EDUARDO MERAZ
El triunfo maloliente del oficialismo con la aprobación de la reforma al poder judicial, ni siquiera ha entusiasmado a sus perpetradores y cómplices, al centrarse más en borrar las huellas del crimen, en lugar de festejar.
El propio presidente totalmente Palacio Nacional prefirió mejor ventilar su vida privada, a través de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, a celebrar con los senadores haber logrado concretar su venganza.
En tanto, en la oposición la derrota ha causado profundos estragos, pues ninguno de los partidos -PAN, PRI, MC- salió con algo para presumir y mucho menos ofrecer a la sociedad.
La expulsión de los Yunes de Acción Nacional no mitiga la profundidad del daño causado por ambos personajes a la credibilidad del blanquiazul y pone a descubierto la pobreza de sus liderazgos, en momentos de dificultades.
Por su parte, el Revolucionario Institucional no sale del marasmo en el cual se encuentra desde la llegada de Alejandro Moreno, quien ahora lucha por su permanencia al frente del tricolor.
Incluso podría hablarse de cierto paralelismo en el derrotero seguido por el PRD, cuando lo dirigió el hoy saliente mandatario palaciego que, luego de un control férreo, lo desangró y fue el causante de su lenta agonía.
Las pueriles justificaciones de Movimiento Ciudadano y del senador campechano Daniel Barrera, dan lugar a sospechas de intercambio de favores con el oficialismo en Jalisco y Nuevo León que, de confirmarse, descalificarían futuras posiciones.
Las nuevas condiciones de concentración de los tres poderes en el ejecutivo, dejan un vacío en los ciudadanos, pues reconocen el papel de inferioridad e indefensión en el cual nos han colocado las autoridades electorales, que también han sido parte importante de esta trama.
La debilidad de los partidos políticos opositores, hasta ahora poco dispuestos a modificar sus formas de relacionarse con la sociedad y con el poder, con tal de no perder cuotas y prebendas, obligan a buscar caminos alternos, a fin de impedir el avasallamiento del cuatroteísmo.
La sensación de vacío en la representación de importantes y grandes sectores de la población frente al autoritarismo oficial y la complacencia gubernamental hacia el crimen organizado, obligan a la resistencia civil.
Los huecos dejados por los partidos deben ser llenados por acciones que contengan los apetitos totalitarios. Existen ejemplos en otros países sobre cómo transitar por caminos alternos para preservar derechos y libertades individuales y colectivos.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
La continuidad de funcionarios hacendarios en el nuevo gobierno, aunque no parece forzada o impuesta, estaría encaminada a corregir el entierro dejado por el saliente habitante temporal del palacete virreinal.
@Edumermo