CARLOS RAMOS PADILLA
Cayeron en la trampa de una manera muy desafortunada. Fue una novatada. Las declaraciones de Trump obtuvieron una respuesta pronta pero gravemente innecesaria. Sheinbaum, Juan Ramón de la Fuente, Ebrard y Monreal tuvieron una precipitada reacción y desafiaron a Trump incluso con un “no le tengo miedo” expresado por el exrector. Se les olvidó la diplomacia y que aún no son gobierno. No han entendido que para Trump Marcelo Ebrard está descalificado su cuando aquí la cuarta T lo defienda y luego después de sus historias, y más aún, que Ebrard ha criticado duramente a Sheinbaum y política manipuladora de Morena para expulsarlo de la candidatura presidencial. Están defendido lo indefendible e incluso hay quien se pregunta qué si Trump “dobló” a Ebrard está próxima la oportunidad de hincar a Sheinbaum.
Mal momento para desafiar a Trump que de ganar ya advirtió políticas contra la migración, el crimen organizado mexicano y el Tratado Comercial. Vemos el tamaño de desprecio de Trump a Ebrard cuando señala que tiene apenas 50 de coeficiente intelectual y es que el estadounidense dejó de confiar en él cuando le solicitó no informar, de exhibir públicamente, la debilidad y entreguismo del Marcelo.
Extraño que el ex rector De La Fuente, habiendo pisado los terrenos de la ONU y si eso propuesto para Relaciones Exteriores no sugiriera prudencia y espacio para evitar confrontaciones.
Sheinbaum no puede llegar débil al poder y sujeta a las condiciones de Estados Unidos solamente por defender a Ebrard. Ponerlo fue de riesgo, mantenerlo es un reto y removerlo una torpeza. Así que están atrapados y saben también que en el vecino país mantienen investigaciones y carpetas nada convenientes como par que los de aquí se coloquen lo guantes de box.
Amlo quería mostrarse digamos valiente con aquello de que la mejor política exterior era la interior. Pero fue al jardín de las rosas de la Casa Blanca a rendirse frente a Trump con elogios. Estando allá el tabasqueño no le interesó hablar con la comunidad de migrantes mexicanos y eso también lo midió el magnate, por tanto y de manera indirecta, amlo aceptó los calificativos que había expresado Donald hacia nuestros connacionales y aquí se ve el grave error de haber removido a la embajadora Martha Bárcena de Washington para, como ya es costumbre, pagar cuotas políticas con inexpertos e improvisados.