EDGAR GONZÁLEZ MARTÍNEZ
La economía mexicana está entrando a un período de desaceleración. Según el Indicador de Consumo Big Data BBVA Research, tras un modesto crecimiento en julio, en el mes de agosto el consumo empieza con un menor dinamismo. Por componentes el gasto en bienes cayó (-)1.4%, mientras que el gasto en servicios se contrajo (-)1.0%. La desaceleración de las ventas minoristas coincide con el menor dinamismo que el empleo formal ha registrado en los últimos meses, ante la desaceleración del sector industrial. Y por otra parte, de acuerdo con las cifras del IMSS, el número de trabajadores afiliados a esta institución reportó una variación anual promedio de 2.4% en los primeros siete meses del año, 1.3 pp por debajo de la registrada en el mismo periodo de 2023.
Dentro del consumo de bienes, el gasto en alimentos cayó (-)1.8%, la cifra más baja desde abril, mientras que el gasto en bienes para el cuidado de la salud reportó una contracción de (-)3.2% durante el periodo (la mayor caída desde julio de 2023). Considerando la cifra de julio, el gasto en alimentos se ubica 6.0% por arriba de su nivel de enero, mientras que el consumo de bienes para el cuidado de la salud se ubica 2.7% por debajo de ese mismo umbral.
Con respecto al componente de servicios, el gasto en hoteles y restaurantes registró contracciones tras dos meses de variaciones positivas; el consumo en restaurantes cayó (-)4.7%, mientras que el gasto en hoteles reportó una variación mensual de (-)2.4%. Por su parte, el consumo de servicios de entretenimiento creció 6.1%, manteniendo el impulso de junio. Considerando la cifra de julio, el gasto en restaurantes se ubica 1.4% por arriba de su nivel de enero de 2024, mientras que el gasto en hoteles se ubica 1.3% por arriba de ese mismo umbral (materializando un modesto crecimiento del sector en lo que va de 2024).
En lo relativo al consumo por tipo de establecimiento, el gasto en tiendas en línea creció 5.0%, la mayor cifra desde enero, mientras que el consumo en establecimientos físicos cayó (-)1.3%. Con el dato de julio, el gasto en establecimientos on-line se ubica 11.7% por arriba de su nivel de enero, mientras que el consumo en tiendas físicas se ubica solo 0.8% por arriba de ese mismo umbral. Por su parte, el gasto en gasolina (como proxy de movilidad) se contrajo (-)0.7% durante el mes, sumando una caída adicional a la contracción registrada en el mes de junio.
Y estimamos que el menor crecimiento del empleo formal se extenderá hacia los siguientes meses, ante la pérdida de dinamismo del sector industrial, en un entorno de ralentización de la demanda externa de bienes duraderos, y menor gasto en construcción. El dato preliminar del crecimiento del PIB en 2T24, de 0.2% confirma la debilidad de la economía (1.5% para 1S24) y corrobora nuestro sesgo a la baja sobre la previsión de crecimiento para 2024 (misma que podría aproximarse al crecimiento que la producción ha mostrado en la primera mitad del año).
Preocupa a inversionistas la persistente inflación en EU
Esta semana la referencia más relevante para los mercados financieros será la cifra de inflación de EU correspondiente al mes de julio. La expectativa es que, en términos anuales, tanto el índice general como el subyacente se moderen sólo en una décima. Así, de confirmarse este escenario debería fortalecer la confianza al interior de la Fed de que la inflación está volviendo a su objetivo, pero, no es suficiente. La reacción de los precios de los activos sería positiva, al consolidar el escenario de recortes de tasas de interés en septiembre.
Sin embargo, a diferencia de reportes previos de inflación, en esta ocasión la relevancia e impacto para los mercados financieros será un poco menor. Contrario a la Fed, que sostiene de forma continua en la necesidad de tener mayor confianza, los operadores e inversionistas parecen estar satisfechos con la tendencia de los precios durante los últimos meses, por lo que su mayor atención está puesta en los indicadores de actividad económica.
Así, según analistas de CIBanco, en los últimos días se ha intensificado el temor sobre la salud de la economía estadounidense, dada una creciente evidencia de ralentización en el mercado laboral. Lo que detonó esta idea fue la propia Reserva Federal que en su última reunión de política monetaria fue muy reiterativa en que debería volver a centrarse en el doble mandato, no solo en la inflación. Posteriormente, el reporte de empleo de la nómina no-agrícola de julio alimentó estas dudas de que la Reserva Federal haya sido demasiado lenta a la hora de bajar las tasas de interés y exponga al país a una recesión.
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