CARTAS DESDE CHICAGO/ Antorcha y bastón

En México ya se sabe quién va a tener el ‘bastón de mando’ (presidencia), símbolo de autoridad en la cultura indígena y, en Estados Unidos la ‘antorcha’ -para los demócratas-, esto último en alusión a los concluidos Juegos Olímpicos. Ambos para resaltar identidad y similitud.

ROGELIO FAZ

Chicago, Illinois, USA. La candidata a la presidencia de los EU, Kamala Harris, es la portadora de la antorcha, pero solo en su equipo de relevo que llevara la llama encendida a la competencia final en las elecciones el próximo 5 de noviembre.

Mientras que la presidenta electa de México Claudia Sheinbaum por lo que se ve, el ‘bastón de mando’ parece más bien ‘palo encebado’, en el que se ve difícil alcanzar la recompensa.

Dos conceptos de política

En México, los usos y costumbres provienen de la cultura indígena, de entrada, suena a tribu. En el caso de EU se tomó en alusión a la competencia de alto rendimiento también con origen ancestral de la mitología griega.

En ese sentido México estaría entrando a una competencia desigual. Una con huaraches y la otra con tenis.

En EU aún no se sabe si Kamala mantendrá la antorcha encendida, pues el candidato republicano Donald Trump también apegado a sus usos y costumbres que; sin basto ni antorcha compite a codazo limpio.

El entusiasmo mostrado en la Convención Demócrata supero a la Republicana. Hubo factores que contribuyeron a ello como el hecho de que Joe Biden cediera la antorcha a su compañera de equipo en la recta final.

Lo que no sucedió con Donald Trump, incluso algunos republicanos apoyan al equipo azul. Sin embargo, el que lo quisieran eliminar a la mala le dio dopaje.

Un campeón a destiempo

En México de acuerdo a la tradición de la política izquierdista es fundamentalmente socialista. Donde el Estado en su conjunto debería tomar ‘el bastón de mando’ para dar de bastonazos a quienes no se ajuste al régimen, ese ha sido su origen y legado para llegar a la meta final: el fracaso.

La comunidad fiel a sus usos y costumbres deberá acatar la voluntad de quien tenga el ‘bastón de mando’, otorgada a quien será la máxima autoridad comunitaria; López Obrador.

Basta saber lo que para él son sus “adversarios”: la derecha oligarca del siglo XIX, para contrarrestarla con la ideología socialista del siglo XX aplicada en pleno siglo XXI.

Rescatar el pasado jugando con pelota de piedra o fuego para figurar como campeón a destiempo de la democracia.

Por salud política

AMLO quiere controlar al poder judicial, legislativo y económico en lugar de ser un velador de sus garantías. La vuelta olímpica absolutista.

Una cosa es un gobierno con programas sociales y otra un gobierno socialista que controle a la sociedad “aspiracionista”.

Por salud política, no es conveniente indigestarse de poder usando los recovecos de la Constitución sea de izquierda o de derecha, pero en esta competencia se vale de todo.

Mente sana en cuerpo sano

México teniendo como vecino al país que se dice una de las mayores potencias económicas y deportivas del mundo, competirle con usos y costumbres es pretender eternizar la victimización del imperio salvaje. Masoquismo ideológico, una mentalidad enferma de poder aparentemente en cuerpo sano. Donde las pocas medallas de bronce parecen de oro.

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