MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ FARÍAS
Morena arrasa y se lo debe, en gran medida, a la oposición cuyas dirigencias simularon salir de cacería, trayendo consigo el ridículo fracaso.
Los priistas, panistas y perredistas se empeñaron en hacerse fuera de la bacinica…Xóchitl fue un pastelazo…convenientemente para ellos.
Y otro cuerpo que también jugo para salir derrotado, fueron las muchas voces y plumas de la familia llamada LOS PERIODISTAS.
El muy poco reconocido egocentrismo de las y los comunicadores no nos permite aceptar que fueron notorios los desvíos de aquellos que deberían haber fijado un criterio equilibrado y de fundamentación de lo que se decía o escribía, al contrario, la campaña electoral desnudo las filias y fobias de tantísimos colegas, que nos sumergió en un caldo de propaganda, expresiones muy de hígados o de plano, de abierto romance.
¿Y por qué las campañas de agresiones disfrazadas de periodismo no funcionaron? Años antes la opinión pública reaccionaba de manera inmediata ante alguna «revelación periodística», una columna era capaz de demoler reputaciones enteras… hoy se trata de un poder que ha ido disminuyendo, o sea, las grandes firmas de los «lideres de opinión» y sus importantes espacios radiofónicos o en la televisión ya no llenan un estadio, pues los espectadores que los consume se ha ido adelgazando, tal vez por la mudanza a las redes sociales o por qué se dejó de leer o escuchar o ver con verdadero interés. ¿cómo nos explicamos el que los grandes escándalos del sexenio no hayan merecido aquellas renuncias que hace un par de décadas observamos entre miembros de algún gabinete?
La vacuna nos la mostró Andrés Manuel López Obrador, quien supo interpretar el nulo impacto de los ataques en su contra y con zorruno olfato opero la agenda de medios al manipular desde «las mañaneras» lo que se debía servir en las mesas de redacción …los periodistas dejamos de ser peligrosos, pues el circulo de influencia no se extendió, nos quedamos atorados en un bucle supurando conjeturas, muchos con la boca llena de espuma.
El público consumidor de noticias no avanzó, los jóvenes, quienes son los grandes consumidores de información de redes sociales, no han mostrado interés por recorrer algún periódico formal o dedicarle más de 20 minutos para escuchar un programa de debate, sencillamente porque les aburre. La información que grandes sectores consumen es la de fácil digestión, rápida, entendible…los GRANDES medios son para viejos, (eso dicen entre los consumidores más jóvenes).
¿Qué hacíamos los grandes medios mientras avanzaba el reloj electoral? vomitar preferencias o un ya nada disimulado odio hacia alguna de las candidatas presidenciales y lo mismo sucedía en los pisos de abajo, en los miles de candidaturas, convertidos en un llanerísimo campo de futbol.
Los periodistas hemos ido perdiendo terreno, y aunque poseemos credibilidad, la arrogancia de los grandes nombres y sus reflectores no nos permiten concluir que debemos reinventarnos, para ofrecer productos informativos mucho más atractivos, menos espesos, sin aquellas etiquetas que nos auto recetábamos como poseedores de la verdad absoluta o el sentirnos infalibles…nos engañamos al creer que hacer periodismo tendría que significar riqueza económica ( y para algunos colegas , decir mucha , es MUCHA),que la vieja escuela de Jacobo Zabludovsky tenía el mismo significado que recetaba Carlos Hank , la de un político pobre es un pobre político, un periodista pobre…en fin. (y por si se pregunta, pues también en este gremio se respira la mayor disparidad sociales y económica, pues existen comunicadores que cobran como jugadores de primera división y otros, dedicados a la «talacha» de los mil o 500 pesos).
Cierto, este gobierno nos ha atacado, hemos sido blanco de agresiones, pero nuestra coraza la hemos ido debilitando desde la fragmentación de los gremios, es una profesión dispersa por la vanidad y que solo adquiere relevancia cuando un Gómez Leyva es atacado, pero no es el mismo rasero con un periodista local de Maravatío, Michoacán que desaparecido o asesinado.
Las y los periodistas del país tenemos que resolver este crucigrama, comenzando por aceptar el diagnostico que nos arrojan varias enfermedades.