CARTAS DESDE CHICAGO/ “In God he Trust”

La respuesta del presidente estadounidense Joe Biden ante las solicitudes de algunos miembros de su partido a que desista en su intento de reelección a la presidencia fue un rotundo: “No hare eso”

ROGELIO FAZ

Chicago, Illinois. El lunes pasado Biden dio esa respuesta despejando toda duda, que coincidió con el inicio de la semana de los festejos por la independencia de Estados Unidos. Que a la par del festejo inició la pirotecnia que tundió a Biden con petardos y buscapiés.

Se llego a pensar abandonaría la candidatura pues aparentemente a él se le cebo la pólvora, sobre todo para enfrentar a alguien de mecha corta, como Donald Trump. A quien supuestamente ya le zumbo un cuete real en una oreja el sábado por la noche. Pero “God bless America” como publicó Marco Rubio en X diciendo “Dios protegió al presidente Trump”.

Una salida digna

Se dice de Biden que su participación en el debate con Trump fue la peor en la historia del partido Demócrata. No obstante, la de Trump fue aún peor. Probablemente hasta más grave porque no es lo mismo poner cara de letargo (por edad o salud) a vociferar amenazas, lo cual es más peligroso en un mundo que ya tiene suficiente con lideres deschavetados y envalentonados a quienes se le revierten las actitudes.

Al tomar esa decisión Biden renuncio a una posible salida digna como era ceder el paso a Kamala Harris que tampoco es garantía. Ahora solo depende de él. Al parecer sus aliados de partido no son suficientes para reposicionarlo, a esto se sumó la prensa que se consideraba partidaria.

Los tropiezos de Biden

Ya terminando esta semana se le complicó aún más después de decir Putin en lugar de Zelenskyy o Trump en lugar de Harris, entre otras.

Ahora solo habrá dos resultados: primero, si logra vencer a Trump quedará como héroe nacional, aunque después sea reemplazado. Y la otra, la peor para él, no solo será la presidencia la que se pierda, habrá una fisura en su partido y echará por la borda su legado político. Es como si estuviera confiando solo en ‘God’.

Biden sostiene que su estado de salud o edad no es problema, pero lo que se ve y se escucha demuestra lo contrario.

BIDEN VS. AMLO

Mientras que Biden de 81 años se empeña en demostrar que es capaz de enfrentar problemas domésticos y amenazas del exterior de deschavetados y conflictivos. Al sur de su frontera, México, otro presidente, este de salida con 10 años menos de edad, López Obrador, no con menos trastornos cognitivos (delirio, amnesia, demencia) que todo mundo ve y escucha a diario, pretende seguir influenciando después del desmantelamiento institucional del país, que disque para combatir la corrupción, pero la corrupción sigue allí.

Con un agravante; la confrontación social con política populachera como instrumento.

In God he trust

Si los pusieran a competir en pifias, errores o incongruencias, por edad o salud, Biden sería el menos peor, pues AMLO con sus barrabasadas como candidato en EU -en sentido figurado- sería mandatorio un examen físico y de salud mental, no solo por decir incoherencias, sino como las dice y encima las sostenga.

Frases incompletas, incomprensibles o mezclando un tema con otro, con movimientos de brazos que no concuerdan con lo que está diciendo, es evidente su problema cognitivo.

Y lo más peligroso, insultando a sus enemigos que él llama adversarios o incitando a sus seguidores hacer valer sus logros contra los que considera enemigos del país, como Trump, de querer tomar el Congreso a su capricho por que el pueblo lo apoya. Y al pueblo lo que pida, según él eso es democracia. “In God he Trust”.

Pedirle a AMLO que desista de sus delirios de “complo” para justificar sus acciones, su respuesta seria: no hare eso, según él, porque los enemigos quieren destruir al país.

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