DESDE ANDALUCÍA/ «Falotito»

MARGARITA BOKUSU MINA

Andalucía, España. Tengo un Macintosh nuevo, pero todo me parece frágil. Las manos me tiemblan desde que me pusieron el tratamiento. Inventan que estoy enfermo, cuando lo que hice fue decir que Ángela había sido violada. La psiquiatra dice que es prueba de que soy esquizofrénico y que a la policía no se le puede denunciar. Uno de los policías me amenazó con hacerme una inspección anal. La psiquiatra dice que el peligro es la africana desnuda. Con medicamentos tóxicos quieren callar a quienes los critican. Se perdonan a sí mismos.

 

Hola Falotito,

 

Me gusta que sigamos en contacto. El día que me digas que no te lo repita más intentaré hacerte caso.

 

Me ha encantado esa música árabe que me has hecho descubrir, Raina Rai, aunque sea antigua, pero moderna (como decía Rober que eran mis novelas).

 

Siento que te tiemblen las manos, a ver si deja de ocurrir pronto. También me pregunto dónde estás: en el campo, internado otra vez (dios quiera que no), en tu «atelier» o en Granada.

 

Es muy bonito eso que escribes a alguien como echándola de menos, donde has dibujado a una mujer y un niño. No sé si está  dedicado a alguno de tus amores.

 

Sigo corrigiendo mi décimo cuarta novela. Me hubiera gustado publicarla el año pasado, no pude por la mudanza y este año me cuesta ponerme. Como una no tiene éxito tiene menos motivación, también por el calor y porque es donde aparece el famoso Falote Nauseabundo y a veces escribe en otros idiomas y tengo que traducirlo. Quiero moverla por editoriales y concursos simplemente para obtener algunas críticas. Luego la sacaré con  Bubok. Con Amazon tendrá que esperar algunos años porque antes van las otras.

 

Estoy en La Línea desde el lunes y dentro de nueve días empiezo a trabajar, una mierda, el calvario, aunque me darán cinco días antes del 15 que aprovecharé para ir a Málaga porque la perrita de mi padre tiene cita en el veterinario.

 

Más chalauras:

 

Llevo tres días que no voy a la playa porque después de desayunar me entra muchísimo sueño, no sé si es porque tomo Lexatín, lo cual no he hecho durante todo el verano, me costaba  dormir, también puede que sea por la edad y porque en Málaga no he dormido todo lo que me hubiera gustado.

 

Hace cuatro días salí con un ex vecino a comer (la segunda vez en dos años, ya ves), pero creo que le convenzo lo mismo que él a mí, es decir, que mejor no haya atracción sexual, solo amistad, porque tiene 13 años más y yo quiero a alguien de mi edad o menor, el cupo de gente mayor ya lo agoté.

 

Supongo que también te hablé de un tipo de Jerez que me dijo en mayo de venir y lo aplacé para el verano y ahora creo que ha encontrado a alguna (tiene 15 menos).

 

Anoche chateé con un parisino que hace unos diez años ya compartía mis cosas en Facebook, quise hablar con él por aquel entonces y pasó de mí y ahora me ha contado que a los once años su padre se suicidó, a los veintiuno su madre murió de una enfermedad degenerativa y, por tanto, tuvo que buscarse la vida desde muy joven. No ha estudiado, no ha viajado mucho, subía a lo más alto de la Torre Eiffel porque llevaba bebidas al restaurante, como reponedor, pero ahora vive en el sur de Francia, tiene siete años menos y no creo que lleguemos a nada. Para comunicarnos tiro del traductor de Google. Hace tres meses terminó con su novia, después de un año de relación. Tiene un hijo adolescente, pero desde que empezó con la que ahora es su ex no lo ve. Trabaja desde casa, algo relacionado con las facturas del gas, llama a los clientes. Lo que quiere es dejar de currar, que le den una baja permanente porque tiene artrosis en las piernas.

 

Por mi barrio veía a un alemán de más de 70 años pasear a su perrito y me daba cosa preguntarle cómo estaba porque era evidente que estaba bastante mal. La última vez que lo hice me contó que le habían cortado un pie por la diabetes. Mi madre me ha dicho que hoy no podía más con lo que le comentaba: se le habían muerto la mujer y un hijo que era médico.

 

Así que, sabiendo que con la edad que tenemos como mucho nos quedan 20 o 30 años, me encantaría encontrar un hombre que comprendiera que lo que necesito es que cocinen para mí y que me hagan masajes. Lo máximo sería que me quitara de trabajar, pero para eso mejor una buena lotería o mis libros.

 

Bueno querido amigo, tranquilidad y buenos alimentos.

 

  1. D.: Da gracias por que no te cuento con detalles el por qué Rita, la de Venecia, se enfadó conmigo. Simplemente te diré que cuando más agotada estaba me encargó que le buscara un hotel y lo pagara, que ya me lo abonaría, que se había mosqueado con su familia. Al decirle que haría lo que pudiera, pero que por Internet también ella podía mirarlo, se ofendió. Aún así, le envié unos enlaces de sitios para compartir habitación. Me dijo que no quería compartir, que tenía que resolverle la papeleta en dos días. Pienso que, en el fondo, llevaba mucho tiempo intentando desembarazarse de mí.

 

Otro que se ha ido de mi vida es el niño: aquel hombrecito al que dejé por ti. Nos vimos dos veces en la playa. La primera vino con muchas ganas de hacerme un masaje para manosearme. Rechazó mi invitación a La Línea porque tenía que ayudar a su madre: llevar las botellas de agua cuando hacen la compra. Después me lo encontré y se hizo el distraído, como si no existiera y entonces me puse a cantar: «Antoñito, huevo frito, tortilla de bacalao, que tu novia no te quiere porque estás medio chiflao».

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