MARTA EUGENIA DÁVILA GARCÍA
Y… ¿si un día despertaras así?
¿Te imaginas gentil lector o lectora que un día de la nada te den la noticia de que no eres quien creías ser?
Que de un golpe llegue a tu memoria un tsunami de recuerdos e imágenes que a lo largo del tiempo han formado tu historia de vida, y que al recibir la impactante noticia es como si de un brochazo se borrara todo.
Pero que, además, el desconocimiento de tu identidad se deba a que fuiste víctima de desaparición forzada y que con ello se vulneraron tus derechos humanos a la identidad y a la vida familiar que te correspondía, y que te enteres que puedes denunciar dicho delito, ya que estás en tu derecho.
No lo concebiríamos… en efecto, es algo que ni siquiera en nuestra imaginación tendría cabida.
Ésta es la historia:
Hace unos días conversé con Edith Olivares Ferreto, directora ejecutiva de Amnistía Internacional México, quien me narró la historia que inició en aquellos tiempos de la dictadura de Francisco Franco, cuando miles de bebés fueron sustraídos de sus madres y/o padres biológicos que eran opositores al régimen franquista, para entregarlos en prohijamiento a otras personas.
Y precisamente ésa es la historia de Ligia Ceballos Franco, quien a lo largo de su vida creyó ser mexicana, pero que podría ser una bebé robada en 1968, nacida el 29 de mayo en Madrid.
Amnistía Internacional rastreó ese caso, y ha hecho seguimiento y documentado otros similares de bebés robados al nacer.
Ligia fue dada en prohijamiento, es decir, fue una bebé “probablemente robada”. Nació en Madrid y fue entregada en 1968 a una pareja de Yucatán que no podía procrear.
Con base en la investigación de Amnistía Internacional, Ligia nació con el nombre de María Diana Ortiz Ramírez y fue entregada al matrimonio yucateco, quienes la registraron como nacida en nuestro país.
“Muchos años después cuando el padre “adoptivo” estaba en su lecho de muerte, le confesó a Ligia que no era su hija, que fue una bebé robada y le contó sólo una parte de la historia.
En el año 2017, Ligia decide poner una denuncia por desaparición forzada y desde entonces viene enfrentando un proceso muy complejo”, comentó Edith Olivares Ferreto.
“Para Ligia, el objetivo no es que se castigue a las y los responsables -quienes ya fallecieron-, a ella lo que en realidad le importa es conocer la verdad de su origen”, afirmó.
El de Ligia es sin duda un caso que -entre otros-, podría probar que existen miles de personas alrededor del mundo que no conocen su verdadera identidad y origen biológico, que pudieron haber sido víctimas de esa gran cantidad de violaciones a sus derechos humanos -como la desaparición forzada- al ser entregadas -siendo bebés-, a personas o familias ajenas.
Edith Olivares destacó la alianza del franquismo con otros grupos de la sociedad, como en el caso de Ligia, en el que intervino el poder eclesiástico que propició y generó la violación a sus derechos humanos al realizar la sustracción de aquella bebé, bajo un acuerdo del entonces obispo de Yucatán con el de Madrid y otras autoridades eclesiásticas de España.
Durante nuestra charla, Edith reconoció que “Ligia es una mujer evidentemente bondadosa porque al hacer público su caso, lo pone al servicio de la humanidad y, por lo tanto, de las víctimas del franquismo; con ello abre la posibilidad de saber qué sucedió en realidad en su caso y quizás en decenas, cientos o miles de casos más de bebés robados”.
“Estas violaciones afectan directamente a las personas a niveles muy íntimos”, afirmó la directora ejecutiva de Amnistía Internacional México.
Los representantes legales de Ligia impusieron en México un amparo ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero ésta aún no se ha pronunciado.
Ligia espera saber si la Suprema Corte de Justicia de la Nación de México acepta la competencia sobre su caso, para que las autoridades reconozcan que ella fue víctima de desaparición forzada y sufrió la vulneración de sus derechos humanos a la identidad y a la vida familiar.
“Esperamos que la Corte resuelva favorablemente para que se continúe con la investigación, a fin de que Ligia tenga certeza jurídica de cuál es su origen y tenga acceso a la verdad, a la justicia y a la reparación del daño”, dijo Edith Olivares Ferreto al concluir nuestra conversación.
Los estados-naciones tienen una gran deuda con las víctimas del franquismo, quienes tienen derecho al acceso a la verdad. Ligia Ceballos Franco, quien quizás sea en realidad María Diana Ortiz Ramírez, es una de ellas.