja California, Campeche, Veracruz, Nuevo León, Chiapas, Jalisco, Michoacán, Sonora (Secretaría de Gobierno) y Ciudad de México, Taxco y Acapulco, SAGARPA, SECTUR, la Conferencia Nacional de Gobernadores, México Unido Contra la Delincuencia y hasta los gobiernos de Perú, Colombia; y la Alcaldía de Medellín, e Invest, Lituania.

El escandaloso derroche del que ha hecho gala no tuvo fin en seis años, por esa razón sus clientes deben encender las luces «ámbar» y tomar las precauciones pertinentes para no tener problemas cuando se trate de que Fridman Hirsch rinda cuentas.

Sin duda, ese largo listado de clientes debe ser un manjar ambicionado por agencias de relaciones públicas. Pero la señora Michelle incurrió en un delito porque operó como funcionaria de un gobierno estatal.

¿Tráfico de influencias? Bueno, el nuevo gobernador puede comenzar su administración con la escoba y barrer las escaleras de arriba para abajo, como dice el todavía licenciado presidente. ¡Chido! Conste.

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