EDUARDO MERAZ
La pasada semana, los mexicanos fuimos testigos de cómo a las fiscalías -y no los jueces ni el poder judicial- las han convertido en porquerizas con tal de mantener incólume la supuesta purificación cuatroteísta.
Los casos del exgobernador de Chihuahua, Javier Corral, y de los mandatarios de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, ejemplifican a plenitud de qué lado masca la iguana de la justicia cuatrotera, al exculparlos de todo tipo de anomalías en sus gestiones.
Y como cereza del pastel tenemos la actuación fast track -como su título de abogado- del encargado de la Fiscalía de la Ciudad de México, Ulises Lara para impedir la detención de Javier Corral de parte de las autoridades chihuahuenses.
En contraste, el titular de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz Manero, dió una demostración más del paquidermismo de su dependencia en la indagatoria de la extracción y entrega de “El Mayo”, Ismael Zambada, a autoridades de Estados Unidos.
El saliente presidente totalmente Palacio Nacional y la mandataria electa, Claudia Sheinbaum, al negar conocimiento o responsabilidad del actuar de gobernantes y funcionarios que se apartan de la ley, de hecho, otorgan su aval a este comportamiento ilegal.
Así, el cuatroteísmo, al verse acorralado por sus propias mentiras y fingiendo demencia, insiste en culpar al poder judicial de ser los causantes de la impunidad, superior al 90 por ciento, prevaleciente en todo el país.
Igual a los ejemplos anteriores, esta falta de eficiencia y pulcritud cotidiana en la elaboración de los dictámenes y sentencias de los ministerios públicos es, en la mayoría de los casos, el origen de la inexistente justicia, pronta y expedita.
Para cubrirse, las autoridades expiden leyes punitivas, como la prisión preventiva oficiosa; justificación cuya finalidad es coartar derechos y libertades, así como recurso encaminado a frenar cualquier manifestación de descontento social.
Son polvos de los lados de hace medio siglo, cuando los gobiernos priistas entendían orden como sinónimo de represión.
La extensión del concepto de traidores a la patria, para toda expresión de desacuerdo, asemeja las purgas emprendidas por los presidentes ruso y venezolano, Vladimir Putin y Nicolás Maduro, tan caros a los salientes y entrante habitantes temporales del palacete virreinal.
La reforma al poder judicial, más que un intento de acorralarlo y subordinarla al ejecutivo, quiere convertirlo en chiquero, dónde la justicia se alcance en medio del lodo de interés políticos y económicos.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
El Consejo Coordinador Empresarial pidió a las autoridades electorales sensatez en la designación de diputados plurinominales, pues está en juego en “la preservación de los equilibrios democráticos, el respeto del voto popular y, por ende, la representación política del país”.
@Edumermo